DECALOGO DE LA MORAL APRISTA

Primero:
El mayor tirano contra el cual tienes que combatir, está dentro de ti mismo:
La Sensualidad.

Segundo:
El hombre que quiere comandar a otro, debe aprender a comandarse a sí mismo.

Tercero:
El hombre que mira la política como un trampolín personalista de ambiciones, confunde lo que es legítima aspiración con lo que es Asalto y Despojo de Posiciones.

Cuarto:
No hay moral diferente en la vida privada y en la vida política.

Quinto:
Sé leal a tu Partido, sé leal a tus afectos, sé leal a tus amigos, sé leal a tu mujer y a tus hijos; porque no hay traiciones excusables ni en el amor, ni en el matrimonio, ni en la hermandad, ni en la amistad. La traición es una sola y donde quiera que se practique, está el germen del traidor que puede ser mañana desleal a su patria, a su causa y a su Partido.

Sexto:
Aprende siempre; estudia siempre; sé humilde siempre; la voz a veces pesada y torpe de un campesino que ignora muchas cosas, puede ser para ti una mina de conocimientos si tú tienes hacia él la atracción y la solidaridad humana con que debes obrar.

Séptimo:
Aprende a escuchar y aprende a saber que no solamente en los libros se estudia: se estudia en los ojos, se estudia en la palabra, se estudia, sobre todo, en el dolor.

Octavo:
No creas que lo sabes todo, nadie sabe todo.

Noveno:
No creas que lo puedes todo, nadie lo puede todo.

Décimo:
No creas que porque te aplauden eres perfecto. Autocritícate. Sé humilde; mírate al espejo de tu conciencia, consulta con la almohada y cuando te halaguen no caigas en el afeminamiento de la vanidad que se rinde ante la miel de los Encomios; la adulación en los pueblos como los nuestros es muy frecuente y arma de los bajos; pero también es arma de los que te quieren corromper. Táctica de malos, es por ejemplo, para hacer flaquear una voluntad, irse sobre un muchacho que se distingue y decirle tú vales mucho, eres muy inteligente, a ti te posponen, si tú vinieras con nosotros estarías en tu puesto. Es como el caso de la niñita quinceañera a quien se le dice: En casa estas mal. No lo tienes todo. Si tú vienes conmigo tendrás bonitos vestidos, tendrás bonitos collares... de lo demás no le hablan.