jueves, noviembre 16, 2006

Sobre CUBA: Parece que ya comenzó el futuro

Por Luis Ortega

Eso es lo que dice el profesor Jorge Domínguez, de origen cubano, en unas breves entrevistas que publicó el Miami Herald el domingo pasado. Fueron dos páginas con preguntas y respuestas de varios autores sobre una diversidad de temas. En el caso de Domínguez, el encargado de hacerle la pregunta fue el columnista del Herald, Andrés Oppenheimer, quien quiso saber cuantos años después de la desaparición de Fidel Castro, se podría producir una apertura política en Cuba. Obviamente, Oppenheimer, que es un hombre inteligente, piensa que será cuestión de años. Tal vez uno, dos, o cinco, o más. Es una opinión que contrasta con el pensamiento de muchos de los cubanos de Miami, que se aferran a la ilusión de que muerto Castro, el régimen se vendría abajo precipitadamente.

La pregunta le fue formulada al profesor de Harvard, Jorge Domínguez, quien dio una breve respuesta que probablemente disgustará a las gentes de Miami que llevan muchos años con las maletas preparadas para regresar a la isla tan pronto se firme el certificado de defunción de Fidel.

El profesor Domínguez respondió escuetamente. El traspaso del poder de Fidel a Raúl, incluyendo un liderazgo colectivo, ha transcurrido apaciblemente. Para los que están en los niveles de poder en Cuba el cambio ha sido positivo porque tienen la oportunidad de acostumbrarse a gobernar sin Fidel, aun cuando Fidel sigue vivo. Domínguez cree que esto impide un escenario de ruptura.

Domínguez aborda el tema de la relación de Cuba con Venezuela y afirma que es positiva para ambas partes. Los fondos que proveen Venezuela a la isla son una ayuda para el régimen. Domínguez menciona la posibilidad de que en el futuro, las relaciones de Cuba con Venezuela llegarán a deteriorarse. No dice por qué, pero es obvio que se refiere a la desaparición del régimen de Chávez por una sublevación interna. Inclusive, habla de una posible muerte del hermano Raúl.

Por lo general, aquellos que intentan descifrar el futuro suelen acogerse a cierta oscuridad en la expresión. Domínguez no es una excepción. Es posible que esté pensando que la enfermedad de Fidel Castro lo está llevando hacia la muerte y lo que está haciendo en Cuba es una operación para salvar el régimen, lo cual no es tan fácil. La ayuda de Chávez es importante para Cuba, pero puede caer el gobierno de Venezuela y entonces Cuba se vería en un serio aprieto. En último extremo, Domínguez insinúa que la transición de Cuba hacia una democracia dependería de que Washington adoptara cambios sustanciales en su política. Mientras la posición americana permanezca como hasta ahora, es obvio que los grupos de poder dentro de la isla se mantendrán unidos. Saben que si se dividen, corren el riesgo de la horca.

De hecho, y ésta es mi opinión, los cubanos de Miami siempre han sido un obstáculo para lograr los cambios dentro de la isla. Suponiendo que desaparezca Fidel y desaparezca su hermano, el régimen no tendría otra opción que cerrar filas con un gobierno militar para impedir el desastre que representaría introducir cambios hacia la libertad. El peso que significan los millones de cubanos en el exterior ha sido siempre un obstáculo para cualquier cambio en la isla.

Es curioso, pero los esfuerzos que han hecho los grupos de cubanos en los Estados Unidos para mantener a Cuba aislada han contribuido mucho para mantener la isla en manos de Castro, y ahora de sus posibles sucesores. Es posible que esos grupos cubanos, siempre amenazadores, y siempre envueltos en negocios lucrativos, utilizando el caso de Cuba, hayan contribuido, durante 48 años, a mantener el régimen actual en la isla. Cualquier solución en Cuba tropieza siempre con la amenaza de los millones de cubanos de exterior. De hecho, representan el restablecimiento de un régimen colonial más o menos disimulado.
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