domingo, septiembre 09, 2007

LAS CIUDADES EN LA AMAZONIA, UN BOOM INESPERADO

Por Joaquín García

El pasado 4 de septiembre, el Director de nuestro KANATARI, en el Taller Internacional sobre Futuras Ciudades Amazónicas Saludables dictó una conferencia sobre el controvertido tema del crecimiento desbordado de las urbes. En este número, el 1199, el último de esta serie (ya que el extraordinario 1200 estará dedicado al Centenario de Requena) queremos publicar un capítulo de especial relevancia dedicado a Iquitos.

Un fenómeno desbordante se produce en el espacio amazónico. El fenómeno de antaño, el siglo XVI, se ha recrudecido. Urbes espaciosas, megaciudades jóvenes que van expandiéndose y concentrándose en los países de América Latina y especialmente en la orilla más grande de la cuenca fluvial más caudalosa del mundo. Han ido creciendo conjuntos humanos de forma precipitada: Belém do Pará, Manaus, Santarem, Tefé, Río Branco, Tabatinga, Leticia, Iquitos, Pucallpa, Tarapoto... Un rosario de urbes se mira sin alivio en la corriente. Todas han crecido desordenadas y caóticas, con índices de pobreza e indigencia superiores al 60 %, y un debilitamiento progresivo en su capacidad de alimentar tanta demanda. Todas ellas muestran que algo ha cambiado y es irreversible. Todas han desacreditado al modelo de desarrollo vigente. Algo revolucionario, innovador debe plantearse: una vida nueva, fresca y vigorosa tiene que surgir de semejantes despojos. Este reportaje es una llamada de atención a la ciudadanía y, especialmente, a quienes tengan poder de decisión.
La antropología del siglo XX, romántica primero y, más tarde, tendiente a salvar culturas en trance de extinción, ha estado ocupada de los asuntos indígenas, pero ha vivido de espaldas al fenómeno de la explosión urbana y a las profundas transformaciones culturales y económicas que se han producido y se producen en ellas. De hecho, más de la mitad de la población amazónica es urbana con una clara tendencia al crecimiento acelerado. ¿Qué va a suceder dentro de veinte o treinta años?
En Perú se incrementado en proporciones exponenciales. Iquitos a principios del siglo XX tenía 12 000 habitantes. En 1970, saltó a 110.000; en el 2000 alcanzó los 400 000; en el 2005 alcanzaba a los 500.000. Pucallpa, que en 1940 era un pequeño caserío dormido a la orilla del Ucayali, en 1970 alcanzó 80 000 y en el 2005 alcanzaba más de 300 000. Algunas ciudades han crecido hasta 50 veces desde 1940, desbordando todos los cálculos y previsiones. Un estudio del Ministerio de Vivienda sobre el desarrollo urbanístico demográfico de Requena realizado en 1974 calculaba para los 10 años siguientes un crecimiento de hasta 8 000 habitantes desde 4 000 que tenía aquel entonces. Las compañías petroleras de la zona y las crecientes de los ríos hicieron que para 1975 tuviera ya albergados en su seno 18 000. ¡Dónde quedaba aquel fundo que, a principio del siglo XX descansaba perezoso mirándose en el espejo del Tapiche, cuando desemboca en el Ucayali! Según ello la demografía urbana amazónica del Perú alcanzaría hoy hasta un 70% de la población total.
Si en los casos de las ciudades del mundo y, especialmente latinoamericanas, se produce un desbordamiento, en las amazónicas el caos es aún mayor, ya que no existe posibilidad alguna de ordenamiento ni de ocupación de mano de obra. El salto de la cultura del bosque a la urbana es inconmensurable y existe una “desorganización” que está vinculada a la carencia de hábitos adaptados a la cultura urbana.

UN PEQUEÑO CASO PARADIGMATICO: IQUITOS

Sobre la base de un cálculo aproximado de 500 mil habitantes, Iquitos se ha constituido en los últimos años en paradigma de lo que es una ciudad de la selva amazónica:
En cuanto a las condiciones de pobreza se supone que los ingresos para el mantenimiento de una canasta básica están constituidos por una canasta alimentaria, que consta de las calorías necesarias para una familia de 5 miembros. En marzo de 1995 en Iquitos vivían en condición de pobreza extrema 10,874 familias y de pobreza no extrema un total de 15,485, haciendo un total de 26,359, lo cual constituiría un 44.3 % del total de personas. Esta cifra está hoy multiplicada.
PETROLEO, DROGA Y TRAPICHEO
En la década del 70 al 80 15 000 trabajadores de las compañías petroleras, instaladas en Loreto, emigraron al campo y, una vez que abandonaron la etapa de trocha y sísmica, no regresaron al lugar de origen: se adosaron en la ciudad, invadiendo terrenos en medio de la informalidad. Pucallpa alcanzó un crecimiento del 5,2 % e Iquitos el 5,1 % (SAN ROMAN:231). Al asentarse en la ciudad el 87 % se estableció en sectores urbano marginales. Mientras tanto las ciudades siguen creciendo, pero no crece la oferta laboral ni la capacidad de los servicios ediles de logística e infraestructura, llegando a vivir gran parte de la población en condiciones de máxima insalubridad.
A la razón del incremento de los servicios sobre todo educativos, que pudo haber sido válida hace treinta años y que en el fondo lo sigue siendo, hay que añadirle otras: el incremento y facilidad en las comunicaciones, el mejoramiento de los servicios en la ciudad y los poderosos atractivos de que ésta viene investida (acceso a los signos de prestigio, mejora de las condiciones sociales diversiones, servicios, facilidad de movimiento, etc.).
ALGUNAS REFLEXIONES QUE PRETENDERÍAN TRANSFIGURARSE EN PROFECÍAS
El hecho está ahí y es incuestionable. Gran parte de la población, querámoslo o no, quiere vivir en las ciudades: flujos Norte-Sur, Sur-Sur y al interior de los países subdesarrollados. A lo largo de la cuenca del Amazonas existe actualmente una población aproximada de poco más de 23 millones de habitantes. Cerca del 70 % reside en las ciudades.
- Como cualquier otra ciudad de América Latina, una mayoría de las amazónicas vive en pobreza o pobreza extrema, lo que trae consigo el deterioro cultural y la anomia en el más pleno sentido de la palabra: marginalidad, condiciones de insalubridad física y sicológica, altos índices de morbi-mortalidad infantil, deterioro de los valores, hacinamiento, etc.
- En nuestro Iquitos tiende a ser consumidora de los recursos de la diversidad biológica y perturba del equilibrio ecológico del bosque que le rodea por todas partes. Al mismo tiempo son especuladoras de los suelos y negocia con el espacio que consigue.
- La mayoría de la PBI sobrevive a costa del aparato burocrático del Estado y la venta de productos de pan llevar por remate y habilitación.
- El mundo originario, mestizo e, incluso, blanco y oriental, va habituándose a la relación con el universo cultural adecuado al medio ambiente, pero superviven las formas con que el Estado persistentemente ha querido reducir todo lo diferente a la uniformidad. Esta relación entre los dos mundos, el telúrico y el oficial, el de abajo y el de arriba, barbarie y civilización, provee de condiciones extraordinariamente originales al mundo urbano. Por eso podremos comprobar que en esta ciudad puede haber, y las hay, por supuesto, diferencias económicas, pero no existen diferencias sociales ni culturales. Habla, lenguaje, modo de relacionarse, alimentación, espacios urbanos son una y misma cosa. Por otra parte, la relación con el mundo originario es sumamente intensa cuando llegan los momentos de miedo, de infortunio, o angustias de muerte.
- No pueden descuidarse estudios científicos que asuman este hecho como algo sustancial de nuestra realidad. Lamento que nuestra principal casa de estudios, la UNAP, instituciones de investigación, centros tecnológicos deben adentrarse en realidad con enfoques más amplios que los meramente biofísicos y económicos. Salvo un estudio meramente económico, desconozco otras investigaciones sobre la problemática urbana que nos pudieran abrir una pista de salida.
- Desconozco que se hayan hecho tampoco estudios importantes en torno a la transformación que se van produciendo de las culturas originarias al acercarse a la ciudad. ¿Serán capaces de resistir al embate de la secularización de la sociedad occidental? De lo que sí podemos estar seguros es de que el alma de los pueblos nunca morirá. Pero, ¿cuál irá siendo el perfil de las nuevas identidades que han de ir tomando frente a distintas circunstancias que las afecten?
¿Podrá salir Iquitos y las ciudades de la Amazonía del su condición de insular en un mundo donde las barreras tienden a diluirse y los muros a abatirse? No parecería reversible a corto plazo la realidad tal y como viene dada. Podríamos pensar qué es lo que se puede hacer a partir del punto donde nos encontramos. Las dificultades serán muchas, sobre todo teniendo en cuenta un factor determinante: el mercado internacional que no dejará escaparse de las manos. Pero nada será imposible.
Una pregunta que se está haciendo en distintos niveles es si el Estado-Nación del Perú, ese gran Leviathán deglutidor de las diferencias, no estuviera dando desde las ciudades los últimos estertores para dar salida a ciudades que tienden a desaparecer para generar ciudades-estados. Muestras tenemos en Hong Kong, Singapur, o las ciudades de Italia. De hecho, ¿cómo pensamos que es posible manejar, siquiera conceptualmente, un espacio sin comunicaciones tan basto como Loreto? He ahí el dilema.
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1 comentarios:

elamauta dijo...

Donde es esto?
todo es mentira...

Donde está la ayuda para los pueblos afectados por el terremoto?
y la tal descentralización, al final funciona o no funciona? el presidente nos engaña una vez más.

 
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