A propósito de la convocatoria al III Encuentro Nacional de la Gener. PAP 80-90
Por: Edgar Valdivia Isuiza
En las ultimas semanas en forma proactiva y propositiva se ha intensificado las coordinaciones corporativas de la G PAP 80-90 para trasuntar en breve plazo la convocatoria al III Encuentro Nacional, evento trascendente para este importante segmento partidario, que se ha reposicionado a lo largo y ancho del país, que debe conllevar a consolidar su organicidad para colocarlo al servicio del Partido del Pueblo, en el gran proyecto participativo para redimensionar la categoría del APRA como organización política, asumiendo el compromiso histórico de perennizar el derrotero ideológico a la luz de los retos del nuevo siglo que reafirme relativistamente el pensamiento de Víctor Raúl Haya de la Torre y privilegie sus fortalezas y oportunidades expresadas en su gran capacidad de relevo generacional y dirigencial.
La importante iniciativa pergeñada el 06 de Agosto del 2005 con la presencia de delegados apristas de 17 regiones del Perú (Lima, Lima-Provincias, Junín, Cerro de Pasco, Huanuco, Loreto, Ancash, La Libertad, Lambayeque, Apurimac, Tacna, Ayacucho, Callao, Arequipa, etc) y de algunas áreas territoriales del exterior del país, entre otras abrieron nuevos escenarios propositivos en el complejo devenir del aprismo peruano.
En los últimos dos años la dinámica organizativa de la G PAP 80-90 ha construido la convergencia de dos encuentros que han forjado importantes reflexiones sobre el aprismo en dos escenarios distintos, antes y en ciernes de ser gobierno.
Temáticas como el imperativo de formular un modelo de desarrollo para nuestros países indoamericanos, que supere a los modelos primario exportador y de sustitución de importaciones; la priorización objetiva de las políticas de gobierno, en función de resolver los problemas estructurales, ligando estas políticas con la solución de los problemas de la vida cotidiana, de manera de elaborar políticas integrales, de largo, mediano y corto plazos; la aplicación de las medidas de gobierno que estén vinculadas a las políticas sociales del Estado, para que tengan participación activa las organizaciones sociales de base y la promoción de la formalización de éstas para su mas efectiva participación y fiscalización de los programas sociales, hicieron implícito el razonamiento cognoscitivo de los miembros de la G PAP 80-90, resumidos en documentos de trabajo formulados entre julio y agosto del 2006 y que circulan por diversos estamentos partidarios y que exigen ser afianzados.
La reforma de la estructura del Estado, en una perspectiva democrática y descentralista, orientada al servicio del pueblo; la organización de la economía para orientarla al desarrollo del mercado interno, integrándola al mercado mundial, combinando ambos aspectos de manera que pueda asegurarse una economía independiente que posibilite el pleno desarrollo de capacidades individuales y colectivas de nuestro país; la promoción del desarrollo nacional, en el cual la educación se renueve integralmente complementada por el apoyo intensivo a la generación y/o adaptación de nuevas tecnologías acordes a las necesidades y posibilidades de nuestro país; la integración a los mercados mundiales que no quite el derecho y la obligación simultánea de protección de nuestros recursos naturales, ecología y medio ambiente, con énfasis en las consecuencias de la actividad minera sobre el medio ambiente; la protección de la persona humana como el fin de la Sociedad y el Estado, en cuya esencia básica la salud ocupe lugar preferente, y que la solución de su problemática conlleven a la urgente reforma integral del Sistema de Salud Pública y que las políticas de desarrollo deben tener también un enfoque transversal, desde la mira de los jóvenes y las mujeres, a quienes se les debe proporcionar mayor atención y protagonismo en la formulación de las políticas de atención a su problemática, eran sustantivas conclusiones medulares que surgieron de esfuerzos del colectivo generacional.
Pero tampoco estuvo al margen de estas medulares reflexiones el encauce que el Partido Aprista Peruano como miembro del APRA continental, perfile en el tiempo la reconstrucción del aprismo desde río Grande hasta la Tierra del Fuego, que rescate las banderas del pensamiento indoamericano que ahora pretenden o son enarboladas tergiversadamente por movimientos diferentes al nuestro; que el Aprismo examine la actualización de su doctrina y programa político continental de acuerdo a las nuevas realidades en el Mundo, originadas en el cambio radical del sistema productivo y comercial del mundo, siendo el neoliberalismo un modelo económico y político en decadencia y la realidad del espacio tiempo indoamericano diferente a la de otros pueblos continente, corresponde al aprismo promover la elaboración de nuevos paradigmas de desarrollo acordes a su especificidad y a una estrategia autónoma de inserción en el comercio mundial, en esa línea el APRA debe ratificar su posición integracionista y pacifista de carácter antiimperialista.
Finalmente, la G PAP 80-90 se insertaba en el tema Partido y sostenía que era preocupante que pese haberse aprobado en un Congreso una nueva estructura orgánica ésta no se haya implementado en la práctica, quedando todos los esfuerzos como simples buenas intenciones, se interpretaba una gran resistencia al cambio de parte de la burocracia partidaria, situación que exigía ser seriamente evaluada para superar el estigma de una militancia desideologizada y desmovilizada socialmente; reivindicar el rumbo de izquierda que tiene nuestro partido, tanto en su organización interna como en su accionar en la sociedad, recuperar como una de sus principales orientaciones la calidad de partido escuela, para que en la práctica nuestra organización actúe como partido, con normas y procedimientos para todos en la que respondamos a las exigencias del tejido social y que la organización del partido refleje contenido descentralista, democrático y horizontal asociado con valores prístinos de ética y moral, que nos conduzca a una importante catarsis en el Partido eran temáticas culminantes del impetuoso esfuerzo generacional (*).
La capacidad de convocatoria y la calidad propositiva de los miembros de la G PAP 80-90 de todo el Perú, debe ponerse nuevamente a prueba para converger en fecha próxima en el importante evento, cuya Agenda refleje preocupaciones objetivas y logre cobertura de conclusiones válidas e innovadoras, paralelo a forjar una representación orgánica que articule su importante contribución a la fortaleza del aprismo como Partido y Gobierno.
(*) Compilación
Email: evaldivia87@yahoo.es
06.10.2007
Por: Edgar Valdivia Isuiza
En las ultimas semanas en forma proactiva y propositiva se ha intensificado las coordinaciones corporativas de la G PAP 80-90 para trasuntar en breve plazo la convocatoria al III Encuentro Nacional, evento trascendente para este importante segmento partidario, que se ha reposicionado a lo largo y ancho del país, que debe conllevar a consolidar su organicidad para colocarlo al servicio del Partido del Pueblo, en el gran proyecto participativo para redimensionar la categoría del APRA como organización política, asumiendo el compromiso histórico de perennizar el derrotero ideológico a la luz de los retos del nuevo siglo que reafirme relativistamente el pensamiento de Víctor Raúl Haya de la Torre y privilegie sus fortalezas y oportunidades expresadas en su gran capacidad de relevo generacional y dirigencial.
La importante iniciativa pergeñada el 06 de Agosto del 2005 con la presencia de delegados apristas de 17 regiones del Perú (Lima, Lima-Provincias, Junín, Cerro de Pasco, Huanuco, Loreto, Ancash, La Libertad, Lambayeque, Apurimac, Tacna, Ayacucho, Callao, Arequipa, etc) y de algunas áreas territoriales del exterior del país, entre otras abrieron nuevos escenarios propositivos en el complejo devenir del aprismo peruano.
En los últimos dos años la dinámica organizativa de la G PAP 80-90 ha construido la convergencia de dos encuentros que han forjado importantes reflexiones sobre el aprismo en dos escenarios distintos, antes y en ciernes de ser gobierno.
Temáticas como el imperativo de formular un modelo de desarrollo para nuestros países indoamericanos, que supere a los modelos primario exportador y de sustitución de importaciones; la priorización objetiva de las políticas de gobierno, en función de resolver los problemas estructurales, ligando estas políticas con la solución de los problemas de la vida cotidiana, de manera de elaborar políticas integrales, de largo, mediano y corto plazos; la aplicación de las medidas de gobierno que estén vinculadas a las políticas sociales del Estado, para que tengan participación activa las organizaciones sociales de base y la promoción de la formalización de éstas para su mas efectiva participación y fiscalización de los programas sociales, hicieron implícito el razonamiento cognoscitivo de los miembros de la G PAP 80-90, resumidos en documentos de trabajo formulados entre julio y agosto del 2006 y que circulan por diversos estamentos partidarios y que exigen ser afianzados.
La reforma de la estructura del Estado, en una perspectiva democrática y descentralista, orientada al servicio del pueblo; la organización de la economía para orientarla al desarrollo del mercado interno, integrándola al mercado mundial, combinando ambos aspectos de manera que pueda asegurarse una economía independiente que posibilite el pleno desarrollo de capacidades individuales y colectivas de nuestro país; la promoción del desarrollo nacional, en el cual la educación se renueve integralmente complementada por el apoyo intensivo a la generación y/o adaptación de nuevas tecnologías acordes a las necesidades y posibilidades de nuestro país; la integración a los mercados mundiales que no quite el derecho y la obligación simultánea de protección de nuestros recursos naturales, ecología y medio ambiente, con énfasis en las consecuencias de la actividad minera sobre el medio ambiente; la protección de la persona humana como el fin de la Sociedad y el Estado, en cuya esencia básica la salud ocupe lugar preferente, y que la solución de su problemática conlleven a la urgente reforma integral del Sistema de Salud Pública y que las políticas de desarrollo deben tener también un enfoque transversal, desde la mira de los jóvenes y las mujeres, a quienes se les debe proporcionar mayor atención y protagonismo en la formulación de las políticas de atención a su problemática, eran sustantivas conclusiones medulares que surgieron de esfuerzos del colectivo generacional.
Pero tampoco estuvo al margen de estas medulares reflexiones el encauce que el Partido Aprista Peruano como miembro del APRA continental, perfile en el tiempo la reconstrucción del aprismo desde río Grande hasta la Tierra del Fuego, que rescate las banderas del pensamiento indoamericano que ahora pretenden o son enarboladas tergiversadamente por movimientos diferentes al nuestro; que el Aprismo examine la actualización de su doctrina y programa político continental de acuerdo a las nuevas realidades en el Mundo, originadas en el cambio radical del sistema productivo y comercial del mundo, siendo el neoliberalismo un modelo económico y político en decadencia y la realidad del espacio tiempo indoamericano diferente a la de otros pueblos continente, corresponde al aprismo promover la elaboración de nuevos paradigmas de desarrollo acordes a su especificidad y a una estrategia autónoma de inserción en el comercio mundial, en esa línea el APRA debe ratificar su posición integracionista y pacifista de carácter antiimperialista.
Finalmente, la G PAP 80-90 se insertaba en el tema Partido y sostenía que era preocupante que pese haberse aprobado en un Congreso una nueva estructura orgánica ésta no se haya implementado en la práctica, quedando todos los esfuerzos como simples buenas intenciones, se interpretaba una gran resistencia al cambio de parte de la burocracia partidaria, situación que exigía ser seriamente evaluada para superar el estigma de una militancia desideologizada y desmovilizada socialmente; reivindicar el rumbo de izquierda que tiene nuestro partido, tanto en su organización interna como en su accionar en la sociedad, recuperar como una de sus principales orientaciones la calidad de partido escuela, para que en la práctica nuestra organización actúe como partido, con normas y procedimientos para todos en la que respondamos a las exigencias del tejido social y que la organización del partido refleje contenido descentralista, democrático y horizontal asociado con valores prístinos de ética y moral, que nos conduzca a una importante catarsis en el Partido eran temáticas culminantes del impetuoso esfuerzo generacional (*).
La capacidad de convocatoria y la calidad propositiva de los miembros de la G PAP 80-90 de todo el Perú, debe ponerse nuevamente a prueba para converger en fecha próxima en el importante evento, cuya Agenda refleje preocupaciones objetivas y logre cobertura de conclusiones válidas e innovadoras, paralelo a forjar una representación orgánica que articule su importante contribución a la fortaleza del aprismo como Partido y Gobierno.
(*) Compilación
Email: evaldivia87@yahoo.es
06.10.2007
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