Escribe Tula Benites Vásquez
Un hecho que preocupa sobre todo al antiapra es la perdurabilidad del Apra mediante el pensamiento de Haya de la Torre y su probada afinidad con el sentir popular, a despecho de la dureza de un recorrido que va mas allá de las siete décadas.
Para muchos, el ser aprista va ligado a un permanente estado de ánimo. Un afán colectivo por mejorar las condiciones de vida sobre todo de los pobres. El aprismo no solo desde el gobierno, que es contingente, atrae esperanzas; resiste embates y extiende valores. Cuantas veces aquí en Trujillo hemos escuchado el estentóreo grito de “El Apra nunca muere” aún en circunstancias dominadas por la adversidad. Esa voz del alma se repite y multiplica porque hay juventud. Juventud hecha expectativa pero que, también, se niega a apartarse de retazos históricos vividos con ansiedad por nuestros forjadores y mártires.
El Maestro Luis Alberto Sánchez decía que nadie es viejo o es joven. La naturaleza del ser humano no se afinca en las edades cronológicas. La juventud, reflexionaba, es una etapa de la vida. Pueden pasar los años con el espíritu en aptitud de alzarse. Para Schiller la juventud no es un tiempo de vida; es un estado del espíritu.
Haya de la Torre bregaba con énfasis por una juventud inclinada a aprender.
Fundó para ello las Universidades Populares “Gonzáles Prada” y del partido hizo escuela. Sus célebres coloquios así lo demostraban.
En la juventud el partido del pueblo depositó su futuro. La organización exalta el concurso juvenil a través de escalones cuya formación política la población conoce. La historia del movimiento aprista registra la noche del sábado 6 de 1934 como la gesta de la Juventud Aprista Peruana ( JAP ) a cuyos integrantes Haya de la Torre entregó un precioso legado: garantizar en el cultivo de valores y en la acción cívica la perennidad del Partido.
En la reunión llevada a cabo entonces, y prolongada hasta la madrugada del domingo 7 de enero, recios combatientes sociales fundaron la Federación Aprista Juvenil (FAJ), simiente de la Juventud Aprista Peruana ( JAP ).
Se congregaron: Ramiro Prialé a título de Asesor, Armando Villanueva del Campo quien, con su prédica y dinamismo, se ubicó a la vanguardia de la flamante organización junto a Nicanor Mujica Alvarez Calderón, Andrés Towsend Ezcurra, Luis Rodríguez Vildósola, Humberto Silva Solís, Pablo Silva Villacorta, Pedro Jiménez, Biaggio Arbulú, Guillermo Cabrera, Susana Medrano y un compañero de apellido Palomino conocido como “El canillita”.
Haya de la Torre, en esa memorable oportunidad, arengó a la juventud para “sentirse libre de las herencias miserables que nosotros tuvimos que arrastrar” con inocultable referencia al martirologio aprista por conseguir vida digna y de bienestar para los desposeídos, víctimas de sucesivas dictaduras.
Fue elegido primer Secretario General de la Federación Aprista Juvenil el líder Armando Villanueva del Campo quien, en estos momentos, simboliza generalizado anhelo guiado desde esa época hacia el “rescate moral” en dinámica política asignada precisamente a las juventudes del partido. Los años no se han limitado al enhiesto patriarca, abanderado de la causa de la patria.
Transcurridos setenta y cuatro años de ese episodio, la juventud sigue siendo tradición y esperanza; garantía de continuidad aprista por cauces democráticos y renovadores. Los jóvenes de estos tiempos. Como los de ayer, constituyen fuerza vital en el trabajo social y político que por imperativo histórico le corresponde realizar al aprismo convertido ya en patrimonio inabdicable del pueblo peruano.
Un hecho que preocupa sobre todo al antiapra es la perdurabilidad del Apra mediante el pensamiento de Haya de la Torre y su probada afinidad con el sentir popular, a despecho de la dureza de un recorrido que va mas allá de las siete décadas.
Para muchos, el ser aprista va ligado a un permanente estado de ánimo. Un afán colectivo por mejorar las condiciones de vida sobre todo de los pobres. El aprismo no solo desde el gobierno, que es contingente, atrae esperanzas; resiste embates y extiende valores. Cuantas veces aquí en Trujillo hemos escuchado el estentóreo grito de “El Apra nunca muere” aún en circunstancias dominadas por la adversidad. Esa voz del alma se repite y multiplica porque hay juventud. Juventud hecha expectativa pero que, también, se niega a apartarse de retazos históricos vividos con ansiedad por nuestros forjadores y mártires.
El Maestro Luis Alberto Sánchez decía que nadie es viejo o es joven. La naturaleza del ser humano no se afinca en las edades cronológicas. La juventud, reflexionaba, es una etapa de la vida. Pueden pasar los años con el espíritu en aptitud de alzarse. Para Schiller la juventud no es un tiempo de vida; es un estado del espíritu.
Haya de la Torre bregaba con énfasis por una juventud inclinada a aprender.
Fundó para ello las Universidades Populares “Gonzáles Prada” y del partido hizo escuela. Sus célebres coloquios así lo demostraban.
En la juventud el partido del pueblo depositó su futuro. La organización exalta el concurso juvenil a través de escalones cuya formación política la población conoce. La historia del movimiento aprista registra la noche del sábado 6 de 1934 como la gesta de la Juventud Aprista Peruana ( JAP ) a cuyos integrantes Haya de la Torre entregó un precioso legado: garantizar en el cultivo de valores y en la acción cívica la perennidad del Partido.
En la reunión llevada a cabo entonces, y prolongada hasta la madrugada del domingo 7 de enero, recios combatientes sociales fundaron la Federación Aprista Juvenil (FAJ), simiente de la Juventud Aprista Peruana ( JAP ).
Se congregaron: Ramiro Prialé a título de Asesor, Armando Villanueva del Campo quien, con su prédica y dinamismo, se ubicó a la vanguardia de la flamante organización junto a Nicanor Mujica Alvarez Calderón, Andrés Towsend Ezcurra, Luis Rodríguez Vildósola, Humberto Silva Solís, Pablo Silva Villacorta, Pedro Jiménez, Biaggio Arbulú, Guillermo Cabrera, Susana Medrano y un compañero de apellido Palomino conocido como “El canillita”.
Haya de la Torre, en esa memorable oportunidad, arengó a la juventud para “sentirse libre de las herencias miserables que nosotros tuvimos que arrastrar” con inocultable referencia al martirologio aprista por conseguir vida digna y de bienestar para los desposeídos, víctimas de sucesivas dictaduras.
Fue elegido primer Secretario General de la Federación Aprista Juvenil el líder Armando Villanueva del Campo quien, en estos momentos, simboliza generalizado anhelo guiado desde esa época hacia el “rescate moral” en dinámica política asignada precisamente a las juventudes del partido. Los años no se han limitado al enhiesto patriarca, abanderado de la causa de la patria.
Transcurridos setenta y cuatro años de ese episodio, la juventud sigue siendo tradición y esperanza; garantía de continuidad aprista por cauces democráticos y renovadores. Los jóvenes de estos tiempos. Como los de ayer, constituyen fuerza vital en el trabajo social y político que por imperativo histórico le corresponde realizar al aprismo convertido ya en patrimonio inabdicable del pueblo peruano.
1 comentarios:
Dentro de los parametros de la realidad peruana, lo que el apra hizo o hace; se resume a una grande falta de respeto para con la población.
El apra siempre lleno de problemas que huyen siempre de su control, no se sabe si es por pura ingenuidad, o si es por mala voluntad de hacer las cosas. Pero al final llegamos a la gran conclusión que es por la falta de competencia. Que pena realmente que el país se muera poco a poco!!, países latino americanos son asi, todos se pelean por lo poco que tienen.!!!
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