Escribe: JOSE ANTONIO TORRES IRIARTEDesde la década del veinte del siglo pasado, la presencia e influencia de Víctor Raúl Haya de la Torre, reviste la mayor importancia en los procesos políticos desarrollados en América Latina. La contribución en el plano ideológico, transcendió a la práctica política, al organizarse movimientos y partidos políticos en diversos países de la región, bajo la concepción de frentes únicos de trabajadores manuales e intelectuales y partidos pluriclasistas.
La fuerza y claridad del pensamiento de Haya de la Torre, fueron convocando a los trabajadores y estudiantes latinoamericanos, que más allá de los nacionalismos, comprendieron que el aprismo como ideología, como frente o como partido; eran instrumentos de la transformación política y de la redención social para nuestros pueblos.
Sucesos como la Revolución Mexicana y la Reforma Universitaria de Córdova, representaban hitos importantes en la forja de un destino político diferente para América Latina. Desde su primer destierro en 1923, Haya de la Torre, comprendió que la gran transformación debía responder a un esfuerzo continental, que tuviera objetivos de lucha antiimperialista, de unidad política y económica, de nacionalismo económico y de solidaridad internacional.
La experiencia de las Universidades Populares, las luchas de estudiantes y trabajadores en el Perú, facilitaron que en virtud a una rigurosa formación académica, capacidad de análisis y de interpretación de la realidad latinoamericana, Víctor Raúl definiera Qué es el APRA y señalará el Programa Máximo conciso; que desde su exposición y difusión, se convirtió en el ideario de las juventudes, de los trabajadores y de los pueblos de nuestro continente.
Por ello es justo reconocer, la gran contribución de Haya de la Torre al pensamiento político latinoamericano; en un continente acostumbrado a seguir los lineamientos políticos señalados en Europa.
Haya de la Torre tuvo la virtud de dialécticamente negar al marxismo, para afirmar que en nuestros pueblos, debían organizarse partidos de frente único y no de clase, como afirmaban los comunistas afiliados a la Tercera Internacional. Tuvo la lucidez de reconocer que el desarrollo del capitalismo, era una etapa ineludible del proceso económico internacional y que realistamente era necesario forjar Estados que sepan tratar con el imperialismo.
Señaló que la unidad económica y política de América Latina debía ser forjada, como una forma de defensa y afirmación democrática en un escenario internacional, en el que el imperialismo norteamericano en particular, afectaba nuestra soberanía.
Como político hizo docencia, desde los primeros años de actividad política, su enorme capacidad de convocatoria; por intermedio de la palabra y de la pluma, expresada en los más importantes medios escritos de la región; Haya de la Torre representó para los pueblos de América Latina, un guía y un conductor que señaló el camino de la gran transformación.
Por estas razones, la influencia política del aprismo se hace evidente en el proceso político mexicano, que desde la etapa inicial de la Revolución Mexicana, se encontraba en la búsqueda de un marco ideológico, que hiciera posible la institucionalización de un proceso revolucionario, que con la forja posterior del Partido Revolucionario Institucional (PRI), contribuyó a darle estabilidad política a un país, que liquidó a la oligarquía, nacionalizó sus recursos naturales y desarrolló una relación bilateral con los Estados Unidos, en un plano de igualdad.
La presencia de Haya de la Torre en Centroamérica fue muy activa, por ello la prédica y activismo político, jugaron un importante papel desde los años veinte en movimientos precursores de partidos políticos como el Liberación Nacional de Costa Rica, que en 1948 promovió la gran revolución democrática, bajo el liderazgo de José Figueres; proceso que sentó las bases de una democracia ininterrumpida, que ha logrado niveles de desarrollo económico y bienestar en un país, que a pesar de la convulsión social, que afectó Centroamérica durante décadas, fue siempre un referente de paz social.
La influencia del aprismo en República Dominicana, se expresa en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que ha llegado varias veces al gobierno y que estuvo siempre en la lucha por la democracia, en un país que llegó a ser invadido en 1965 por las tropas norteamericanas.
El apoyo expreso y combatiente de Haya de la Torre al sandinismo, determinó que las ideas de frente único y de lucha antiimperialista, fueran el eje central del frente que en 1978 derrocó a la dictadura somocista, luego de varias décadas de confrontación política.
La larga lucha del pueblo de Cuba, de los años cincuenta, tuvo como referente ideológico al aprismo; lo que se puede comprobar cuando se revisa el discurso político de los revolucionarios que derrocaron a Batista en 1958.
La larga lucha del pueblo de Panamá, por ejercer soberanía sobre el Canal, no es ajena a la influencia de Haya de la Torre, lo que se hace evidente al revisar el Programa Máximo del APRA y conocer el proceso político panameño.
En América del Sur, el pensamiento de Haya de la Torre, ha tenido una gran influencia política. Los movimientos políticos reconocidos como social demócratas o de izquierda democrática, tienen en el aprismo un referente fundamental. Acción Democrática en Venezuela, desde los años cuarenta, bajo el liderazgo de Rómulo Betancur, jugaron un papel, en especial durante el período comprendido entre 1958 y 1998; cuando AD fue baluarte de la democracia venezolana, que nacionalizó la industria del petróleo, lo que permite hoy, la percepción de una renta petrolera, generadora de ingentes recursos para el erario.
El Movimiento Nacionalista Revolucionario en Bolivia (MNR), en los años cincuenta realizó un proceso de cambios, que tuvo en el Programa Máximo del APRA, su gran animador: La Reforma Agraria de ese entonces y la nacionalización de la industria del estaño, forman parte de la historia política y social del país del altiplano.
Haya de la Torre es reconocido en Colombia, Chile, Argentina y Uruguay en particular, como un político, cuyas ideas fundamentales han promovido la forja o el fortalecimiento de partidos políticos, gestores de frentes únicos de trabajadores y de organizaciones sustentadas en la conjunción de clases sociales amenazadas por el imperialismo.
El partido Liberal en Colombia, que en los años cuarenta tuvo en Eliécer Gaitán un líder con gran ascendencia popular, a lo largo del tiempo ha tenido en Haya de la Torre, el gran pensador, que ha alimentado el ideario político de la democracia colombiana. Más aún cuando existe una relación afectiva tan fuerte, derivada de la condición de asilado que tuvo Víctor Raúl, durante más de cinco años, de encierro forzado en la sede de la Embajada de Colombia en Lima.
El Partido Socialista en Chile, cuyos militantes cantan la Marsellesa Aprista, tuvieron desde la primera edición del “Antiimperialismo y el APRA” , publicada en 1935 por la Editorial Ercilla; en el pensamiento de Víctor Raúl, una herramienta al servicio de la transformación.
De la misma manera en Argentina y en Uruguay es notoria, la influencia política de Haya de la Torre, lo que quedó en evidencia, cuando en 1986, durante su primer gobierno, el presidente Alan García, se dirigió a los Congresos de ambos países, con motivo de una visita oficial realizada en ese entonces.
Haya de la Torre, más allá de su condición de político y pensador, ejerció la docencia en América Latina, lo que lo convierte en una figura prominente de nuestros pueblos, quiénes recogiendo su pensamiento; hoy en un contexto de globalización y de integración de mercados, encuentran en los procesos regionales de integración una herramienta adecuada para insertarnos mejor en la economía internacional, sin desviarnos de la defensa de los principios de pan con libertad.
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