En un comunicado publicado en la página web de la Presidencia de la República, el Jefe de Estado rechazó el calificativo de "presidente de los ricos". Descarta control de precios, subsidios, aumento del gasto público y de sueldos a empleados públicos. Destaca logros del gobierno.
1. En nuestro país de múltiples problemas y exigencias, el rumbo escogido demuestra hasta ahora ser responsable y adecuado. El gobierno, al que con un sonsonete llaman "gobierno de los ricos", ha reducido 8 puntos la pobreza en 2 años, en tanto que el régimen anterior apenas logró reducirla en 2 puntos en sus 5 años. Por tercer año consecutivo, el Perú crecerá productivamente en una cifra cercana al 9% y por ello el empleo formal aumentará otra vez en 8%, impulsado por la construcción, la industria y otros sectores. Las exportaciones que eran de 17 mil millones en diciembre del 2005 serán este año el doble, 33 mil millones. Todo esto da empleo y distribuye salarios.
2. Pero una grave crisis mundial golpea ahora al Perú como a otros países aunque sus efectos negativos sean menores aquí. En otros países el crecimiento anual es inferior (4%), la inflación es mayor (entre 12% y 30%) y la pobreza ha aumentado. En el Perú a pesar de la crisis, la pobreza se reducirá este año otra vez, aunque a menor velocidad que en el 2007.
Pero la crisis que eleva el precio mundial de los alimentos crea malestar, resentimiento y protesta en la población que no tiene por qué comprender las razones económicas, ni las acepta, porque siempre reclamará al gobierno "hacer algo". La popularidad se reduce, las encuestas bajan, comienza el derrotismo de siempre.
3. Esta crisis no se soluciona buscando popularidad pasajera. La crisis se superará con firmeza, responsabilidad y objetivos claros. Para ello se necesita mucha energía psicológica en el gobierno, en los dirigentes y miembros del partido y en todas las fuerzas democráticas. Pueden perder la calma muchos, pero no los que están obligados a la serenidad y a la razón y, especialmente quien lleva el timón. Porque la crisis no se enfrenta con respuestas irracionales o desesperadas que sólo conducen a agravarla. Y algunas de esas respuestas erróneas son las siguientes:
¿Un control de precios? No, porque lleva al desabastecimiento que es peor que el incremento del precio de un producto. El precio del pollo subió en los mercados porque el precio internacional del maíz se duplicó y sin embargo, al mismo tiempo, aumentó el consumo de 30 millones a 32 millones de pollos por mes. Con el control de precios se desabastecería el mercado y quebrarían miles de pequeños comerciantes. Controlar los precios lleva a que nadie invierta y por consiguiente a que no se genere trabajo.
¿Subsidiar los alimentos? No es lo mejor, pues con esa receta lo único que se consigue al final es una gran explosión cuando se retiran los subsidios que siempre son la causa de un gran déficit fiscal. Además se crea contrabando hacia los países vecinos y mercado negro interno.
¿Aumentar el gasto público y el salario de los empleados del estado? Lo único que se logra así es inyectar mas billetes a la presión por los precios que suben, aumentar otra vez los salarios en unos meses y así sucesivamente.
Tampoco es racional aumentar con mas velocidad el gasto en las obras públicas porque eso, indirectamente, también aumenta la presión inflacionaria. Hoy el Estado central, regional y local destina a la inversión en obra nueva tres veces mas dinero que antes, el gran crecimiento en vivienda, carreteras y saneamiento está presionando al alza los precios del cemento, los ladrillos y el acero. Además la incesante inversión privada en industrias, comercio y agroexportación mantiene la mayor parte del crecimiento que necesitamos para incrementar el empleo.
4. Lo que si se requiere es menos politiquería. Ante los problemas cunden los apetitos electorales, los deseos de confrontación y el uso de adjetivos. Otros sectores, los que no creen en la democracia y han fracasado histórica y electoralmente, quisieran imponer el desorden haciendo movilizaciones para llevarnos a respuestas irracionales y recetas que en otros países han producido mas inflación. Sorprende risueñamente ver como algunos "demócratas" se dejan ganar por el apetito y por su falta de consistencia psicológica. Y también sorprende ver como se ponen en la tribuna pasiva los que deberían defender la sensatez.
5. ¡Optimismo¡ Vamos a contrarrestar las tendencias inflacionarias del mundo devolviendo los precios a un nivel razonable. Vamos a aumentar el empleo en éste y en los próximos años creciendo productivamente. Continuaremos extendiendo los servicios de electricidad, agua, carreteras y educación y la pobreza continuará su descenso de manera segura e irreversible. El Perú seguirá creciendo mas que los vecinos y con menor inflación.
Con firmeza y confianza haremos frente a la politiquería
Alan García
Lima, 09 de Setiembre de 2008
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