Por KELLY D. MANAYAY ASENJO
El APRA desde sus albores políticos, allá por los años 30, abrazó la democracia, ciñó sus lomos con sus principios y vistió opulosamente sus símbolos de libertad e igualdad por décadas hasta la actualidad, comprometido fielmente con sus ideales que vienen desde la antigua Grecia, establece una estructura organizacional límpida y revolucionaria buscando la eficiencia y de esa manera servir de ejemplo a otras instituciones públicas o privadas; acoge en su seno un sistema de votación no excluyente, que permita al pueblo aprista participar y elegir a sus mejores cuadros que llevan a la palestra sus preocupaciones, necesidades y sus propuestas, recayendo en ellos la enorme responsabilidad de corresponder la confianza depositada y trabajar en pro de los intereses del partido, de los más pobres y de la clase obrera.
Esta coyuntura, esta fiesta democrática que se vivió en la ciudad de Lima desde el viernes 05, hasta el domingo 07 de Marzo tuvo como resultado la elección de nuestro nuevo secretario institucional, compañero Omar Quezada, y nuestro secretario político compañero Jorge del Castillo. Además se instauró la comisión política, asumiendo la dirección nuestro orgullo etenano y primer ministro Dr. Javier Velásquez Quesquén y complementa el equipo el compañero Fernando Barrios Ipenza (actual presidente de Essalud), quien hace poco inauguró el novísimo hospital �Luis Arbulú Heysen Incháustegui� comprometiéndose una vez más con el pueblo lambayecano. Cientos de compañeros acudimos con fervor religioso a dicho evento. Se hablaba un mismo lenguaje dentro y fuera del local del partido: unidad y compromiso, al final comprendimos que participar en estos comicios internos significa mantener viva la figura y memoria de nuestro maestro Víctor Raúl Haya de la Torre, de su doctrina y postulados, abriéndose paso la expresión como señal duradera en la mente y conciencia de todos los peruanos que �El Partido Aprista vive� y que ésta experiencia existencial, se justifica cuando se trabaja con el pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
No participar es ser cómplice por desidia de la muerte de cualquier institución que vive en salud por la actividad de sus miembros y en democracia. Por eso, como joven y parte de una juventud que es la nueva sangre del Partido, saludo la elección del compañero Omar Quezada, quien siempre ha visto a Lambayeque como uno de los bastiones del aprismo. Es hora de renovar al Apra para servir al pueblo. Es hora de que la juventud tambien tenga su espacio. Los compañeros que son autoridades, deben dar espacio a que otros compañeros puedan postular, puedan participar, porque en el fondo, el Aprismo es una doctrina de masas no de individuos. La época en que los jóvenes solo servian para cargar en hombros a los candidatos, andar con escalera a cuesta pegando afiches o ser parte de las caravanas de respaldo, ya ha quedado actrás. El joven dentro de Apra hoy debe tener el mismo espacio que tuvieron los jóvenes en la época auroral del Partido. Sino, mirenos como un Haya de la Torre de apenas 20 años arrastraba a decenas de jóvenes de su época en un sueño que buscaba la Justicia Social con Pan y Libertad.
El APRA desde sus albores políticos, allá por los años 30, abrazó la democracia, ciñó sus lomos con sus principios y vistió opulosamente sus símbolos de libertad e igualdad por décadas hasta la actualidad, comprometido fielmente con sus ideales que vienen desde la antigua Grecia, establece una estructura organizacional límpida y revolucionaria buscando la eficiencia y de esa manera servir de ejemplo a otras instituciones públicas o privadas; acoge en su seno un sistema de votación no excluyente, que permita al pueblo aprista participar y elegir a sus mejores cuadros que llevan a la palestra sus preocupaciones, necesidades y sus propuestas, recayendo en ellos la enorme responsabilidad de corresponder la confianza depositada y trabajar en pro de los intereses del partido, de los más pobres y de la clase obrera.
Esta coyuntura, esta fiesta democrática que se vivió en la ciudad de Lima desde el viernes 05, hasta el domingo 07 de Marzo tuvo como resultado la elección de nuestro nuevo secretario institucional, compañero Omar Quezada, y nuestro secretario político compañero Jorge del Castillo. Además se instauró la comisión política, asumiendo la dirección nuestro orgullo etenano y primer ministro Dr. Javier Velásquez Quesquén y complementa el equipo el compañero Fernando Barrios Ipenza (actual presidente de Essalud), quien hace poco inauguró el novísimo hospital �Luis Arbulú Heysen Incháustegui� comprometiéndose una vez más con el pueblo lambayecano. Cientos de compañeros acudimos con fervor religioso a dicho evento. Se hablaba un mismo lenguaje dentro y fuera del local del partido: unidad y compromiso, al final comprendimos que participar en estos comicios internos significa mantener viva la figura y memoria de nuestro maestro Víctor Raúl Haya de la Torre, de su doctrina y postulados, abriéndose paso la expresión como señal duradera en la mente y conciencia de todos los peruanos que �El Partido Aprista vive� y que ésta experiencia existencial, se justifica cuando se trabaja con el pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
No participar es ser cómplice por desidia de la muerte de cualquier institución que vive en salud por la actividad de sus miembros y en democracia. Por eso, como joven y parte de una juventud que es la nueva sangre del Partido, saludo la elección del compañero Omar Quezada, quien siempre ha visto a Lambayeque como uno de los bastiones del aprismo. Es hora de renovar al Apra para servir al pueblo. Es hora de que la juventud tambien tenga su espacio. Los compañeros que son autoridades, deben dar espacio a que otros compañeros puedan postular, puedan participar, porque en el fondo, el Aprismo es una doctrina de masas no de individuos. La época en que los jóvenes solo servian para cargar en hombros a los candidatos, andar con escalera a cuesta pegando afiches o ser parte de las caravanas de respaldo, ya ha quedado actrás. El joven dentro de Apra hoy debe tener el mismo espacio que tuvieron los jóvenes en la época auroral del Partido. Sino, mirenos como un Haya de la Torre de apenas 20 años arrastraba a decenas de jóvenes de su época en un sueño que buscaba la Justicia Social con Pan y Libertad.
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