1. La dirigencia nacional y el liderazgo del Partido tienen históricamente la primera responsabilidad en dar ejemplo de integridad, honradez y veracidad. Así, el APRA se mantuvo fuerte a lo largo de décadas de adversidad y persecución. La autoridad moral del Partido, como expresión de esa calidad humana de dirigentes y líderes, fue la clave y la esencia de nuestra supervivencia histórica.
VALORES HISTORICOS
2. Fortalecer al Partido, supone tomar conciencia de este antecedente. Priorizar y focalizar el esfuerzo colectivo de los apristas en reinstalar esos valores históricos de nuestra organización política, son valores que nos dejaron como herencia nuestros hermanos mayores, los fundadores y de las generaciones posteriores.
FRATERNIDAD PERDIDA
3. Sobre esta base es que podremos recuperar nuestra fraternidad perdida. Respetarnos realmente entre nosotros, mirarnos de frente y cara a cara sin arrogancia ni soberbia. Hombres y mujeres hermanados en una misma causa superior. Hacer esto es no sólo idealismo superior, es también el más inteligente y sensato pragmatismo.
JUSTICIA SOCIAL
4. Recuperar nuestra fraternidad nos permitirá mirar nuevamente con claridad y comprender por qué el APRA ha gravitado visiblemente en la historia del Perú del siglo XX y por qué fue concebido para ser un instrumento social poderoso de liberación, de transformación de las estructuras de una sociedad y un Estado injustos e ineficientes, y para llegar a la conciencia del pueblo. Ganaremos nuevamente elecciones sobre esta base ética sólida. Fuimos el Partido de la democracia integral. No somos electoreros.
DEMOCRACIA INTERNA
5. Practicar lo anterior reinstalará nuestra democracia interna, con transparencia y capacidad de enmendar, de corregir, de reconocer errores. Respetar nuestro Estatuto y proceder a los cambios necesarios en él a través de los mecanismos existentes. El fracaso de las elecciones del 3 de octubre exige plenarios regionales y un gran plenario nacional. Siete personas no pueden decidir por decenas de miles de apristas.
COMPROMISO Y ACCION
6. Respetar nuestra palabra empeñada. Honrar nuestro juramento.
7. Esta candidatura no es en torno a una persona. Es construcción y obra común. Tarea de rango nacional. Se fundamenta en las ideas, doctrina, filosofía y praxis histórica de lo mejor del aprismo.
8. ¿Qué nos unió y nos hizo fuertes en el pasado?; ¿qué nos puede unir nuevamente hoy en día? La adhesión pragmática y muy consciente a estos principios, a estos valores superiores, con claridad de objetivos históricos, y comprobar la poderosa autoridad moral de nuestros líderes. No será fácil. Nuestro camino es cuesta arriba, pero hay que seguirlo.
Luis Alberto Salgado
Lima, jueves 28 de octubre, 2010
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