jueves, septiembre 19, 2013

A propósito del Plenario Nacional Aprista, lo que quisiéramos y el paso del tiempo

 “Haya no ha muerto, sigue siendo el Jefe”… es el estribillo que miles de apristas coreamos para referirnos no sólo ala vigencia de su pensamiento, sino también a su presencia como demiurgo de nuestra existencia política, como artesano de nuestra doctrina y como magnífico y supremo hacedor de lo que somos y representamos. Con ello, también queremos decir que su ejemplo de conducción debe ser la práctica cotidiana de nuestra dirigencia y su ética, el parámetro que ponga límites al desenfreno que a veces nos asola.

No sin razón, muchos apristas cuestionan el que nuestro c. Alan García, se arrogue no sólo la capacidad y cualidad de definir algunos temas que generan controversia entre todos los apristas: Participación de los jóvenes, alianzas con otros movimientos o personas para ir a próximas elecciones, rol de la dirigencia nacional en relación a las dirigencias regionales y sus bases, etc. Incluso, algunos respetables compañeros dicen: “Alan no es aprista”, “Se ha derechizado” “Pretende enterrar el legado de Haya” “Somos furgones o amanuenses del neoliberalismo” y frente a ello proponen: “Romper con el modelo de conducción de los últimos treinta años, para rescatar la práctica y la doctrina del aprismo de la generación fundadora”.

Es claro e innegable que nuestro Partido, desde hace mucho, atraviesa una profunda crisis moral y política y también es verdad que nuestro c. Presidente del Partido tiene responsabilidad en ello, Pero también hay que decir que no es posible negar que todos, absolutamente todos, somos responsables de esta situación; pues hemos sido y seguimos siendo acomodaticios en función de si las circunstancias favorecen  o no nuestros intereses personales o de la cofradía en la que solemos aconchabarnos para alcanzar la cuota de poder que deseamos o no perder aquella que usufructuamos.

Es así desde que el Jefe se fue en viaje a las estrellas y, lamentablemente, así lo seguirá siendo pues, aunque muchos quisiéramos volver a “la magnificencia de la organización partidaria en las épocas del Jefe”, esto sólo tiene sustento en el sentimentalismo y en el recuerdo de los que nos antecedieron porque aunque algunos pretendan negarlo, ya no se puede hacer política de la forma que ellos lo hicieron puesto que ni la sociedad ni las circunstancias son las mismas…

Hoy así no nos guste,tenemos que tener como soporte de nuestra acción al pragmatismo que sin duda y en las horas actuales, ayuda más que la añoranza... Es doloroso pero es y así tenemos que entenderlo y asumirlo...

¿Qué hacer? Como aprista de base que en 34 años de militancia, nunca ha tenido ni deseado cargo dirigencial alguno, solo sé que es imposible empezar desde cero e imposible también es encontrar convicciones, temperamentos y sacrificios como los que cincelaron la historia y la tradición aprista... Por ello es que si deseamos la supervivencia de nuestro movimiento, sólo nos queda "hacer de tripas,corazón" y admitir que quien hoy nos preside y dada su experiencia, tiene una visión más esclarecida de cuáles son las estrategias y las teclas que debemos activar para alcanzar esa supervivencia, en medio de un entorno social que no nos es favorable y del que, con nuestros malos actos, nos divorciamos cotidianamente.

La dirigencia nacional que tenemos, con todos sus defectos, es la que por ahora jala el arado y no queda otra que arrear con los bueyes que tenemos, pero, eso sí… pegados a ellos para exigir, presionar, reclamar hasta que nos escuchen o hasta morir en el intento… La otra opción es irse, pero ello sólo equivale a abdicar para vivir de nuestro romanticismo y de nuestros recuerdos, lo cual es peor que morir en el intento.

A muchos pudiera parecer que este modesto mensaje es de pesimismo o de conformismo con la realidad que se nos pone enfrente, pero como bálsamo que calme nuestra desazón  por ser imposible volver a los viejos tiempos, les dejo este párrafo tomado de Aprismo y Filosofía, Pensamiento Político de Haya de la Torre, Volumen III, Ediciones Pueblo, Pág. 93 – 98.

“El proceso de la evolución del Cosmos (…) de la sociedad, del pensamiento, no se detiene en nuestra época. Continúa fluyendo inconteniblemente. (…) Por más grandioso que sea el pensamiento de los hombres egregios: Thales, Pitágoras y Demócrito, Platón y Aristóteles, Santo Tomás, Descartes, Spinoza, Bacón, Kant y Hegel, por más extraordinario e influyente que sea su genio y su videncia, siempre pasan (…) Este necesario devenir no es desmedro de su gloria. Antes bien, es su afirmación, pero afirmación en su Espacio y en su Tiempo, como continuidad histórica de su pensamiento y de su obra”.

Con este fragmento,¿Alguien duda de si Haya esperaba que después de su viaje a las estrellas, no se suscite este aparente caos que resulta de vivir en otro espacio y en otro tiempo?  Cada aprista que lea esto, sabrá encontrar su propia respuesta

Gracias por su atención
(Por Gerardo Cabrejo – 19/09/2013) 
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