domingo, septiembre 22, 2013

Megajalón de orejas

Escribe Mirko Lauer(Diario La Republica)

El amparo concedido por el juez constitucional Hugo Velásquez al ex presidente Alan García es un jalón de orejas a la llamada megacomisión. El argumento central es que el grupo presidido por el congresista Sergio Tejada se ha saltado a la garrocha consideraciones del debido proceso en una investigación, y ahora debe recomenzarla en parte.

¿En qué ha consistido ese salto? Sobre todo el “no habérsele detallado los hechos que se le imputan, ni precisado las conductas ilícitas por las cuales se le investiga o que constituyan delitos, faltas y/o infracciones constitucionales”. Así, se habría mantenido al acusado, y de paso a la ciudadanía, con los ojos vendados a lo largo del proceso.

Más que la investigación de hechos concretos cometidos por García, se trataría de lo que en inglés se llama a fishing expedition: salir a pescar mar afuera a ver qué se puede buenamente capturar en las redes. Quizás una forma castellana de decirlo es aludiendo a los palos de ciego, en esta caso a García: a ver dónde le cae.

Además de librar a García de una arbitrariedad, el juez Velásquez ha indicado a los congresistas cómo se hace una investigación digna de ese nombre. Lección que ha de haber ardido el doble en la estela del papelón protagonizado por la Comisión de Fiscalización, no se sabe si por ignorancia, timidez o desgano, en la visita de Alejandro Toledo.

En efecto las investigaciones parlamentarias no se salvan del bajo nivel que en estos tiempos toca casi todo lo de esa corporación. Que el congresista AP Yonhy Lescano de inmediato haya salido a amenazar al juez Velásquez con una investigación es claro indicio de que no se concibe investigar como búsqueda de la verdad, sino como un arma arrojadiza.

Como en las buenas lecciones, el juez les da a los megacomisionados una segunda oportunidad, y un mayor plazo para seguir bajo los reflectores. A juzgar por la reacción de Lescano, quizás van a preferir desacatar al juez (al que ya están acusando de prevaricador) y simplemente subirlo a bordo de la nave de los precondenados.

Pero el juez además ha colocado a la megacomisión en el predicamento de tener que mostrar sus cartas. Mostrar los indicios que guardaba bajo la manga, si los tiene. O revelar su orfandad de indicios reales. Es decir que tendrá que poner la investigación delante de la implícita acusación. Lo cual ya no es como soplar y hacer botellas.

El incidente también contribuye a poner en foco una cuestión de separación, primacía y traslapo de poderes en el país. Los jueces sentencian dentro del marco de las leyes que surgen del Congreso. Los congresistas deben investigar dentro del marco del debido proceso, tal como este es cautelado por el Poder Judicial. La línea es clara. La transgrede quien no quiere verla.
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