Anónimo
A fines del mes de enero del 2010 me permití tratar, de una manera muy simple, sobre la corrupción en nuestro país, el Perú. Cité lo que dice Lord Acton: “El poder tiende a corromper y el poder absoluto, corrompe absolutamente”. No se necesita ser una autoridad en economía y política, para entender esta sentencia como parte de la acción de nuestra nociva casta política, políticos que gobiernan, manejando el poder con fines inocultables del enriquecimiento ilícito. Dije en el referido articulo, que el fenómeno de la corrupción en la vida pública peruana ha alcanzado dimensiones insospechadas, un problema que hoy envuelve a la mayoría de la población de la mediana, a la alta clase, un problema que se ve con estupor teniendo como cabezas a tres exgobernantes, uno cumple condena y dos son investigados.
Un ex presidente, para quien se pidiera el indulto humanitario, es hoy un actor político desde la “prisión”. Se da el lujo de desafiar y chantajear a un débil gobierno para tener todas las gollerías que no le corresponden como REO que debe estar en una prisión de verdad, como tantos miles de personas que purgan condena. ¿Por qué tanto halago a un criminal de lesa humanidad? Porque tanta condescendencia con la hija que cursó sus estudios con dineros que se robaban a los peruanos y que ahora, además, se sabe que recibió dinero sucio para su campaña política como candidata a la presidencia de la república. Otro de la misma familia, todo un incompetente como congresista, a quien se le encuentra cantidades de droga en su empresa. Este congresista (Kenyi), junto a otro parlamentario, (Julio Gagó) le sirven al reo Fujimori de guardaespaldas (fuerza de choque), para posibilitarle despotricar mediante una emisora de radio contra este complaciente gobierno.
Un ex presidente, investigado por el Congreso, grita y clama inocencia, pero no puede ocultar las propiedades inmuebles que se hace pagar con dinero de procedencia “desconocida”; no puede ocultar su manejo en la compra de millonarios bienes raíces a través de su suegra; no puede ocultar una organización internacional, con sede en Costa Rica. Es en este gobierno que se acentúa la entrega de nuestra economía, al poder de nuestro vecino del sur. Al respecto, todos sabemos, que nada en nuestro país se da sin recibir nada a cambio (coima); sobre esto dice el Sr. Alarcón Flores (Internet), la corrupción es el uso de la posición y el poder político para fines ilegítimos, inmorales, ilegales o deferentes a lo formalmente establecido.
Dentro de este marco de corrupción institucionalizada en nuestro país, tenemos un Congreso donde campean todas las formas de corrupción, en la que la impotente variopinta directiva, solo se hace de la vista gorda, trasladando a las comisiones todo lo más negro de la corrupción, del desorden y del descontrol que caracteriza al parlamento. En este congreso, se dan todas las formas de corrupción a vista y paciencia de sus autoridades, empleados y asesores fantasmas que cobran jugosos sueldos que terminan en manos del titular. Parlamentarios que hacen proselitismo entregando bienes del estado, sobrevaluando facturaciones, parlamentarios con vinculo innegables con el narcotráfico, etc., etc., .Este es hoy el oscuro panorama de nuestro país, en el que la corrupción, un delito de los señores “de cuello y corbata”, manchan totalmente de negro el panorama de nuestro bello país.
Si habláramos de los gobiernos regionales, en los que hay que ser corrupto para postular al gobierno regional; necesitáramos muchos días para escribir y miles de hojas de papel. Los gobiernos regionales, en los que se manejan miles de millones de soles, producto del canon minero, no solo se da la corrupción en el más alto grado, sino que se llega hasta el asesinato, como en Ancash. NO hay gobierno regional en el que no se da un acto de corrupción. Cajamarca, en donde últimamente se ha descubierto el manejo corrupto en construcciones; se suman a esta corruptela, Ancash, Lambayeque; y otros en los que realmente no existen excepciones. Mucho seria hablar de la corrupción organizada en los gobiernos regionales que, con el carácter de autónomos, pueden hacer lo que mas beneficios personales les permite. Por todo lo dicho, puedo culminar esta modesta nota, con la sentencia de: El peor de los bandidos, es el político corrupto.
Paterson, Noviembre del 2013
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