Una prueba real de que existía un serio problema con el señor Adrián Villafuerte, asesor del Presidente Humala en temas de seguridad es su renuncia o lo “renunciaron”; sin embargo, la verdad es que no tranquiliza este forzado dizque alejamiento, porque el Perú sabe que detrás de todo esto hay un manejo de Gobierno que linda con las normas éticas y morales que deben guiar a un Perú que lucha por salir de la corrupción y la pobreza.
Es evidente la ambigüedad con la que se manejan los actos de Gobierno, por un lado se habla de la lucha contra la corrupción y por otro lado surge putrefacta y en estado de descomposición social estos hechos execrables que han sorprendido al planeta. Al parecer y deseo equivocarme, pero se está perdiendo la poca autoridad moral que le quedaba a este herido “Gobierno Familiar” para dirigir los destinos del Perú. Don Isaac Humala resumió con acertado criterio lo sucedido por el escándalo de Óscar López Meneses: “La responsabilidad moral es del presidente; la responsabilidad legal es del ministro Wilfredo Pedraza) y el gabinete; y penal, los que resulten culpables”.
Lo curiosos del caso es que esta novela barata y sobada, explota por los devaneos de un débil mental, figureti, descuidado y complotador de segundilla de barrio barato, sacado de una película de “Mel Brooks El Super Agente 86”, como lo es López Meneses un típico “vendedor de humo y aceite de culebra”, tortuoso, que vende a dos caras y que obviamente se rodea de ociosos complotadores y débiles mentales como él, que necesitan alimentarse de sus aceites para poder subsistir y ganarse “alguito” al volverse a su vez “agentes del Super Agente 86, terrible emisario de recontra espionaje”, que se presenta como conocedor de grandes contactos y que seguro, a varios altos mandos policiales les vendió la idea que tenía conexiones para los ascensos, vale decir General Villafuerte. Obviamente que estos tortuosos y pervertidos personajes, tiene sus recompensas: primero el dinero de Montesinos, segundo la cárcel de Montesinos y tercero, no hay… Sin embargo, sucede que a estos “Super Agentes 86”, los gobiernos los usan para neutralizar y aniquilar a sus adversarios, no importe como, donde y cuando, ellos pululan como abejas en el panal pervertido de los monstruos sin neuronas.
Anecdótica fue la declaración que hacen cinco meses y al respecto hizo el inefable premier Jiménez, calificó de “coincidencia lamentable” que unos agentes de Inteligencia habrían estado supuestamente vigilando las cercanías de la oficina del periodista Fernando Rospigliosi. “Acá estamos para hacer un trabajo de pacificación del país, (…) para servirlo y no para realizar algún acto ilegal”. Asimismo, enfatizó descartó que el asesor Adrián Villafuerte esté detrás de este supuesto reglaje. “Se está construyendo una suerte de historia sombría, algo así como un doctor siniestro.(…) Él es asesor del presidente en temas de seguridad”, enfatizó. Plop.
Ha dicho el ex mandatario Alan García a través de su cuenta de Facebook: “El 24 de mayo denunciamos visitas de asesores presidenciales a Montesinos en la Base Naval. Nadie hizo caso”, García recordó de esta forma que hace meses había denunciado que personajes ligados al Gobierno se reunían con el ex asesor de Vladimiro Montesinos.
Para terminar esta ingrata columna, debo decir: El Perú está herido, dolido, sorprendido, con desconfianza, asustado y para cerrar con broche de oro, asistimos a una guerra de todos contra todos, el Congreso está lleno de “lisuratas”, con mega comisiones de sicarios ávidos de venganza, por otro lado almirantes, generales del ejercito y de la policía, no todos por supuesto, acusándose de viles, miserables y mentirosos… ¿Qué nos queda a los peruanos? ¿A quien acudir? capaz al “Gobierno Familiar”…
Meditemos en silencio…
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