Alan, presidente 2016

Compañeros: Adjuntamos artículo de Javier Valle-Riestra, que contiene un análisis claro, objetivo y premonitorio del futuro presidencial de Alan García, en él nos señala que existe una evidente conjura para mellar la imagen del ex mandatario, que no esta prosperando, más aún, tanta calumnia lo está re-fabricando y fortaleciendo. Se torna así, en el más temible candidato para el 2016.

Por el c. Javier Valle-Riestra

La investigación fiscal por hipotético enriquecimiento ilícito contra Alan García fue archivada. Tras levantarle el secreto bancario y la reserva tributaria, en Perú y Francia, se determinó que no existe un desbalance patrimonial, entre el sueldo que percibe como director del Instituto de Gobierno de la USMP y los bienes que tiene. La Fiscalía de la Nación inició de oficio un proceso indagatorio contra Alan luego que éste anunciara que había adquirido una casa en Miraflores.

Empero el Fiscal de la Nación señaló que evaluará el pedido hecho por la Procuraduría Anticorrupción para incluir al ex jefe de Estado en la investigación del Caso Narco-indultos. Según el Apra, el objetivo de esa Mega-comisión del Congreso es inhabilitarlo. Eso es obvio. El libreto está escrito en Palacio de Gobierno. Saldrán perdiendo. Así lo ha dicho García. Yo soy aprista. Soy amigo de Alan, pero no soy alanista. Sin embargo, reconozco que se está re-fabricando por las calumnias su figura. Se torna así, en el más temible candidato para el 2016. La conjura para mellar su imagen no está prosperando.

Acusar sin pruebas y salir sobreseído, determina una victoria política. García ha dicho que su imagen es de largo plazo. Pero dos años y medio, no es largo plazo. Como el mismo ha dicho, “Evidentemente esa es la estrategia, pero no me preocupa. Desde el primer día de este gobierno se dijo que todo esto debía llevar a la inhabilitación de García, es una obsesión”. Eso significa, amigos, juntémonos todos porque él puede ganarnos electoralmente.

Es un homenaje a su carrera política. Creo sinceramente que los papabilis existentes son muy inferiores a García; que a Alejandro Toledo, mi amigo y cliente, no le veo destino porque no es un líder de masas; Keiko, no tiene la fisonomía política del padre. La figura alanista surge así pujante. Marchará a su tercer periodo sin contrincantes. Y habrá gobernado el Perú quince años, tantos como Leguía. Yo conocí a Alan en 1968. Me lo presentó el propio Jefe en el patio del partido. “¿Cómo, no conoces al Goliat del Apra?”.

Lo traté interdiariamente en España cuando llegué como exiliado y él como estudiante. Después vivió en Francia y ya en el Perú fuimos un binomio en la Asamblea Constituyente y en la Cámara de Diputados. Al llegar al poder, dejamos de vernos. Singularmente, en el segundo mandato. Pero eso no me impide, desgraciadamente, hacer de profeta infalible.