Sobre la decisión del ex presidente García de apoyar al Gabinete Cateriano.
Por Hugo Otero
Creo que Alan García actúa con responsabilidad cuando ofrece su respaldo a Pedro Cateriano para que se le dé el voto de confianza en el Congreso como Presidente del Consejo de Ministros. Del mismo modo me parece responsable de su parte, ofrecerle el apoyo del Partido Aprista al gobierno de Ollanta Humala en este último año de su debilitada gestión. Apunto dos razones.
1.- Es responsable porque el país necesita estabilizarse y no caer en el abismo peligroso e infructuoso de la confrontación a la que nos ha llevado el mismo presidente Humala y ministros como el señor Cateriano, con sus desatinadas actitudes y conductas que todos conocemos. Tanto es así, que el propio señor Cateriano ha reconocido que debe cambiar su estilo agresivo por otro de diálogo y tolerancia
2.- Es responsable el apoyo de Alan García porque, de ser elegido presidente el próximo año, va a necesitar el concurso activo, amplio y plural de muchos sectores para sacar al país de la difícil situación en que hoy se encuentra. Comprende que no es responsable liquidar al que gobierna, por más adversario que sea, para instalarse después aislado y alejado de muchos peruanos en la presidencia. La idea es brindar apoyo ahora, porque luego de las elecciones se va a necesitar ayuda y comprensión para gobernar.
Pero el ex presidente Alan García ha ido más lejos aún y ha invitado a la señora Keiko Fujimori y a su partido a que apoyen al gobierno saliente. Su iniciativa tiende a buscar puntos de coincidencia para asegurar la limpieza del proceso electoral y la gobernabilidad del próximo régimen, sea quién sea el presidente elegido. Este puede ser, de lograrse, un gran paso para impulsar el progreso del Perú.
Sin embargo, desde las filas fujimoristas las reacciones han sido negativas y sus voceros han rechazado con vehemencia la invitación de Alan García. No comprenden o se resisten a aceptar, que la propuesta consiste en colaborar con la unidad de la república y su democracia. Los argumentos que esgrimen nada tienen ver con la invitación. Han respondido con ataques que relacionan al Apra y a Alan García con el tema de las drogas y con otras acusaciones infames.
De esta forma, los partidarios de la señora Keiko Fujimori establecen su propia línea de fuego entre ellos y la gran mayoría ciudadana que demanda a los políticos sensatez y menos pelea inútil. Que les demanda sentir más el clamor del país y pensar menos en ellos mismos y en sus cálculos electorales.
La disyuntiva que ha planteado Alan García es una línea divisoria entre quienes creen en un estilo de gobierno autoritario y vertical y otro abierto al diálogo y al entendimiento. Es un parte aguas entre un presidente con talante de mandamás o, por el contrario, un líder capaz de conducir democráticamente a la nación.
Los peruanos vamos a participar en las próximas elecciones activamente para escoger cuál es el camino que queremos andar.
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