Por Víctor Díaz Gonzales
Estimado presidente, hoy veo cómo la Asociación Peruana de Encuestadoras Influenciadas por Montesinos APEIM, tratan a través de sus encuestas destruir la moral del partido aprista, y en complicidad con medios de comunicación y opinólogos contrarios al Apra divulgan con cierto morbo las encuestas donde según ellos usted tiene 4 % a nivel nacional, Lima 5 %, Norte 5 %, Centro 4 %, Sur 0 % y Oriente 6 %; es decir el Apra no existe en el Perú.
Debo de confesarle que viví en un hogar aprista en San Nicolás, viendo cómo mis abuelos cada 7 de julio se reunían con sus hermanos apristas para hablar de la gran Revolución Popular del 32; veía en su cara amor y dolor cuando nos narraba sobre el liderazgo de Barreto y Tello y cómo a pesar de la traición de los aventureros y renovadores de ese entonces, los apristas prefirieron morir de pie, defendiendo su aprismo y su amor en lo que creían. Hoy presidente nuevamente atacan al aprismo como en el 32, con estigmas y con leyendas negras nos han querido someter a fin de negar nuestra historia y nuestro aprismo; ante el Perú quieren destruir la imagen del líder que hizo crecer la economía 42 % y redujo la pobreza en 20 %, quieren minimizarnos porque saben que el aprista ha construido sueños y oportunidades para millones de peruanos.
Hoy presidente, debo decirle como aprista, me siento muy orgulloso que usted lidere este gran partido, y usted sabe que muchos aventureros han traicionado al aprismo, disfrazando su traición con pedidos de renovación y contribuyendo a la demolición de su imagen, mirando de costado el proceso electoral y vendiéndose como tecnócratas a fin de ocultar su temor y miedo en defenderlo de los ataques de los enemigos del Apra. Sin embargo a pesar de todo ello, y con una campaña demoledora contra usted desde el aire y tierra; con las balas de las encuestas que quieren matar nuestro aprismo; usted decidió seguir adelante, siempre adelante, sabiendo que muchos traidores ya nos vendieron pero al aprista nunca lo ha matado una traición, ni una bala; y seguimos avanzando a pesar de que ya muchos nos dan por muertos.
Estimado presidente, me crió mi abuela Nicida, aprista de corazón, quien conoció a Haya de la Torre cuando fue a la Hacienda San Nicolás; ella decía que ser aprista es ser mejor ciudadano cada día y durante toda su vida esa fue su conducta de vida. Y cuando me contaba de la Revolución Popular del 32, decía que muchos tienen el poder de portar antorchas, unos como los traidores que la utilizan para alumbrar su propio camino, otros como Haya de la Torre que utilizó la antorcha para alumbrar el camino de los apristas. A pesar de que hoy para muchos existe nubes y dudas en su alma, repito lo que mi abuela decía, usted tiene la antorcha que da luz, y que va a iluminar el camino de la victoria del pueblo aprista. Yo desde mi pequeña trinchera seguiré como aprista y soldado de mi familia defendiendo con la verdad y solo la verdad, a usted y a mi partido. Termino tarareando lo que siempre me conmovió como aprista: …7 de julio de madrugada el pueblo avanza casi en silencio, todo Trujillo se pone alerta.
(*) Gerente general de Idice del Perú y miembro de American Association Of Political Consultants AAPC
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