La renovación del Apra

Por el c. Enrique Valderrama

Se debate hoy con intensidad el futuro inmediato del aprismo en sus fueros internos, incluso se han dado encontrones mediáticos muy subrayados por la prensa; pero siendo honestos (sobre todo los mediáticos) son mayoritariamente de orden administrativo, de permuta de personas, sin ningún paraguas conceptual o una nueva idea de país.

Lamentablemente ni siquiera se ha iniciado un análisis colectivo del futuro del partido. Es más, salvo Mauricio Mulder, ningún dirigente ha formulado de manera escrita un análisis previo o esbozado las razones de la derrota del 10 de abril. Es el momento de abrir el debate en todas las instancias del aprismo, en cada local sectorial y/o distrital y preguntarse: ¿Qué hacer? Repensar el Perú para relanzar el Apra.

En nuestra patria se ha configurado una nueva realidad social. Somos un país mayoritariamente urbano, concentrado en grandes ciudades, con un porcentaje abrumador de jóvenes y una mayoritaria clase media. La microempresa representa el 98 % de la iniciativa empresarial en la patria y prodiga casi el 80 % del empleo nacional. Estamos ante un escenario muy distinto al de la insurgencia del cuerpo conceptual del aprismo en 1924 y aun al de su última victoria electoral en 2006. Esta nueva realidad demanda un nuevo Apra en todas sus dimensiones.

Estamos frente a un reto que determinará nuestra proyección y consistencia en las próximas décadas: reconectarnos socialmente con el Perú. Esto implica un trabajo de aggiornamiento conceptual, de lanzar un nuevo programa mínimo para la justicia social, de rediseñar la estructura orgánica o vehículo para nuestra inserción en el movimiento popular y finalmente de encontrar una nueva estrategia comunicacional que conecte con los peruanos menores de 24 años y combata algunas etiquetas o percepciones que están en la punta de la lengua del ciudadano no inmerso en la política partidaria.

Responder preguntas como “¿Qué es la Democracia Social en el siglo XXI?”, ¿Qué Estado plantea el Apra el siglo XXI?” o “¿Qué es revolución social hoy?” son parte de la reflexión o remozamiento y actualización de nuestra línea ideológica. Posiciones claras en temas como el agro, laboral, sectores extractivos, educación, salud, medio ambiente, etc., son básicas e ineludibles para posicionarnos en la defensa de los intereses mayoritarios con propuestas técnicas y viables para la justicia social. Modernizar nuestra estructura orgánica es fundamental, haciéndola más descentralizada, con comités macrorregionales, subregionales en Lima, pero fundamentalmente adaptándola al modo como se organizan los actores sociales en el Perú y al modelo de organización del Estado.

Por último hay que decir claramente que tenemos que romper con tres estigmas que los adversarios con la ayuda y/o complicidad de los grandes medios de comunicación han fijado en la mente colectiva de la ciudadanía: una supuesta complicidad o permisividad con la corrupción, una febril y repulsiva disputa interna fratricida y el inmovilismo en las vocerías y liderazgos de primera y segunda línea. Esto tiene que tener una estrategia de respuesta comunicacional.

La renovación no es un tema etario. El impulso básico debe ser juvenil, pero este es un esfuerzo intergeneracional y es de todos. Recordemos que la estrella, con 91 años a cuestas, en última instancia es ya un patrimonio del pueblo, de todo el Perú.