Se ha vuelto un lugar común enumerar los logros alcanzados por Humala en esta elección, así como recalcar que Alan García enfrenta una situación muy complicada, pero pocos se han dado el trabajo de analizar las sorpresivas fortalezas con las que cuenta el segundo.
1) Muy buena voluntad de los mercados y el empresariado. Hace unos meses se hablaba de fuga de capitales, encarecimiento, descrédito, alza del riesgo-país, caída de la Bolsa y actitudes desfavorables de las multinacionales (acuérdense de su duelo a muerte con el FMI y el BM), influyentes bancos de inversión (Morgan Stanley, JP Morgan, Credit Suisse, etc.), calificadoras de riesgo (Moody’s y Standard & Poors) y agencias de referencia económica (Bloomberg, Forbes, Reuters) si ganaba García (acuérdense de la vertiginosa picada del dólar en vísperas de la segunda vuelta del 2001). Pues ahora más bien García se ha limpiado de su pasado e incluso los inversionistas -tanto locales como foráneos- lo ven con buenos ojos. Este inesperado regalo constituye un gran capital de confianza para trabajar y no debe ser dilapidado por García, quien debería aprovechar esta coyuntura para enterrar definitivamente su pasado. Debe nombrar gente idónea, comenzar a decir que vamos a ser el “puma andino” para insuflar optimismo e incrementar el gasto social sin alterar los fundamentals. Sólo despistados como Beto Adrianzén no se dan cuenta de la increíble buena suerte que ha tenido García para ganarse estos sectores claves sin gran esfuerzo y con ese tremendo pasado a cuestas. No es moco de pavo tenerlos para gobernar con éxito. Ya Fujimori demostró cuánta fuerza le dio llevarse bien con los agentes económicos y enfrentando retos tan fuertes (terrorismo, hiperinflación, anomia) como los que ahora tiene García al frente. Eso no hubiera sucedido de no aparecer Humala.
2) Muy buena voluntad por parte de EEUU, la Unión Europea y muchos países latinoamericanos. Como García es suertudo, su enfrentamiento con Chávez lo ha dejado como un paladín de la democracia ante el mundo. Incluso Bush no le ha molestado su visión socialdemócrata y europeísta para llamarlo. Eso no hubiera sucedido de no aparecer Chávez.
3) Muy buena voluntad de gran parte de la ciudadanía, por lo menos en Lima. Mucha gente te dice que espera que García se redima de su primer gobierno, que no tiene por qué hacerlo mal, que los tiempos han cambiado, que lo aprecian más maduro, que hay que meter el hombro, que estuvo muy bien con Chávez… Gente de derecha que no lo podía ver ni en pintura ahora rebosa buena voluntad hacia él y hasta se felicita de que haya pasado a la segunda vuelta, porque duda de que Lourdes le hubiese ganado a Humala o hubiese podido detenerlo. Esa reconciliación no hubiera sucedido de no aparecer Chávez y Humala…
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