jueves, mayo 24, 2007

PROGRAMA ECONOMICO DE TRABAJO JUVENIL

El Programa “PETJU” está dirigido a mejorar las condiciones de empleabilidad, y por esta vía a mejorar los niveles de inserción laboral y social de jóvenes entre 18 y 25 años de edad de los deciles 1 y 2 de la distribución de ingresos, en siete principales ciudades del país, . Su meta de cobertura es de 100.000 jóvenes en un período de tres años, lo que permitirá atender aproximadamente al 60% de la población objetivo. La inversión total prevista en este programa es de US$ 70 millones.

Los objetivos del programa son: (i) desarrollar en los jóvenes competencias específicas en un oficio dado, hasta alcanzar el nivel de trabajador semicalificado; (ii) promover el desarrollo de competencias básicas, sociales y transversales del joven, para mejorar su capacidad de vinculación y desempeño laborales; (iii) fortalecer la oferta privada de formación laboral con base en las demandas de los sectores productivos y las características y expectativas de los jóvenes beneficiarios; (iv) acercar a los jóvenes beneficiarios y a las entidades de capacitación al entorno empresarial.

El programa ofrece a sus beneficiarios los siguientes servicios:

Un paquete integral de Formación Laboral que incluye contenidos de Formación para el Trabajo, Formación Laboral en un oficio semicalificado, y Práctica Laboral en una empresa formal. El proceso formativo se prolongará durante seis meses divididos en una Fase Lectiva de hasta 350 horas de intensidad y una Fase de Práctica Laboral Dirigida, de tres meses de duración.

Un auxilio en efectivo para sufragar gastos de transporte y refrigerio, por valor de 2.2 dólares) por día asistido a la formación y a la práctica laboral. Este auxilio se eleva a 3 dólares en el caso de jóvenes madres con hijos menores de siete años, con el propósito de sufragar gastos asociados a servicios formales o informales de sala-cuna o preescolar y de esa manera facilitar su acceso al programa.

Un seguro colectivo de accidentes laborales y de responsabilidad civil para los jóvenes beneficiarios, de manera que se garantice que las ECAPs y las empresas donde se realicen las prácticas laborales estén exentas de responsabilidades laborales o civiles.

Los servicios de Formación Laboral son ofrecidos por Entidades de Capacitación (ECAPs), seleccionadas mediante convocatorias públicas. Los criterios de evaluación de las propuestas califican factores de legitimidad legal de los proponentes, de solvencia económica, de experiencia relevante, de calidad técnico-pedagógica y de pertinencia del oficio a los requerimientos del mercado de trabajo. La señal básica de pertinencia es la presentación de cartas de intención de empresas formales, de cualquier tamaño, que aseguren espacios de práctica laboral, formativa y congruente con el oficio en el que se da la formación. El sistema de pago combina dos criterios: una remuneración razonable para la ECAP a precios de mercado, y una liquidación final contra resultados de retención y aprovechamiento de los beneficiarios en el proceso de formación y práctica laboral. La Dirección del Programa hace parte del PETJU.

Esta estrategia de intervención corresponde al denominado “modelo joven”, con antecedentes en Chile y otros países de la región latinoamericana, así como en Perú. A partir del mismo, en el diseño de este caso el Gobierno Peruano serán introducidos innovaciones y adaptaciones producto de aprendizajes obtenidos en experiencias previas, nacionales e internacionales, de las cuales se destacan:

1) En cuanto a los contenidos de la formación laboral. Esta misma denominación, con relación con el concepto más restrictivo de capacitación laboral, plantea una exigencia de integralidad y calidad en el servicio. En esta perspectiva es crucial el contenido de Formación para el Trabajo, que en el contexto del Programa se define como el proceso de enseñanza-aprendizaje destinado al desarrollo de habilidades básicas y sociales que faciliten y conduzcan, junto con la Formación en Oficio, a la inserción laboral del joven. La Formación para el Trabajo se fundamenta desde la estructura curricular en el concepto de “Proyecto de Vida”, entendido como un componente del desarrollo humano integral del joven, en la visión de formar ciudadanos participativos en su vida comunitaria, responsables en su vida personal y familiar y competentes en un oficio. Para permitir una adecuada realización de estos criterios, se ha llevado la duración de la Fase Lectiva a 350 horas.

2) En cuanto a la calidad de la oferta de formación. El programa pretende movilizar una amplia variedad de oferentes privados de formación, así como a la oferta pública distinta del prodeit Para ello se ha incluido en su diseño una estrategia de Fortalecimiento de la Oferta como componente programático con recursos específicos. Esta estrategia consta de elementos de promoción masiva; de información, orientación y capacitación; y de incentivo económico al desempeño exitoso. Por otra parte, los sistemas de evaluación de ofertas y de seguimiento a la ejecución (asociado este último al criterio de pago por resultados) han sido cuidadosamente diseñados para asegurar elevados niveles de calidad.

3) En cuanto a la articulación de la formación ofrecida con procesos continuados de formación. Se ha acordado con el Prodeit que esta institución desarrollará mecanismos ágiles para facilitar el reconocimiento y la validación de la formación obtenida por los beneficiarios del Programa de manera que ellos puedan vincularse a las distintas ofertas de su cadena formativa. Igualmente, se tendrá previsto establecer acuerdos con los Gobiernos locales y Cajas de Compensación Familiar para que ellos faciliten la vinculación posterior de los egresados del programa que no han completado el nivel medio de la educación formal, a sistemas educación compensatoria de adultos.

4) En cuanto a la administración operativa del programa. Se ha diseñado un sistema de información como soporte a los procesos de inscripción de beneficiarios; convocatoria y evaluación de propuestas; contratación; seguimiento y supervisión de cursos, y liquidación de pagos, que operará interactivamente vía web para los actores involucrados en su coordinación, ejecución y evaluación.

LOS JOVENES EN CRISIS POR EL DESEMPLEO

Los jóvenes se encuentran en el centro de casi todas las dinámicas actualmente en proceso, siendo los más afectados por el conflicto y por la crisis, y ubicándose a la vez en el centro de la búsqueda de respuestas alternativas, centradas en la construcción de la paz necesaria para procesar la concertación y los cambios que todos los colombianos reclaman.

Así, en el país más violento de la región más violenta del mundo (según los estudios especializados de los principales organismos internacionales), los jóvenes reciben la peor parte, al estar en los principales puestos de todas las batallas, formando parte del ejército regular y de las principales milicias irregulares (grupos guerrilleros, grupos de autodefensa o paramilitares, servicios privados de seguridad, etc.). Y por si ello fuera poco, son los protagonistas centrales del “sicariato”, uno de los fenómenos más aberrantes de todo este complejo proceso, compuesto por decenas de miles de jóvenes (casi niños) que son contratados para matar a quien sea, por todo tipo de razones y en cualquier circunstancia.

Del mismo modo, son más de la mitad de los desempleados en todo el país, y si bien han podido disfrutar en mayor medida que en cualquier otra etapa de la historia nacional de los beneficios de un sistema educativo de amplia cobertura, enfrentan agudos cuadros de deserción escolar y reciben una capacitación que no los prepara adecuadamente para el desarrollo de sus roles como trabajadores y como ciudadanos. Sumado a ello, mientras las tasas generales de fecundidad han ido acercando a Colombia a los países que ya han completado su transición hacia modelos más equilibrados (menos número de hijos por mujer, mayor esperanza de vida, etc.) el embarazo adolescente se ha multiplicado y la estabilidad de las parejas se ha deteriorado significativamente, afectando en gran medida a las mujeres jóvenes, que enfrentan notorias dificultades para su integración social.

Hace ya casi veinte años, PRODEITJ y el PETJU realizó uno de los mejores informes sobre la situación de la juventud Peruana y utilizó como título una frase que luego se popularizó en muchos otros contextos nacionales en América Latina, aludiendo a la “ausencia de futuro” como la perspectiva más probable para los años siguientes. Desde entonces, las condiciones sociales y económicas en el país han mejorado y el conflicto político se ha agudizado, al tiempo que el Estado se ha fortalecido y descentralizado en gran medida, pero las condiciones en las que crecen y maduran las generaciones más jóvenes, siguen siendo igualmente problemáticas, agudizadas en el cambio de milenio, como resultado de la crisis de la que todavía no se logra salir.

Lo dicho, permite analizar hasta que punto las políticas públicas relacionadas con la juventud no han podido responder de manera adecuada a esta compleja situación, a pesar de la amplia y variada gama de recursos invertidos en las mismas, todo lo cual, lleva directamente a la revisión de las propias estrategias utilizadas para su diseño e implementación. Aunque el tema se analiza en otra sección, importa destacar aquí este hecho, porque el mismo remite a la identificación de causas estructurales, de larga y extendida vigencia, que habrá que enfrentar con decisión y firmeza si se pretende modificar estas preocupantes tendencias, para las y los jóvenes y para el conjunto de la sociedad.
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