A propósito de la pretendida infiltración de la autocracia y dictadura chavista en el Perú.
Por: Edgar Valdivia Isuiza
El 18 de junio a las 7 de la mañana el monomotor de una empresa de aviación regional loretana, iniciaba su incesante recorrido de despegue por la extensa pista de aterrizaje del aeropuerto internacional de Iquitos, capital amazónica del oriente peruano. 14 personas, 12 pasajeros y 2 pilotos, conformaban la capacidad operativa de vuelo de la aeronave. Nuestro destino final: la austral Contamana, capital de la provincia de Ucayali, ubicada cerca a la frontera con la región Ucayali. Previamente la aeronave hizo su arribo a la ciudad de Yurimaguas, donde tuvimos una estancia de aproximadamente 3 horas para posteriormente volar hacia el aeropuerto de Tarapoto en cuyo lugar pernoctamos aproximadamente 45 minutos para finalmente aterrizar a las 14.00 horas en el agrietado asfalto de la pista de aterrizaje de Contamana.
Al bajar de la aeronave emocionados reconocimos a amigos de antaño, entre ellos a los operadores en la zona de la línea aérea, a curtidos transportistas de motokars y empresarios que se encontraban en plan de espera para su traslado a la ciudad de Pucallpa. Entre los pilotos de motokars localizamos a quien afectivamente era conocido como “Paloma”, quien en ese momento utilizaba gafas oscuras para protegerse del abrasador sol selvático, iniciando una fluida conversación sobre la temática local y sus horizontes cotidianos. El tema hubiese pasado desapercibido como parte de una rutina más, si es que no retiraba las gafas del rostro que en realidad cubría las secuelas de un accidente de transito de meses anteriores que afectó severamente el contorno óptico de “Paloma”. En esa circunstancia “Paloma” comentó muy entusiastamente que tanto el como otros, habían recibido el ofrecimiento del Alcalde Provincial de Ucayali Luís Zuta, para apoyarlos en la gestión de tratamiento especializado de oftalmología en Venezuela, a través de una ONG “Milagro” vinculado al Presidente Hugo Chávez, con cuyos representantes en el Perú la autoridad local había contactado y cuyo convenio de cooperación se encontraba en trance de espera para su suscripción. Aunque hacia notar el hermetismo que conllevaba la esperada ayuda, pero que en reiteradas veces había escuchado hablar de la palabra Bolivariana y del apoyo que los beneficiarios debían prestar en canje por la “ayuda” a prestarse.
Pero algunas semanas pasadas, en la ciudad de Iquitos, capital amazónica de la región Loreto, circulaba la versión que el Alcalde de Maynas Salomón Abensur gestionaba intensamente, con la promoción, respaldo y monitoreo del ahora congresista humalista Víctor Isla, la asistencia a un numeroso grupo de personas con afecciones en los ojos para ser tratados en Venezuela por especialistas venezolanos y cubanos bajo el paraguas de un “extraño” Convenio que incluiría asistencia financiera, para lo cual inclusive se refería que había convocado a otros Municipios distritales para sumarse a este convenio, que sin lugar a dudas, “sacaba la vuelta” a la legislación peruana, y mas bien se interpreta que se orientaría a “fortalecer” la alicaída propuesta “nacionalista” para afirmar una estrecha relación política e ideológica del humalismo y sus corifeos con la autocracia chavista, nacida al calor del ultimo proceso electoral peruano del 2006. Hipótesis que fueron corroborados objetivamente por el diario Correo en su primera plana del 08.07.07 y que lo ratifican los incuestionables informes de diversas zonas del Perú.
El escenario planteado en la lacustre ciudad de Puno, en el sureste peruano, sustentan nuestro comentario. Que el ALBA (Alternativa Bolivariana para las Ameritas) es una cabecera de playa de la autocracia chavista en el Perú. Un Presidente Regional como Hernán Fuentes, ciudadano peruano, quien con el mayor desparpajo y de manera irresponsable a colgado fotografías del dictador venezolano en las oficinas del Gobierno Regional de la jurisdicción donde representa al Estado Peruano y ha suscrito “supuestos” convenios de cooperación al margen de la legislación nacional, asumiendo el papel de gonfalonero del venezolano Hugo Chávez, un golpista con caricatura y membrete de “demócrata”, que intenta reestructurar su presencia en la política peruana ante la fallida perfomance de su candidato “nacionalista”, con miras a mediatizarlo e insertarse en su dinámica para “construir” mejores condiciones que le permitan réditos políticos e ideológicos en un futuro cercano para “amarrarse” a sus avances proselitistas y tutelajes en Bolivia, Ecuador y Nicaragua, al amparo del paraguas de los petrodólares. O sea apoyo social condicionado a sujeciones políticas e ideológicas. Rimbombante y simplona manera del autócrata venezolano para ganarse adhesiones para inéditos y controvertidos “paraísos”. ¿Pensará el autócrata que los peruanos no pensamos?. ¿O es que cree que la personalidad de un país como el Perú se vende por un plato de lentejas desabridas? Seguiremos.
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