El c. Carlos Roca Cáceres, quien haya sido constituyente, diputado y embajador del Perú en Italia, es el actual candidato a la alcaldía de Lima Metropolitana por el Partido del Pueblo, elegido en la última convención celebrada en Alfonso Ugarte hace algunas horas, contando además con el abrumador apoyo de los delegados, vale decir, de los representantes de las bases en dicho encuentro partidario, así, el c. Carlos se erige como la figura aprista para representarnos en los comicios del 3 de octubre sostenido sobre la decisión de las bases del partido. Con conciencia y sin imposición!
Su trayectoria es harto conocida en nuestro movimiento. Discípulo directo y predilecto de Víctor Raúl Haya de la Torre, ha tenido diversas responsabilidades de orden partidario a lo largo de su militancia la cual comienza en el año 1962. Ha sido secretario del Cultura en el Comando Universitario aprista de la PUCP, universidad en la que estudió los dos años de estudios generales letras para luego culminar sus estudios de ciencia política en Turín, Italia, donde también hizo política, siendo elegido Presidente de la Federación de Estudiantes Latinoamericanos, en cuya gestión dio tribuna al Jefe para dar charlas y conferencias, dándole a la juventud latinoamericana en Europa la oportunidad de escuchar su mensaje, convirtiéndose en uno de los más entusiastas propagandistas del aprismo en el viejo continente. Lugar y momento, por cierto, en que se afianza la relación de maestro-discípulo, compañero, amigo y hermano, entre el viejo luchador y el joven impetuoso.
Su llegada al Perú tuvo la expectativa que Víctor Raúl generó en sus conversaciones con los muchachos de entonces, entre los que se encontraban César Vega, Fernando Arias, Luis Alva y hasta un tímido veinteañero Alan García (para ese entonces nadie sabría qué les depararía el destino), el Viejo, como así lo llamaban siempre con extremo cariño, dispuso los honores del caso para la llegada de quien fuera luego un referente de la juventud aprista, y uno de sus más cercanos colaboradores, era el año de 1969.
Se instala nuevamente en Lima y es integrado a las labores partidarias como miembro del Buro de Conjunciones, grupo de jóvenes escogido por el propio Haya de la Torre para la reconstrucción del movimiento, entre los que se encontraban los ya mencionados y demás jóvenes universitarios y obreros. A través de este buró que dependía estrictamente de la jefatura del partido, Carlos Roca tuvo una serie de misiones qué cumplir entre ellas la defensa del aprismo en la universidad peruana polemizando contra los adversarios a sabiendas de su gran oratoria, conocimiento pleno que tenía del aprismo y su vasta cultura general.
El Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas tenía secuestrado al Perú y era el momento, urgente e impostergable, de reactivar los comandos universitarios. Es en estas circunstancias que como alumno de de la facultad de Letras y Ciencias Humanas de la PUCP en la especialidad de Historia que se presenta como candidato a la presidencia de la Federación de Estudiantes de dicha casa de estudios FEPUCP en circunstancias más que valerosas, pues eran los últimos meses del velascato y el régimen dictatorial sostenía una orden de deportación contra él, aún así, contra enemigos y soplones irrumpe en algún salón donde se había montado el escenario en que se llevaría a cabo el debate indispensable para la presentación de su candidatura, la candidatura del APRA en la Católica, por su puesto tras tremendas peripecias ya que los compañeros de la brigada, encargados de su traslado, tuvieron que sortear la gendarmería.
Pronto llegaría a la más alta jerarquía del partido, como secretario general colegiado junto a grandes personalidades entre los que se encontraban Armando Villanueva y Andrés Townsend, el objetivo de este nuevo comité ejecutivo: afrontar la campaña rumbo a la elección de una asamblea constituyente, esta debía generar un nuevo consenso nacional que concrete una carta magna acorde con los nuevos tiempos, más social, más cercana al pueblo y para ello había que imprimirle una gran cuota de aprismo, por eso, era indispensable ganar una gran mayoría de curules asegurándole una cómoda llegada al viejo león para que así pueda alcanzar la presidencia de dicha asamblea, el objetivo se cumplió y entre los constituyentes también se encontraría Carlos, cumpliendo con brillantes la encargatura que el pueblo aprista vinculara con sus votos.
Su paso de 12 años por la cámara de diputados no fue en vano contribuyendo siempre por la consumación de una sociedad más justa y equitativa, por ello, es muy significativa la brillante defensa que hace en el parlamento de la estatización de la banca, medida, aunque polémica, hizo evidente su posicionamiento al lado de los desposeídos y olvidados, máxima que siempre sostendría hasta hoy consecuentemente. Así mismo, es preciso anotar que su paso por la embajada del Perú en Italia ha sido provechosa para nuestros pueblos, promoviendo el hermanamiento entre nuestras principales ciudades con sus principales localidades, saliendo beneficiadas Trujillo y Arequipa, entre otras, por otro lado impulsando la inversión italiana en el Perú por medio de sendos encuentros empresariales Peruano italianos entre otros.
Sin embargo, es su profundo compromiso con la militancia lo que ha caracterizado su vida partidaria. Su autoridad moral y transparencia le ha permitido decir siempre la verdad y actuar con sinceridad y franqueza algo muy escaso en los políticos de hoy en día. Por ello, su conocimiento de la base, que es el conocimiento del pueblo lo pone por encima de otros candidatos para lograr el sillón municipal. En suma, un gran aprista, inteligente, capaz, comprometido, sensible y sobre todo honesto, valor que hoy en día se echa de menos, en medio de tanto faenón y cargamontón mediático…
Fraternalmente,
c.Renzo Javier Ibáñez Noel
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