jueves, noviembre 25, 2010

Rumbo a la Edad de Piedra

Por Miriam Leiva


FOTO ENVIADA POR EL AUTOR
LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - El mercado, base del desarrollo de la humanidad, versus la planificación, freno y destrucción. Los Lineamientos de la Política Económica y Social que se adoptarán en el VI congreso del Partido Comunista de Cuba en abril de 2011 definen que “la política económica en la nueva etapa se corresponderá con el principio de que sólo el socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar las conquistas de la revolución, y que en la actualización del modelo económico, primará la planificación y no el mercado. En resumen, no habrá cambios.

El período Neolítico surgió hacia el año 8000 antes de Cristo. El hombre avanzó en el desarrollo de la agricultura y la ganadería gracias a los descubrimientos de metalurgia, los instrumentos de trabajo y la rueda; inventó la escritura y el calendario y muchas cosas más. Hubo extraordinarias civilizaciones en Mesopotamia, Egipto, Creta, Tesalia, China, y hacia 3000-2000 AC, progresó en las  actuales Italia, España, Ucrania, Inglaterra, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Suecia, Ucrania y otros. Los excedentes de producción después de cubrir las necesidades vitales permitieron el surgimiento del comercio. Parece que allí está el origen del mercado, de la oferta y la demanda.

“El intercambio fue de vital importancia para el progreso humano; fueron conductos por los cuales las ideas de una sociedad pudieron llegar a otras, por los cuales se pudieron comparar los materiales extranjeros, por los cuales se pudo difundir, de hecho, la cultura. En realidad, la civilización neolítica debe su expansión, en parte, a la existencia previa entre las comunidades todavía esparcidas de cazadores, de un enlace comercial rudimentario. El comienzo del comercio es un requisito previo para la existencia de la metalurgia” (Los Orígenes de la Civilización, Gordon Childe).  

Las civilizaciones más avanzadas de América no utilizaron el dinero, pero tuvieron mercados. Los aztecas cambiaban sus productos en el mercado, al que llamaban tianguis; había regateo e incluso un juez de mercado. Los incas efectuaban mercado –catu- tres veces al mes; era lugar de trueque, feria y festival. “La gente que vivía en los Andes y en la costa los celebraba desde mucho tiempo antes de que aparecieran los incas. Sin embargo, los incas les dieron cierto orden” (Aztecas, Mayas e Incas, Víctor W. Von Hagen).

“Del siglo IX al XI, el Occidente quedó bloqueado. El movimiento comercial no le sobrevivió. La aparición del feudalismo en la Europa occidental, en el curso del siglo IX, no es más que la repercusión, en el orden político, de la regresión de la sociedad a una civilización puramente rural” (Historia Económica y Social de la Edad Media, Henri Pirenne).

Cuando disminuyó el peligro de los invasores –Flandes, Francia y otros-,  y el Mar Mediterráneo se abrió -fundamentalmente Venecia y Florencia-, revivió Europa; nació la industria urbana, con sus oficios, gremios, mercados y burguesía. En 1407 se creó el primer banco de los tiempos modernos, la Casa di San Giorgio, en Génova.  

El  Renacimiento en los siglos XIV al XVI impulsó el conocimiento y las artes. En 1492 Cristóbal Colon llegó a América. Fue el comienzo del mundo globalizado actual. En 1519 se fundó La Habana, capital moderna en 1959 de un país avanzado para la época, cuando comenzó  la revolución cubana, prometedora de un futuro próspero para todos. No pudo avizorarse la destrucción de las libertades individuales y la nación.  En 1968 arrasó la “ofensiva revolucionaria”, que completó la aniquilación del tejido económico.

La baja eficiencia, la descapitalización de la base productiva y la infraestructura, el envejecimiento y el estancamiento en el crecimiento poblacional, la elevada centralización de los mecanismo de asignación y utilización de las divisas, las limitaciones de la economía para enfrentar el déficit en la cuenta financiera de la balanza de pago, las retenciones bancarias de transferencia al exterior y el elevado monto de los vencimientos de la deuda, son problemas  reconocidos con justificaciones en Los lineamientos para el VI Congreso.

Pero conmociona el enunciado de que las diversas medidas adoptadas para enfrentarlo “no han resuelto los principales problemas”, y se exponen otras 6 para solucionarlos, que incluyen la búsqueda de fuentes alternativas de financiamiento, incrementar la productividad del trabajo, recuperar la capacidad exportadora y reducir la elevada dependencia importadora. Para lograr incentivar el trabajo y la elevación de la productividad se anunció la eliminación de “las plantillas infladas”, lo que se traducirá en el desempleo hasta el VI Congreso de 500 mil trabajadores y en total, 1 millón 300 mil en tres años. Simultáneamente se mantienen salarios muy bajos y altos precios -fundamentalmente los de las ventas en divisas, indispensables para mitigar las primeras necesidades-, y se abre el trabajo por cuenta propia con muchas limitaciones y altísimos impuestos.

En el plano externo, sin garantías para los inversionistas y comerciantes muy difícilmente se podrán lograr los objetivos. El futuro parece ligado a Venezuela y su ALBA, y a China, que se posiciona en la extracción y refinación del petróleo de Cuba, el turismo y la posible compra de tierras con derecho a 99 años de usufructo. En algunos casos, las operaciones son triangulares. Los otros socios son Irán, Rusia, Argelia, Brasil, Angola y Viet Nam.  Parece que la independencia y la soberanía política seguirán comprometidas a la económica. 

La revolución socialista dura 51 años, que han sido los más fructíferos para el resto de la humanidad, incluido el acceso a la hoy imprescindible Internet. Ese socialismo y su planificación han destruido todas las riquezas: la industria azucarera (Cuba era el primer exportador mundial), fuente de desarrollo socio-económico-cultural; infraestructura  –también las viviendas- y hasta las frutas tradicionales, pero sobre todo los valores morales y cívicos. 

La mayoría de los cubanos no conocieron la economía de mercado, pero sí están convencidos de que la existente no ha servido. No se puede actualizar, hay que cambiarla. La iniciativa privada es vital para motivar la creatividad, complementar al Estado y comenzar a salir del caos. Aun las autoridades tienen la posibilidad de no continuar llevando a Cuba al Paleolítico.  
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