sábado, diciembre 14, 2013
REDUCIENDO LA POBREZA
Por: Guillermo Vidalón del Pino
Esta semana se anunció que gracias al respaldo de la población, las autoridades locales, provinciales y regionales de Junín se aprestan a recibir más de S/. 200 millones anuales por concepto de Canon Minero -después del primer año del inicio de producción del proyecto minero Toromocho- si los precios de los metales se mantienen en los niveles actuales.
Junín habrá incrementado su productividad y, por lo tanto, dinamizado su economía. ¿Qué de nuevo trae el proyecto Toromocho? La producción de 170 mil toneladas de cobre y la decisión del directorio de dicha empresa de realizar una inversión adicional para elevar la producción hasta las 300 mil toneladas anuales del rojo metal, lo que a su vez impactará favorablemente sobre los ingresos que administren las autoridades locales para invertir en obras de infraestructura que generen sinergias e impriman mayor velocidad al desarrollo económico y, por consiguiente, resulten en una significativa reducción de la pobreza y hasta la posible eliminación de la pobreza extrema.
A nivel nacional, dicho proyecto representa un aumento de 13% en la producción de cobre, además, consolida al Perú como el segundo productor de cobre a nivel mundial y emite un mensaje a la comunidad de inversionistas del mundo que seguimos siendo un país atractivo para la inversión.
Sin embargo, el Perú no es solo Junín, también lo es Arequipa, Piura, Tacna, Moquegua, Cajamarca, Lambayeque, Puno y todas las otras regiones del país donde aún tenemos proyectos de inversión pendientes de ejecutarse. Tengamos presente que más allá de la inversión que todos estos proyectos representan está la convicción de que sin inversión es poco lo que se puede hacer para reducir la pobreza, mejorar la calidad de vida de nuestros compatriotas y, en adición, contar con recursos suficientes como para mejorar y elevar las competencias de nuestro recurso humano, y acercarnos decididamente a los estándares que tienen los países más desarrollados.
Ojalá que la buena noticia y el mensaje que trae la entrada en producción de Toromocho sea imitada en otras regiones con enorme potencial cuprífero y que, no obstante el desarrollo relativo que han alcanzado, visualicen que aún tenemos un largo camino por recorrer y hay mucho por ganar.
En Piura tenemos los proyectos Tambogrande y Río Blanco (lamentablemente, el primero viene siendo invadido progresivamente por extractores ilegales que no dejan ningún beneficio para los gobiernos locales ni la región). En Arequipa tenemos el proyecto Tía María, cuya operación se llevaría a cabo en una zona desértica denominada Pampa Cachendo. En Tacna tenemos la ampliación de la mina Toquepala sin utilizar más agua fresca (100 mil toneladas más de cobre refinado y el correspondiente incremento del Canon Minero, una vez que se haga realidad).
En Moquegua tenemos al proyecto Quellaveco que ojalá también se convierta en una realidad. Cajamarca con el desarrollo de los proyectos Quilish y Conga podrá revertir el profundo declive de su actividad económica propiciada por la irracionalidad del extremismo. Lambayeque con Cañariaco recuperará aquello que nuestros antepasados nos dejaron como legado, dominio de los recursos de la naturaleza, irrigar el desierto, emplear los recursos metálicos y dejar orgullosas huellas de su esplendor.
Cabe preguntarse, ¿debemos dejar pasar la oportunidad de seguir reduciendo la pobreza?
Muchas gracias por leerme. Se autoriza su reproducción (siempre que se respete la autoría del mismo) para que más peruanos seamos conscientes de la importancia de la minería en el proceso de desarrollo y generación de bienestar en el Perú.
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