Por: Carla García B.
Mauricio Mulder ha sido elegido por miles de votantes para representarlos y, por tanto, vive en el mismo mundo que ellos. Es esperable, entonces, que hable como ellos y reaccione como ellos. ¿O es que por ser congresista tiene que portarse como una especie de santo y frente al agravio gratuito entregar la otra mejilla? ¿Acaso no puede seguir siendo un humano con esquina y cancha?
Por otro lado, ¿qué parte de “personaje público” o de “líder de opinión” significa “piñata”? Si el ciudadano -transformado en usuario de redes sociales y convertido, a la vez, en máquina expendedora de insultos- busca en el Congreso un ejemplo, está lamentablemente equivocado. Y esto último poco tiene que ver con las respuestas de Mulder a los tuiteros y mucho con los delincuentes del Legislativo.
¿Prefiere el Perú a un político que guarde las formas y que permita la infamia diciendo "gracias, hijito lindo" mientras por lo bajo vende la patria o a un humano real que se 'pica' porque lo insultan y que contesta de manera frontal a los agravios en el mismo tono?
"¡Ay, ay, estuve insultando a Mauricio Mulder y fíjate que me mentó la madre, dañando gravemente mi honor!"
Ajá, así que gusta insultar gratis. Entonces... ¡toma, ctm!
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