por ALAN GABRIEL SALINAS
Históricamente, el Perú no pudo llegar de manera bilateral a un acuerdo con Chile sobre los límites marítimos. El vecino del sur se amparó por largo tiempo en los límites pesqueros que tenía con el país. Estos límites pesqueros, sostenían los chilenos, estuvieron avalados por décadas consuetudinaria y legalmente por ambos países. Pero no fue así. El Perú presentó a la Corte de la Haya una demanda que solucionase este problema limítrofe. Mediante un tercero imparcial. Así fue. El 27 de enero del año pasado se dictó la sentencia, resolviendo un problema histórico entre ambos países.
¿Cuál fue la estrategia para llevar la demanda a La Haya y lograr pacíficamente una salida favorable sobre los límites marítimos? Todo empieza en 1986, en el primer gobierno de Alan García. En ese entonces, el Presidente envió a dialogar al exembajador Hugo Otero con el dictador Pinochet sobre el tema. Hubo conversaciones entre tensas y cordiales. Salió a la luz el informe Bákula. Pero ahí quedó.
El año 2008 se retoma este pendiente. Gobernaba nuevamente Alan García. En el vecino país del sur gobernaba Michelle Bachelet. Ese año se presentó la demanda a La Haya. Era el camino. Que un tercero de reputación jurídica internacional intachable decida un problema histórico entre ambos países.
Pero faltaba una cuestión histórica por zanjar al Perú para que la decisión de la Corte nos sea favorable: Ecuador. Con el vecino del norte tuvimos también por mucho tiempo límites pesqueros y no marítimos. El 2011, previo acercamiento amistoso entre los presidentes Alan García y Rafael Correa, se firmó el tratado marítimo. Solucionamos pacíficamente dicho problema.
El 2014 la Corte de La Haya dictó sentencia, recuperando el Perú 50.000 kilómetros de mar. Ha pasado casi un año hay que recordarlo.
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