Por: Alan Salinas Ramirez
Al escribir esta columna se me pasa por la mente una genial frase del gran Armando Villanueva, líder histórico del APRA: "Nada por mí, todo por un Perú justo y generoso". Recojo esta genial frase de deber porque el APRA, al cual pertenezco desde mi infancia, pasa por un momento clave en su historia, porque actualmente pasa un momento de reorganización y porque pasa, no cabe duda, por su momento constituyente de apertura al nuevo Perú. Por eso mi atención a lo que alguna vez nos dijo Armando a nosotros los apristas y al país.
Ser aprista en este nuevo país y en estos nuevos tiempos es difícil, porque lo tradicional ante lo nuevo, y muchas veces efímero, tiende siempre al desgaste. Pero lo importante, como nos dijo el presidente Alan García en el mitin de la fraternidad del 2014, es persistir. Persistir y tener constancia nos da y refuerza a largo plazo mística, razón de servicio y norte político. Características que no tienen otros partidos.
El viernes último en el mitin de la fraternidad, el presidente Alan García hizo un llamado de atención a la dirigencia y a la militancia para la reorganización del APRA, donde no solo cuenten los votos y decisiones de los militantes sino también la de la ciudadanía en general. Eso es un gran paso de apertura y de transparencia.
En ese camino, hay muchas ideas y acciones por realizar. Como dije líneas arriba, estamos ante un nuevo país (país de juventud, de empresariado popular y, por qué no sostenerlo, de crecimiento económico desordenado e informal). Así estamos. El reto en ese sentido es abrirnos no para que venga la ciudadanía a nosotros, sino para ir hacia ellos. Representamos un símbolo y eso debemos comunicarlo y trabajarlo casa por casa. Es difícil, pero no complicado.
En ese camino, hay muchas ideas y acciones por realizar. Como dije líneas arriba, estamos ante un nuevo país (país de juventud, de empresariado popular y, por qué no sostenerlo, de crecimiento económico desordenado e informal). Así estamos. El reto en ese sentido es abrirnos no para que venga la ciudadanía a nosotros, sino para ir hacia ellos. Representamos un símbolo y eso debemos comunicarlo y trabajarlo casa por casa. Es difícil, pero no complicado.
Las organizaciones sociales en todos el país actualmente nos dicen con su trabajo que se hagan acciones en cosas concretas. Para ello se necesita que el Partido vuelva no solo al trabajo social en salud y otras actividades relacionada a ella, sino también a la educación para el trabajo. Tenemos la experiencia porque fuimos gobierno. Hay temas de educación técnica, de titulación de vivienda, de planes de desarrollo, entre otros temas que todavía no hemos realizado organizadamente. Volver al partido-escuela, como lo llamó Víctor Raúl.
A eso debemos ir para que el partido se siga manteniendo en el corazón y en las mentes de cada peruano y peruana. Parafraseando y cambiando un poco lo que sostuvo alguna vez Haya de la Torre: Es importante llegar a Palacio de Gobierno para la gran transformación del país, pero más importante aún es llegar a la conciencia del pueblo para la vigencia de este gran instrumento de justicia social.
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