“Aquí no hay derrotados" dijo Alan García en su discurso como virtual Presidente.
• Un emocionado líder aprista se comprometió a enmendar errores del pasado, trabajar por el país y atender las demandas del Sur que prefirió a su adversario •
Dijo que el único derrotado en las urnas fue Chávez.
Con la misma devoción que rezó después de conocer los primeros resultados, antes de salir al estrado Alan García estuvo a solas dos minutos en el salón de la Casa del Pueblo donde el fundador del Apra, Víctor Raúl Haya de la Torre, acostumbraba sesionar. Dicen que la militancia política tiene mucho de religión. Y ahí estaba García para comprobarlo como el político más devoto. Cumplido el ritual, a las ocho de la noche apareció en el escenario con las manos en alto para hablar a las masas como virtual presidente desde el bastión aprista de la avenida Alfonso Ugarte. De entrada, planteó su mensaje como un propósito de enmienda: "Moriremos en el empeño de no fallar, no defraudar a los peruanos".
Luego de resaltar, emocionado, que la mayoría de peruanos le había dado una segunda oportunidad para gobernar, Alan García reconoció que "el pueblo ha votado por el Apra a pesar de los errores y las colas". "Nadie puede llegar a la responsabilidad del poder si no acepta abriendo su corazón ante Dios, y reconoce de qué errores es culpable y de qué defectos es pasible", predicó el líder aprista en ese mismo tono de creyente y político consumado, que lo llevó a afirmar que para gobernar el Perú "se necesita de la providencia divina" y que el mayor error ha sido el "deseo de poder". Sin triunfalismos El acto de contrición de García vino cargado de promesas al reconocer que con su gobierno también se juega el destino del Apra. Aseguró que los militantes de su partido ni los "seudos apristas" coparán el Estado ni lo tomarán como botín. "Nada de frivolidades, nada de viajes, asesorías, sueldos suculentos (...), porque el gobierno quiere un gobierno austero y popular".
Al no saberse como triunfador absoluto debido al amplio respaldo recibido por Ollanta Humala en el interior del país, dijo que trabajará por el sur andino que se muestra todavía "huraño" y ha preferido a su contrincante nacionalista. Fue entonces que desde el estrado señaló: "Aquí proclamo que no hay derrotados. Tomo la bandera del Perú de quien la recibió y la levanto para trabajar por el Perú".
Pero en medio del entusiasmo por su virtual triunfo que después la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) confirmó con su primer reporte al otorgarle 55.4% de los votos frente al 44.5% de Humala, no pudo evitar continuar la riña con el presidente de Venezuela Hugo Chávez. Dijo que el único derrotado en estas elecciones es Chávez que buscó intervenir en los asuntos internos del Perú con "la fuerza de su negro dinero", y añadió: "Aquí está la democracia que le ha dicho no, que representa la democracia de los peruanos". Primeras palabras Media hora antes en su local de campaña de San Isidro, García ya había lanzado algunos dardos contra Chávez en sus primeras declaraciones a la prensa luego de conocerse los resultados de Transparencia, que lo daban como ganador: "El Perú ha sido contundente al rechazar el intento de penetración y dominación que estas elecciones entrañaban. Ha rechazado ese modelo militarista y retrógrado que ha pretendido implantar en Sudamérica", resaltó. Concertación y apertura En esa reunión previa con la prensa, Alan García se comprometió a trabajar por el desarrollo de la zona sur del país y también en atender el reclamo de las regiones andinas que se ha puesto de manifiesto en esta contienda. Dijo que el gobierno que propone es el de la "concertación, del diálogo y de la apertura" y que coincidía con Ollanta Humala cuando señalaba que había triunfado "la esperanza sobre el miedo". García le agregó una cualidad más a su posible victoria en estos comicios sin dejar de golpear al adversario: "Ha triunfado la capacidad de crear sobre el desorden". En el mitin de la Casa del Pueblo también reiteró su compromiso concertador: "Nadie puede gobernar por sí solo o por sí mismo. Se necesita el concurso de todos los peruanos, y me propongo convocar a las instituciones y a las personalidades, a quienes tienen competencias y cualidades como la honestidad, para que nuestra patria acelere su velocidad de crecimiento, y al mismo tiempo genere empleo y redistribución regional", afirmó.
Y en nombre de ese deseo, pidió que lo ayudaran a gobernar por un Perú más justo. "Extiendo mi mano a todos los peruanos sin exclusiones", remató Alan García mientras sus seguidores lo miraban entusiasmados y gritaban su nombre hasta las lágrimas. Y esto no es ninguna exageración.Varios militantes lloraron cuando García invitó a los militantes apristas a ir de esquina en esquina a agradecer a todos por la segunda oportunidad histórica que tenía el Apra de gobernar. "Háganlo, así no hayan votado por nosotros", dijo en ese tono de profeta poseído que lo acompañó en todo su discurso. Como palabras finales habló de una gratitud correspondida "hasta la muerte" y se llevó las manos al rostro para contener la emoción. No lloró, pero estuvo a punto de hacerlo. Y solo entonces el congresista aprista Maurico Mulder agarró el micrófono para cantar el himno del partido, la Marsellesa.
Al filo de la medianoche, la ONPE confirmó las tendencias al 83.9% al reportar que García seguía en ventaja con 54.6% frente al 45.3% de Humala."Soy el voto útil"El día de la victoria de Alan García empezó con un desayuno familiar. Como en la primera vuelta, estuvo acompañado desde temprano por su esposa, Pilar Nores, y por sus hijos Carla, Josefina, Gabriela, Luciana y Raúl Simón. Hacia las nueve de la mañana, la familia García Nores llegó a la oficina aprista, en San Isidro. El menú, bastante frugal, consistió en chocolate caliente y pan. Una vez sentado en su silla, García tomó el micrófono y saludó a los periodistas. Luego vino el rosario de preguntas. De todas sus declaraciones matinales se debe rescatar, primero, su compromiso de empezar a trabajar, a partir de hoy mismo, en la construcción de puentes con diversos sectores políticos, económicos y sociales. "No hay tiempo para perder. No podemos esperar hasta el 28 de julio", declaró. Pero García también aprovechó la oportunidad para intentar desprenderse de la etiqueta del "mal menor" que pesó sobre él durante la campaña de segunda vuelta. Al contrario, se definió como el "voto útil", o la posibilidad que tienen los peruanos de detener a una opción peligrosa. "Eso mismo ha ocurrido en otras democracias del mundo" señaló. Las declaraciones matinales de García hicieron presumir que este había violado la ley electoral cuando enumeró algunas de sus propuestas de gobierno, como la renovación parlamentaria por tercios y la implementación de programas sociales, como el denominado "Plan Sur". O cuando se refirió –sin nombrarlo– a su rival Ollanta Humala Tasso: "El pueblo peruano se juega un gobierno que promueva mayores derechos para las mayorías o el retorno a un modelo de corte militarista". Ley electoralClaro, cuando fue consultado al respecto, García negó haber cometido alguna infracción. Ni siquiera admitió que su hija mayor, Carla, podría haber incurrido en un acto indebido al pedir, públicamente ante los medios de comunicación presentes en el desayuno, un voto para su papá. García, ante las consultas de los periodistas extranjeros, también se refirió al tipo de relaciones que su gobierno desarrollaría con países vecinos. De Bolivia dijo que su presidente, Evo Morales, representa "un capítulo imprescindible de la política de ese país". Sobre Venezuela, repitió que el Perú debe seguir su propio camino y rechazar la expansión de "un país con dinero". Y con relación a Chile, reafirmó que su gestión presidencial buscará el crecimiento del Perú, a tal punto que "nuestros amigos del sur nos observen con envidia". Una vez terminado el protocolar desayuno, García se dirigió rumbo al colegio Scipión Llona, en Miraflores, para votar. Lo hizo en la mesa número 038842, aunque ingresó con cierta dificultad por la presencia de militantes apristas, periodistas y curiosos. El trámite fue rápido. De hecho, no demoró ni cinco minutos en salir del centro educativo. Entonces, comenzó la hora de reflexionar y de rezar.
ANALISIS
Gobierno de ancha base es necesario
Alan García debe hacer todos los esfuerzos para crear las condiciones que den lugar a un gobierno de ancha base. Como ya lo dijo, no solo tiene la obligación de llamar a los vencedores de esta contienda, sino reconocer que un vasto sector del país reclama por inclusión. Eso puede servir, además, para cambiar el recuerdo histórico que dejó su primer gobierno. Debe por ello dialogar, concertar, y acercarse en base a los puntos que tiene en común con la propuesta del señor Humala. Pero Ollanta también tiene otra responsabilidad histórica. Para convertirse en representante efectivo de sus electores, debe organizar al sector que representa y convertirlo en una verdadera organización política. Ese es su trabajo, convertirse en la oposición democrática, en el contrapeso que garantice la gobernabilidad. Un primer gesto, en ese sentido, sería saludar y reconocer el triunfo de Alan García. En este momento el señor Humala tiene la primera minoría en el Congreso, y técnicos muy importantes. Dependerá de las conversaciones que mantenga con García para saber si entran al gobierno, pero su presencia y peso político ya es innegable. Lo mismo ocurre con las otras fuerzas representadas en el Congreso pero que no pasaron a la segunda vuelta. La fuerza de Acción Popular, que representa al centro, y Unidad Nacional, que está con la derecha democrática, tienen un peso indiscutible en la victoria que ha obtenido Alan García.
Enrique BernalesPolitólogo y doctor en derecho
Tomado de: Diario La República
Alan García acepta que lo eligieron a pesar de sus errores pasados, pero promete cambiar. “Moriremos en el intento de no fallarle a los peruanos” En su primer discurso como vencedor de las elecciones, Alan García reconoció que recogerá las banderas del sur del país, donde el voto le fue adverso. Una enfervorizada multitud se dio cita en la Casa del Pueblo. La alegría lo embargó al extremo de que le temblaron las manos y los ojos le brillaron de emoción. Alan García Pérez, el ex presidente que vuelve al poder después de 16 años, se comprometió a hacer todo lo posible para mejorar la situación del país e, incluso, aseguró que morirá en el intento de no fallarle a los peruanos.
Delante de miles de personas que coreaban su nombre en el frontis de la Casa del Pueblo, García aseguró que esta vez trabajará con responsabilidad y prudencia para evitar que no se repitan los errores de su primer gobierno.
En un discurso que tuvo mucho de autocrítica pero más de compromiso social, el virtual presidente aseguró que no habrá sueldos dorados y, por el contrario, se construirá un aparato estatal austero y popular.“Yo digo que esta vez tenemos que dar una demostración de amplitud. Tenemos que dar una demostración de convivencia cívica con otras fuerzas, que no se vean apetitos, que no aprovechen los seudo apristas para encaramarse en la administración publica, que no usen el carné sagrado que tuvieron los mártires del partido para pedir puestos en la administración. Esta vez trabajaremos por el pueblo y moriremos en el intento de no fallarles a los peruanos”, sostuvo.
García aseguró que no se dejarán llevar por las pasiones ni por loa apetitos de poder, porque esas acciones condujeron, a su anterior gestión, a cometer graves errores que posteriormente fueron castigados por el pueblo.“En esta noche religiosa e histórica faltaría a mi deber si no hago este acto de contrición. Debo reconocer que lo que nos ha hecho fallar es el apetito desordenado y la vocación por el poder que no sabe controlarse”, sostuvo.
El líder de la estrella aseguró que frente a esa pasada situación ahora se abre una etapa de cinco años en los que se controlará “celosamente” que no haya frivolidades, ni viajes, ni asesorías y, mucho menos, sueldos suculentos que signifiquen una ofensa para el electorado.“A pesar de las colas”García continuó durante todo su discurso haciendo el mea culpa que la mayoría de los electores le demandó durante la campaña electoral e, incluso, reconoció que los habían elegido a pesar de los errores y las colas.
“El pueblo ha votado por nosotros a pesar de errores y colas, el pueblo ha votado por nosotros y ha sido leal esta vez, pero necesitamos garantizarle la estabilidad de nuestra moneda, necesitamos espantar el espectro de la inflación que a muchos aterroriza para que no vuelva nunca jamás”, precisó.
Después de esto anunció un gobierno de apertura en el que se convocarán a todas las personalidades que puedan contribuir con el bienestar nacional y en el que se haga a un lado a los apristas que sólo quieren servirse del poder.
“Éste debe ser un gobierno que convoque a muchos peruanos; que convoque a técnicos, a movimientos políticos, profesionales y a personalidades que nos ayuden a gobernar. Que ellos nos ayuden a conducir los grandes objetivos porque nadie se debe creer dueño de la voluntad popular”, comentó.
Mensaje de reclamo
Consciente de que los resultados oficiales muestran que su candidatura perdió en catorce departamentos, García tuvo especiales palabras para los pobladores del sur del país, a quienes les reconoció su voto de protesta, y se comprometió a trabajar para que dicha situación se revierta.
“Ése es un mensaje de reclamo y de exigencia profunda que viene desde el sur que ha votado por la otra opción. Esta noche no hemos derrotado al pueblo de Puno, esta noche tiendo mi mano para ser el abanderado de la lucha de esos pueblos”, sostuvo.
El perdedorDespués de saludar la participación de Ollanta Humala en el presente proceso electoral, García sostuvo que el único perdedor de la jornada electoral de ayer fue el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien acusó de intentar “llevarnos de las narices con su dinero negro”.
“Él quiso extender su dominación y su dictadura, él quiso traer a nuestro país y a otros de la región, al militarismo como fórmula repulsiva del ayer”, sostuvo.
Dijo que en respuesta a ello, los peruanos eligieron la democracia y no se atemorizaron a pesar de las constantes intromisiones que Chávez tuvo en la campaña electoral.
“Él creyó que a fuerza de millones e insolencia se podía abrir todas las fuerzas y todas las fronteras. Él creyó que con una cabalgata andina podía dominar a nuestro Perú, pero aquí otra vez, como en Ayacucho y Junín, hemos detenido toda intromisión y toda dominación”, finalizó.
Tomado de: La Primera5 de junio 2006
Fecha de Publicación: 6/5/2006 8:10:00 PM
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