Mauricio Mulder, congresista y secretario general del Apra, tiene en sus manos la conducción del partido y, en entrevista concedida al diario Perú 21, hace una evaluación de las próximas elecciones regionales y municipales.
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Usted ha sido identificado como la izquierda dentro del Apra. ¿Cómo se siente con un gabinete que se ha constituido con ministros que no comparten esa posición?
Yo me siento muy bien porque quien conduce la política general del gobierno es a todas luces un hombre de izquierda, de formación aprista. Y al mismo tiempo sé que un partido, como el nuestro, ha hecho alianzas con uno y otro lado. Somos claros en cuanto a que tenemos que ceder para que el país pueda avanzar. Soy de izquierda pero no soy un dogmático. Soy un ortodoxo ideológico, pero tampoco soy un dogmático en el sentido de que me obnubilo ante la realidad.
Evidentemente el resultado electoral, la mitad de los votos que obtuvimos en la segunda vuelta, no fue para nosotros en la primera.
Alan García declaró el término del Consenso de Washington en el Perú, pero tiene ministros que sostienen esa posición, como el de Economía.
Pero los ministros están supeditados al presidente. Si hay alguien que está catalogado como partícipe de esa tendencia e ingresa a un gobierno que dice que va a cambiar el modelo económico, entonces tiene que ayudar a hacerlo.
Pero los gestos también dicen otra cosa. Las conversaciones con las mineras fueron criticadas porque solo van a recibir óbolos, cuando la promesa era renegociar los contratos.
Esa reunión es el inicio de una etapa de renegociación. No es solo para pedirles que suelten algo. Ahí comienza la renegociación. Y empieza el mecanismo que el Gobierno, en estricto cumplimiento de su promesa electoral, dijo: no podemos hacer una declaración unilateral de desconocimiento de los contratos de estabilidad, pero sí vamos a comenzar una renegociación. Me parece injusto que se diga que solo vamos a recibir óbolos. Un ejemplo de lo contrario es el caso Cerro Verde.
Entonces usted va a defender siempre su posición.
Soy un hombre de izquierda que nació para cultivar y fortalecer el frente único de trabajadores manuales e intelectuales y para hacer una revolución antiimperialista en el Perú. Sé que en el camino se necesita hacer avances y retrocesos, idas y venidas. Eso es la política. Acumular fuerzas para seguir avanzando en la consolidación democrática y el fortalecimiento institucional del país es acercarse al Estado antiimperialista.
¿Este gobierno está avanzando ante el Estado antiimperialista?
Sin duda. La búsqueda de la institucionalidad nacional, el fortalecimiento del sistema de partidos, el acercamiento de la población al Estado y la descentralización fortalecen el espíritu democrático y, al haber eso, se fortifica la lucha por la democracia internacional, y la democracia internacional implica la inexistencia del imperialismo.
¿Pero no estamos hablando de un concepto viejo?
Claro, no estamos hablando del imperialismo de enclaves de extracción que se acuñó en la década del 30. Cuando hablo de imperialismo, hablo de una actitud que privilegia solamente los conceptos del Consenso de Washington. Hoy el imperialismo puede estar basado en la deuda externa, en el rompimiento de las barreras arancelarias para la protección de sectores sociales importantes para el Tercer Mundo. Puede estar disfrazado de estrategias de captación de capitales destinados al tema especulativo, etc. Y frente a eso, los pueblos están reaccionando.
¿Cuál va a ser la estrategia del Partido Aprista para las elecciones regionales y municipales?
Nosotros, como cualquier partido, aspiramos a ganar las elecciones ahí donde podamos. Vamos a trasladar los conceptos que nos han llevado a presentar un gabinete de ancha base, de aperturismo y de consenso. Probablemente, de todos los candidatos regionales, unos seis a diez sean independientes. Y vamos a hacer lo mismo con muchas alcaldías. Eso está en consonancia con el tema del Frente Social. El Apra busca que su presencia sea coadyuvante al fortalecimiento de todo el esquema de gobierno. Pero, al mismo tiempo, queremos que haya una gran capacidad de gestión. En 1986, desde la presidencia, el objetivo del Apra fue obtener la mayor parte de gobiernos locales y, por supuesto, la alcaldía de Lima.
¿Estamos ante la misma situación?
Es natural que toda fuerza política pretenda tener en sus manos la mayor parte de gobiernos locales, pero es un sueño difícil de alcanzar en una sociedad tan fraccionada como la nuestra. Aquí lo fundamental es encontrar puntos de consenso. Somos conscientes de que probablemente no vayamos a tener los resultados del año 2002, cuando tuvimos 10 gobiernos regionales. Seguramente podemos tener un resultado más difícil, que haya más independientes o fuerzas naturales elegidas. Buscamos que eso no signifique una lectura política que lleve a determinar que el Gobierno se está cayendo, sino que otras fuerzas también se deben incorporar a la gestión pública. Ojo, esto no va a detener un centímetro el proceso efectivo y rápido que estamos buscando en la descentralización. Si el señor Humala gana algún departamento, el proceso continuará tan igual como si hubiese ganado un aprista. Valgan verdades, al Apra no le ha ido bien en la gestión pública. Somos conscientes de que nuestros cuadros políticos, por haber estado mucho tiempo al margen de la gestión pública, no están quizá todavía en la condición de ejercer la gestión pública. Por eso estamos buscando a personas independientes que puedan suplir esas deficiencias y avanzar a tener una representación política, pero, sobre todo, capacidad de gestión pública. En 2002 ustedes fueron con candidato propio a la alcaldía de Lima pero lo retiraron en poco tiempo.
¿Qué garantiza ahora que con Benedicto Jiménez no va a suceder lo mismo?
Creo que, vistas las cosas a esta distancia, quizá fue un error retirar a Gastón Barúa. La percepción que tuvimos entonces fue que Alberto Andrade era imbatible y que ya había prácticamente una definición cantada de la ciudadanía de Lima, pero resultó que Castañeda ganó. Entonces tuvimos la percepción equivocada. Ahora hay una circunstancia parecida. Por tanto, hemos buscado recurrir a una candidatura del partido. Si gana o pierde dependerá de la capacidad del candidato.
¿No es arriesgarse mucho?
Usted no puede andar en política solamente postulando ahí donde está seguro de que va a ganar. Si el Apra hubiera pensado así, solo lanzaría candidaturas en Trujillo. Se tiene que asumir los riesgos. El énfasis de la candidatura de Benedicto Jiménez estará circunscrito a dos temas fundamentales: primero, su capacidad de gestión que está probada como policía y en el manejo del Grupo Especial de Inteligencia. Y segundo, su experiencia en la aplicación de una estrategia para la derrota de Sendero Luminoso, que era un problema nacional grave.
¿Quieren atacar a Castañeda por el lado de la seguridad ciudadana?
No. Queremos estar en consonancia con lo que dicen las encuestas. El problema de la seguridad ciudadana es grave. Entonces estamos proponiendo a una persona que es especialista en este tema. El transporte y el ornato son fundamentales, pero el tema de la seguridad ciudadana se ha desbordado. Entonces, estamos proponiendo a un hombre que sí resolvió el tema de seguridad nacional.
¿Por qué no se apoyó a Humberto Lay o Luis Castañeda?
Hemos estado trabajando en distintos carriles. Uno en estas cosas no puede ser tan sistemático. Primero era la necesidad de buscar a un candidato propio. Mientras no lo encontrábamos, estábamos buscando establecer relaciones con Lay. Yo mismo he ido a hablar con él y con Castañeda. Pero es evidente que si ya lo encontramos, lo demás se descarta. Si hubiéramos tomado la decisión de apoyar a Castañeda, eso significaría que no habíamos encontrado a un candidato. No es que haya contraposiciones o diferencias de pareceres.
¿Cómo van a afrontar el caso del sur?
En el sur lo que hay que hacer es atender los pedidos sustantivos. Acabamos de hacerlo. Hemos cumplido con la zona franca de Puno, una muestra de que este no es un gobierno de derecha. Estamos haciendo un esfuerzo para que el sur tenga una respuesta inmediata de inclusión. Zona franca, carretera Interoceánica y el desarrollo de los puertos de Matarani y Mollendo, la descontaminación del lago Titicaca. Muchos piensan que el Apra solo recurre a medidas efectistas por la época electoral. Se habla de austeridad, pero no de medidas de fondo, como la reforma del Estado. Son cosas que van a distinta velocidad. Los temas fundamentales están presentes. La reforma del Estado pasa por ser más austero. A partir de enero vamos a llevar una descentralización acelerada. No se puede ver la transformación social del país en dos semanas.
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