La deuda en Ecuador
Por: Chris Canavan
Escritor radicado en Manhattan, NY.
El próximo presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha dicho que si la obligación moral de proveer servicios médicos, educativos y de vivienda impide que el gobierno pague su deuda externa, no se demoraría ni dos segundos en hacerlo.
Es una declaración bastante poderosa, y no solamente porque dice que se trata de un tema moral y que los compromisos sociales al bienestar del pueblo son más importantes que los compromisos financieros. También pinta una caricatura de los acreedores externos como unos seres inhumanos que se atreverían a negarle casa y comida a los ecuatorianos pobres.
Y no digo que no lo sean. Pero antes de que vayamos a aceptar esta retórica, vale la pena entender exactamente de lo que estamos hablando.
Como casi todos los gobiernos del mundo, el de Ecuador ha tomado préstamos. ¿Por qué? Porque hay épocas cuando el gobierno tiene gastos que superan lo que cobra por impuestos. Estos gastos podrían ser para grandes proyectos o para fines más pedestres, como los sueldos del sector público.
En esas épocas, el gobierno ecuatoriano entra en un acuerdo con los acreedores – préstame dinero hoy para que pueda financiar mis gastos y te prometo que usaré parte de mis ingresos en el futuro para repagarte.
Es obvio que la promesa de repagar tiene límites. Hoy se reconoce que hay circunstancias que imposibilitan el repago de una deuda. Los prestamistas toman en cuenta estas circunstancias cuando determinan la tasa del préstamo.
Y aquí se complica la cosa. Si los prestamistas están convencidos de que la situación económica en Ecuador se ha vuelto tan pésima que el gobierno no tiene alternativa sino de romper con su promesa, van a concluir que apostaron mal y que mas vale reestructurar la deuda para salir adelante.
Pero si piensan que el gobierno esta actuando con mala fe – contemplando una reestructuración de la deuda aunque tiene los recursos para pagarlo – será mucho más difícil negociar con los acreedores.
El presidente Correa correctamente señala que el de la deuda es un tema moral. Ojalá se de cuenta de que se trata no solamente de proveer casa, comida y medicina sino que también de fomentar el imagen de un gobierno que cumple con sus promesas a menos que sea imposible.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario