jueves, septiembre 20, 2007

20 DE SETIEMBRE DE 1930: Homenaje a Haya de la Torre y a quienes murieron por la dignidad del Perú

Por Armando Villanueva del Campo

Aún cuando era la víspera de la primavera, ese anochecer del 20 de setiembre de 1930 estaba muy frío. Eran las 8.00pm e iban llegando al número 278 de la Plazuela del Teatro bastantes personas. Esta plazuela, en el jirón Huancavelica y entre las calles de Calonge y Lártiga es muy antigua y aún se conserva, torpemente modernizada. Hasta mediados del Siglo XX tenían sus portales columnas de madera; en los altos,
había estado el "Hotel El Universo", el mejor de Lima desde mediados del XIX. Al frente, estuvo en los días a los que nos referimos el Teatro Municipal, "hoy Segura". Esta plazuela fue también en 1895 Cuartel General de los montoneros de Piérola que derrotaron al militarismo de Cáceres. Esperaban en la puerta identificando a los que llegaban, un escritor que respondía al seudónimo de "Julián Petróvick (Oscar Bolaños) y el poeta Alcides Spelucín, que cuatro años antes había publicado "El Libro de la Nave Dorada", limpio poemario de cuyo autor escribió El Amauta que "se semejaba a Vallejo en la piedad humana, en la ternura humilde, en la fusión cordial". El lugar era un taller artesanal con amplio zaguán con algunas bancas y bastantes sillas teniendo al fondo una mesa grande sobre la cual había una lámpara y un cuaderno escolar que tiene 192 páginas no foliadas con empalidecidas azules líneas horizontales y tamaño de 22.5 por 17.5cms. El cuaderno al que nos referimos cuyas acartonas portada y contraportada es de color rojo lleva en la delantera un recuadro que dice: A.P.R.A Fue comprado en la librería "Herrera Méndez", cita entonces en la esquina de las calles de Juan Pablo y de Trinidad Nº 600, de Lima por el joven Abogado, Julio Galarreta González.

Cuando los concurrentes llegaron a cuarentaitantos, uno de ellos que evidentemente presidía la sesión, el cuzqueño Luís Eduardo Enríquez se puso de pie y dijo estas palabras: -Compañeros esta reunión es una asamblea histórica. Esta noche vamos a fundar el Partido Aprista como la Sección Peruana de la Alianza Popular Revolucionaria Americana, en la ciudad de Lima. A su lado se encontraban los antes mencionados Petrovick y Galarreta, quién teniendo en sus manos la relación de los que habían ingresado pasó lista. Ya el grupo inicial estaba aumentando. Inmediatamente después Galarreta leyó un documento que dice así:
“Berlín, (sede temporal) 24 de Febrero de 1930. APRA. Credencial Especial. Comité Central Ejecutivo. Secretaría General. A todos los Apristas: Por resolución del Comité Central Ejecutivo del APRA, el Compañero Luís Enríquez, portador de la presente credencial especialísima, recibe poder de delegado del Comité Central Ejecutivo, autoridad suprema de nuestro Partido, para cumplir en Argentina, Chile, Uruguay y Bolivia las comisiones que se le han encargado. El comp. Enríquez, por medio de esa credencial, deberá obtener el más amplio apoyo de todos los apristas a quienes lo demande y su palabra representará la palabra del Comité Central de nuestro Partido ante el que, únicamente, el com. Enríquez será responsable. Esta credencial dá al com. Enríquez el carácter de "delegado con poderes extraordinarios, ante las células apristas del PERU.- Los compañeros apristas peruanos reconocerán al com. Enríquez como el portador de la palabra fraternal del Comité Central. Un imperativo de disciplina obliga el envío del comp. Enríquez quien es uno de los militantes más decididos del aprismo y de los que con mayor lealtad y conciencia revolucionaria ha sacrificado todo a los sagrados principios de nuestra causa. "Contra el imp. Yanqui, por la unidad de los pueblos de América, para la realización de la JUSTICIA SOCIAL". Por el Comité CENTRAL EJECUTIVO del APRA. EL SECRETARIO GENERAL. Haya -De la Torre. (un sello)”

Luego Enríquez tomó nuevamente la palabra e informó a los jóvenes asistentes muchos de los cuales sabían el motivo de la asamblea, como se habían cumplido "las instrucciones y la misión encargadas por el compañero Jefe". Poco después de ingresar al Perú Enríquez había sido detenido en el Sur y confinado en la Isla de San Lorenzo junto con otros presos políticos de Leguía. Expuso así mismo el proceso de las células apristas en el exilio creadas por Haya de la Torre desde principios de 1925 y habló especialmente del de París, principal escenario de la iniciación de la Alianza Popular Revolucionaria Americana y de la cual provenía el orador. Habló de las células de Buenos Aires, La Plata, México, Panamá y la región del Caribe destacando que en Costa Rica había ya un Partido Aprista desde el año 1928 y con diputados en el Congreso. Alcides Spelucín habló a continuación sobre la vida revolucionaria de Haya de la Torre "desde los tiempos de los anarquistas trujillanos y del Grupo Norte". Fueron varios los oradores entre ellos Serafín Del Mar, Magda Portal, Víctor Polay, Fabricio Ungaro, Crisólogo Quezada, etc. y algunos más. La sesión concluyó inscribiendo en el libro rojo la "Acta de Inauguración de la Sección Aprista del APRA .... en la ciudad de Lima". La cual fue suscrita por los asistentes y posteriormente por otros de los fundadores.

Cómo se convocó la Asamblea. La respuesta la encontramos en las actas correspondientes al Primer Congreso Nacional del PAP iniciado a principios de agosto de 1931, y cuyas Juntas Preparatorias se instalaron el día 6 de dicho mes. Correspondió a Julián Petróvick Secretario de Organización del CEN presentar el informe relativo a la fundación de once meses atrás y cuya parte pertinente dice así: "A la caída de la dictadura leguiísta en la que jugó un rol preponderante la crisis económica que azotó al país y que aún sigue azotándolo, podemos remarcar que el factor económico jugó la carta decisiva para traer a tierra aquella dictadura y la revolución de Arequipa fue el caso incidental que afirmó esa crisis económica que las clases productoras sienten sobre sus espaldas.

La caída de la dictadura leguiísta, nos encontró a los apristas, a uno en las Isla de San Lorenzo, a otros en el destierro, comprobándose con ello que nuestros puestos de combate no habían sido abandonados, pues siempre han estado (sic) en las cárceles y en el destierro. Y quiero remarcar aquí nuestros puestos estarán siempre en los lugares de mayor peligro y de mayor sacrificio". "Los cc. Luís Eduardo y César Enríquez, inmediatamente que abandonaron la prisión se pusieron en actividad para organizar el Partido Aprista Peruano. Hallaron a los cc. Alcides y Belisario Spelucín, Alfredo Gamboa, Leoncio Muñoz, Crisólogo Quezada, Francisco Galarreta, y con ellos dieron los primeros pasos para organizar nuestro Partido". "De los desterrados acudimos los cc. Magda Portal, Serafín Delmar y el que habla. Nuestra acción conjunta bien pronto encontró eco entre muchos otros compañeros que fueron agrupándose en derredor del realismo de la doctrina a cuyo servicio veníamos luchando". Lo transcrito resuelve la interrogante de quienes fueron los que convocaron: "Y con ellos dimos los primeros pasos para organizar nuestro Partido" dice Petróvick, y expresa también: "nuestros puestos de combate no habían sido abandonados". Se trataba pues de gente que ya era aprista, que habían salido de la prisión o retornaban del exilio, y muchos otros, desde antes vinculados a Haya de la Torre y al movimiento, que no nacía en torno a una elección presidencial o a un incidente eventual, sino de un proceso de magnitud histórica. No puedo dar información más amplia sobre todas las personas relacionadas con esta etapa inicial, confieso que cuando lo intenté años atrás no logré mi objetivo; pero sí es posible algunas referencias orientadoras, recogidas de publicaciones que aparecían en esos días, y de conversaciones que tuve con protagonistas. Por ejemplo; revisando "El Comercio" de Lima en sus ediciones de miércoles 27, jueves 28 y viernes 29 del mes, publica la relación de presos por la dictadura de Leguía y que fueron puestos en libertad en esos días.

Entre ellos figuran algunos apristas: "hermanos Enríquez y Víctor Rozas (traídos hace dos meses del Cuzco), señor Felipe Iparraguirre (preso desde julio de 1929)" y agrega el mencionado diario:"además también salieron en libertad otros presos, tenidos en la sección segunda clase de la Isla entre los cuales se encontraron: Nicolás Yaypén, hermanos Boluate, Portocarrero (obrero chalaco) y el Sargento Primero del Cuerpo de Seguridad César Revoredo".

Los tres primeros eran apristas. En la edición vespertina de "El Comercio" del mismo día miércoles 27 se da la relación de clases del Ejército detenidos en El Frontón y puestos en libertad, de los cuales Ángel Huambachano, y Andrés Meneses eran apristas. Al día siguiente jueves 28 de agosto se reclamó la libertad de Arturo Paredes Lizárzaburu de quién se dijo fue el más antiguo de los presos apristas. Entre los firmantes del Acta, libertados a la caída de Leguía había algunos que antes habían sufrido detenciones. Entre ellos los trujillanos, profesores universitarios Alcides Spelucín y Crisólogo Quezada; los estudiantes Clodomiro Chirinos Manrique
(arequipeño), Manuel Vélez Moro (ancashino) y Raúl Acosta (sanmartinense), así como José Minauro (huancaíno) y los obreros Julio Marcial y N. Gallegos.

Los primeros "editores" de folletería de la APRA, Víctor Polay y Juan Valdivia habían estado presos en el cuartel Sexto. La Lección.- Con la fundación del PAP en Lima el 20 de setiembre de 1930, culminan más de dos lustros de la iniciación de la lucha de Haya de la Torre por conquistar una sociedad de pan con libertad fundada en la alianza de los trabajadores manuales e intelectuales en un frente único de lucha. El proceso heroico del 23 de mayo de 1923 en que se derramó la sangre de estudiantes y obreros continuaría después de la caída de la dictadura de Leguía.

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