Por: Eudoro Terrones Negrete
Con el aprismo, fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre, nace en Indoamérica el partido político de Frente Único de Clases, la más grande organización política impregnada de mística, fe, unión, disciplina y acción heroica, dotado de novedoso sistema de organización y movilización de masas.
Nace, por primera vez, un verdadero partido político con filosofía, ideología, doctrina y programa de gobierno propio.
A través del Programa máximo y programa mínimo del Apra se lograron importantes conquistas sociales, laborales, educativas y derechos ciudadanos: la planificación de la economía peruana, la descentralización y regionalización del país, la implantación del seguro social, la educación gratuita en todos los niveles y modalidades, los derechos políticos de la mujer en igualdad de condiciones que las del hombre y el reconocimiento de su facultad para desempeñar todos los cargos públicos obtenidos por elección o nombramiento.
Por vez primera se habla del derecho al voto de los mayores de 18 años, por su capacidad económica creadora; el voto de los analfabetos; la separación de la Iglesia del Estado y la ciudadanía latinoamericana.
Entre los argumentos esgrimidos para justificar el voto de los analfabetos se decía, por ejemplo, que “Las cargas del Estado obligan por igual a todos los miembros del Estado entre los cuales no hay distinción entre alfabetos y analfabetos. Si para el pago de contribuciones, el servicio militar, etc., no hay diferencias, menos las debe haber para el derecho a voto”.
Con el APRA se aprueba la reforma tributaria, el fomento del cooperativismo, la creación del Banco de la Nación, el impulso de la reforma agraria y la nacionalización de la minería, entre otros.
En la sesión del pleno del Congreso, el 14 de enero de 1932, el c. Luis Alberto Sánchez solicitó a nombre de la Céula Parlamentaria Aprista el voto para los miembros de las Fuerzas Armadas (FF.AA.). Sánchez argumentó así: “El voto para los miembros de las FF.AA. se funda en el concepto de trabajo…Dentro de la doctrina del partido, es repetido que el derecho político es consecuencia del derecho económico. El miembro de las FF.AA. es en último término un trabajador que presta servicios en funciones que demandan un trabajo evidente, lo mismo que no los desliga a pertenecer a la clase campesina, proletaria o media”.
Con el APRA se crean las universidades populares González Prada, se incorpora al indio al proceso económico y desarrollo del país, se moderniza la comunidad indígena, el Poder Legislativo efectúa control sobre las acciones del Poder Ejecutivo.
Con el APRA se hace realidad la jornada máxima de ocho horas diarias para cualquier tipo de actividad humana, el descanso de un día y el derecho de la mujer a ganar el mismo salario por el mismo tipo de trabajo, el pago del salario dominical para todos los trabajadores que hubiesen cumplido con su función los días hábiles de la semana. Los periodistas obtienen una serie de derechos fundamentales.
Con el Apra se conquista la igualdad de derechos entre hijos legítimos e ilegítimos, por cuanto éstos de padre y madre no casados se encontraban en inferioridad respecto a los legítimos, no sólo por la situación natural de la inexistencia de un hogar unido que vele por ellos, sino porque la ley los castigaba por el hecho éste que no han provocado.
La creación de las oficinas de Beneficencia Pública, los Botiquines Populares, la exoneración de impuestos a los asilos de ancianos, la creación de Colegios Profesionales y la construcción de cientos de escuelas técnicas en todo el Perú es también obra del aprismo.
Con el aprismo, fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre, nace en Indoamérica el partido político de Frente Único de Clases, la más grande organización política impregnada de mística, fe, unión, disciplina y acción heroica, dotado de novedoso sistema de organización y movilización de masas.
Nace, por primera vez, un verdadero partido político con filosofía, ideología, doctrina y programa de gobierno propio.
A través del Programa máximo y programa mínimo del Apra se lograron importantes conquistas sociales, laborales, educativas y derechos ciudadanos: la planificación de la economía peruana, la descentralización y regionalización del país, la implantación del seguro social, la educación gratuita en todos los niveles y modalidades, los derechos políticos de la mujer en igualdad de condiciones que las del hombre y el reconocimiento de su facultad para desempeñar todos los cargos públicos obtenidos por elección o nombramiento.
Por vez primera se habla del derecho al voto de los mayores de 18 años, por su capacidad económica creadora; el voto de los analfabetos; la separación de la Iglesia del Estado y la ciudadanía latinoamericana.
Entre los argumentos esgrimidos para justificar el voto de los analfabetos se decía, por ejemplo, que “Las cargas del Estado obligan por igual a todos los miembros del Estado entre los cuales no hay distinción entre alfabetos y analfabetos. Si para el pago de contribuciones, el servicio militar, etc., no hay diferencias, menos las debe haber para el derecho a voto”.
Con el APRA se aprueba la reforma tributaria, el fomento del cooperativismo, la creación del Banco de la Nación, el impulso de la reforma agraria y la nacionalización de la minería, entre otros.
En la sesión del pleno del Congreso, el 14 de enero de 1932, el c. Luis Alberto Sánchez solicitó a nombre de la Céula Parlamentaria Aprista el voto para los miembros de las Fuerzas Armadas (FF.AA.). Sánchez argumentó así: “El voto para los miembros de las FF.AA. se funda en el concepto de trabajo…Dentro de la doctrina del partido, es repetido que el derecho político es consecuencia del derecho económico. El miembro de las FF.AA. es en último término un trabajador que presta servicios en funciones que demandan un trabajo evidente, lo mismo que no los desliga a pertenecer a la clase campesina, proletaria o media”.
Con el APRA se crean las universidades populares González Prada, se incorpora al indio al proceso económico y desarrollo del país, se moderniza la comunidad indígena, el Poder Legislativo efectúa control sobre las acciones del Poder Ejecutivo.
Con el APRA se hace realidad la jornada máxima de ocho horas diarias para cualquier tipo de actividad humana, el descanso de un día y el derecho de la mujer a ganar el mismo salario por el mismo tipo de trabajo, el pago del salario dominical para todos los trabajadores que hubiesen cumplido con su función los días hábiles de la semana. Los periodistas obtienen una serie de derechos fundamentales.
Con el Apra se conquista la igualdad de derechos entre hijos legítimos e ilegítimos, por cuanto éstos de padre y madre no casados se encontraban en inferioridad respecto a los legítimos, no sólo por la situación natural de la inexistencia de un hogar unido que vele por ellos, sino porque la ley los castigaba por el hecho éste que no han provocado.
La creación de las oficinas de Beneficencia Pública, los Botiquines Populares, la exoneración de impuestos a los asilos de ancianos, la creación de Colegios Profesionales y la construcción de cientos de escuelas técnicas en todo el Perú es también obra del aprismo.
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