Alan García responde a sus críticos. Dice que la parte más importante de su libro "La revolución constructiva del aprismo. Teoría y práctica de la modernidad", es la autocrítica a los errores de concepto y económicos de su primer gobierno.
Escribe: Inés Flores.
Para justificar la política económica aplicada por su gobierno, el presidente Alan García aseguró que "el Partido Aprista está haciendo lo que (el fundador del Apra) Víctor Raúl Haya de la Torre hubiera hecho".
García hizo esta precisión al comentar su reciente libro La revolución constructiva del aprismo. Teoría y práctica de la modernidad, en el cual señala, en forma autocrítica, que en su primera gestión no se siguió la ideología hayista sustentada en la tesis del Espacio Tiempo Histórico y de apertura al exterior y a las inversiones sino el modelo estatista del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado que cautivó a algunos cuadros del Apra.
El jefe del Estado confesó ayer, en breve entrevista en RPP, que "su libro es un análisis de cómo fue modernizándose y enriqueciéndose el pensamiento de Haya de la Torre para responder a los que solo leen la primera página del primer libro y se olvidan de los 50 años de vida productiva intelectual de Haya de la Torre".
De esta manera, García replica a quienes lo critican por haberse desviado del pensamiento de Haya de la Torre y de la ideología aprista en su programa económico de amplia apertura exterior y a las inversiones.
Destacó, como la parte más importante de su libro, la autocrítica, la más meditada que ha hecho hasta el momento, sobre "los errores de concepto político y de acción económica" de su primer gobierno. "Un hombre político de largo plazo tiene que conversar con sus contemporáneos sobre sus errores y no tener temor para reconocerlos" , subrayó.
OLA PASAJERA
De otro lado, el mandatario calificó como una "ola exterior pasajera" las recientes alzas de precios de ciertos productos de primera necesidad. También descartó que exista en el país una espiral inflacionaria.
Frente a ello reiteró su llamado a la calma y tranquilidad a la población porque, según dijo, "están sólidos los fundamentos, cimientos y las columnas esenciales del crecimiento económico".
También se manifestó a favor de la investigación que ha abierto el Congreso a las Casas del Alba.
El presidente García sostuvo que "no hay mejor negocio para el Perú que ser un gran aliado de China", al sustentar su defensa, tan criticada, de la represión que ejecuta el gobierno chino contra los monjes tibetanos.
"Su capacidad tecnológica y creación tecnológica inteligente avanza día a día, pero a unos precios que van abaratar muchísimo los costos de producción y le permitirán al Perú vender sus productos mucho más baratos a otros países", dijo.
Justificó la represión contra los monjes tibetanos, indicando que "el territorio chino es uno solo". Consideró que hay una especie de confabulación para boicotear las Olimpíadas que se desarrollarán en ese país asiático.
El presidente García formuló estas declaraciones antes de viajar a Cusco para supervisar la ampliación de la planta de fraccionamiento de Las Malvinas, ubicada en la zona de Camisea. Dijo que esta planta generará cinco mil millones de nuevos soles en impuestos durante los próximos años. Además, agregó, demandó una inversión de 800 millones de dólares, lo cual permitirá duplicar la capacidad de producción de gas proveniente de los yacimientos de Camisea.
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