sábado, agosto 02, 2008

EL HAYA POLITICO EN EL RECUERDO

PENSAMIENTO POLITICO DE HAYA DE LA TORRE

Prefacio

En algunos, como el que esto escribe, se hace difícil hablar en recuerdo de hombres y grandes hombres. El dolor personal o la pasión política embarga grandemente especialmente si hemos de referirnos a quienes han tenido gravitación importante en la historia republicana y significaron en un momento dado, como lo dijo el historiador Pablo Macera, el antipizarro. Nos referimos al Dr. Victor Raúl Haya de la Torre al cumplirse 29 años de su partida, un 2 de Agosto de 1979.

Fue Luis Alberto Sánchez quien acuñó la frase “Hay hombres a quienes la muerte debe respetar…” y creemos que fue Haya de la Torre fue uno de esos hombres a quienes hasta hoy se sabe respetar y no en vano pues recientemente ha sido considerado uno de los 10 grandes peruanos. 

Sin embargo, diferimos de los aduladores de cafetín que hoy pululan en el Partido heredero del Aprismo. Y es que en vez de aprovechar el momento para redifundir su pensamiento y, sobre todo, su acción política tendiente a la lucha por el Poder por los productores y la construcción del Estado Antiimperialista, se castra dichos objetivos. Esto es imperdonable especialmente en quienes se presentan como sus herederos y sus actualizadores; y en pleno Gobierno del cual es presuntamente su mentor ideológico. 

Como un ajuste de cuentas contra estos aduladores de cafetín, presentamos un breve extracto del pensamiento político del Jefe del Aprismo del cual somos responsables de su ordenamiento y subtitulos invitando sí a quienes quieran conocer las fuentes a releer (o leer) sus Obras Completas.

Mauricio Quiroz Torres
VicePresidente Instituto Pueblo Continente

PENSAMIENTO POLITICO DE HAYA DE LA TORRE

Primero el pueblo

Yo no he fundado el Partido sino con un propósito desinteresado de bien nacional. Como nada en mi vida política demuestra que yo no haya dedicado a este gran afán todas mis energías y que no haya puesto al servicio de esta causa todos los sacrificios, equivocados o no, no me siento culpable.

Puede tomar otro camino; pude, quizás obtener las ventajas adjetivas de la política siguiendo los rumbos conocidos en nuestra criolla escuela de arribismo.

Sé que he escogido el camino más difícil porque he querido abrir una nueva ruta al porvenir del país.

Mi único deseo es alcanzar el fallo de los que vengan después de mí.

Nunca he aspirado nada para mi beneficio personal y la responsabilidad del Poder no la considero yo sino como la mas difícil de toas y como el mayor de los sacrificios.

No olvidemos que hasta los principios más sagrados pueden malinterpretarse y despertar desviaciones; el propio cristianismo es un ejemplo. Pero eso no se debe a la doctrina en sí, sino al hombre que la siente sin comprenderla o la comprende sin sentirla. Es por eso que, justamente para evitar desviaciones, deben existir organismos responsables que salvaguarden la verdadera dirección realizadora de esas doctrinas. En la Religión, son los Iglesias; en la Política, los Partidos; en ambos casos es indispensable la libertad de acción de esos organismos para que hagan valedera su responsabilidad y puedan cumplir eficazmente el fin que se proponen.

La Humildad

“Hace 48 horas, el Sr. Presidente de la República me invitó a conversar con él. Sus palabras transmitieron el mensaje sustancial que significaba el pedido de mi apartamiento de la contienda electoral (gritos de ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! Contigo hasta la muerte. ¡Iremos a la lucha!, ¡Iremos a la lucha!)

Al recibir el mensaje del señor Presidente, recibí asimismo algo que significaba mucho para el Perú: la oferta de que mi apartamiento de lucha significaría la reparación y la reafirmación de todo el hoy amenazado ordenamiento democrático en el Perú.

Mi respuesta no podía ser otra que la que hubiera dado cualquier peruano responsable a quien se le demandara el sacrificio de sus aspiraciones o de su legítimo derecho; o de su vida misma, con la promesa cierta de que el ordenamiento constitucional sería mantenido como garantía estable del país. De que no habría mas riesgos de golpismo o de que la amenaza totalitaria trajera de nuevo al Perú dictadura, terror, persecución, retroceso.

Y entonces, siendo yo el obstáculo, yo no tenía casi preguntar por qué, no podía pensarlo dos veces; y mi respuesta fue la de cualquier peruano consciente de sus responsabilidades y de sus sagrados deberes, dada en aras de la Patria y para que la libertad siga imperando en ella. Y Yo respondía: Por mí, sí. electoral (gritos de ¡No! ¡No! ¡No! …Profunda sensación en el auditorio)…

Yo no vine al Perú a ser candidato para cobrar odios. Yo no vine al Perú A aceptar el mandato del Partido para enarbolar en nuestras banderas de lucha preelectoral lemas de venganza. Yo he repetido esta vez lo que dije en la Plaza San Martin el 8 de Octubre de 1931, en las vísperas de las elecciones de aquel año, cuando declaré que en las banderas del Aprismo no está escrita la palabra venganza, sino la palabra justicia.

Compromiso con los Pobres

Creo y que he creído siempre que en el Perú hay mucho dolor, que hay mucha opresión, que hay mucho abuso, y por eso entregué mi vida desde muchacho a luchar contra tanta injusticia, a condición de que en esa lucha no se inmolara la libertad.

Nunca he adulado al pueblo ni lo adularé jamás porque no he adulado a nadie…Pero, sí le he dicho que para salvar al país, para redimirlo de sus injusticias, de su incultura, de su descenso moral, es necesario levantarse sobre las pasiones y es necesario insertar en la doctrina y en el comportamiento políticos este factor nuevo que es para mí la antítesis de aquello que decía Napoleón: “La política no tiene entrañas”, voz de tirano. Para mi la política sin corazón no es política.

Aprismo

“El aprismo como doctrina política, supone fundamentalmente estos principios: defensa de la riqueza nacional porque la riqueza de un pueblo es el respaldo de su soberanía; defensa que supone desarrollo y progreso nacional de esa riqueza, como base de la felicidad y bienestar del pueblo que debe conservarla e impulsarla para beneficio de su mejoramiento material y cultural 

En segundo término: sobre la base de este concepto económico de la seguridad y desarrollo nacionales, la organización del Estado, teniendo en cuenta al ciudadano como participante manual e intelectual en la producción de la riqueza, base de la economía, principio que responde al concepto de democracia funcional.

El Partido

La tarea histórica de un partido antiimperialista consiste, en primer término, en afirmar la soberanía nacional, librándose de los opresores de la nación y capturando el poder, para cumplir su propósito libertador.

Para esta obra de despertamiento, de formación de una conciencia de nacionalismo económico que es conciencia antiimperialista el APRA debe ser el auténtico partido representativo de las masas trabajadoras, a las que debe unificar en un gran Frente.

No nos interesa que los trabajadores pertenezcan a organizaciones rojas o amarillas, políticas o apolíticas. Nos interesa que sean trabajadores y que nos ayuden a dar fuerzas al gran Frente Unico Antiimperialista.

Estado Antiimperialista

Si el Estado Antiimperialista no se apartara del sistema clásico del capitalismo, y alentara la formación de una clase burguesa nacional, estimulando la explotación individualista e insaciable- amparada en los enunciados clásicos del demoliberalismo-, caería pronto en el engranaje imperialista del que ningún organismo nacional burgués puede escapar. Por eso ha de ser indispensable en el nuevo tipo de Estado la vasta y científica organización de un sistema cooperativo nacionalizado y la adopción de una estructura política de democracia funcional, basada en las categorías del trabajo.

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