Por c. German Luna Segura
DIRECTOR DE LA TRIBUNA
Hay momentos en la historia en el que las masas se han movilizado contra las  dictaduras, pero lo hicieron por el restablecimiento de la legalidad, por las  libertades y también por los derechos civiles.
Vastos y sólidos  movimientos forjaron la lucha popular en contra de gobiernos ostensiblemente  reaccionarios. Conquistamos entonces el arenal buscando un lugar decente para  vivir, reclamamos para nuestros hijos la gratuidad de la enseñanza y al llegar  ésta, pudimos luego conquistar el “vaso de leche”, tomamos por asalto los cerros  y desde allí dominamos las ciudades, le arrebatamos conquistas laborales al  viejo sistema y entonces se dignificó el trabajo, levantamos la voz y las  mujeres votaron, como después votaron también los analfabetos y los  jóvenes.
Los apristas conocemos el tema bastante bien, por tanto sabemos  de que se nos habla cuando alguien alardea de “representar” al pueblo. Nuestros  primeros cuarenta años nos la pasamos en la más dura clandestinidad, impulsando  la organización obrera y campesina, educando a los que menos tienen y apostando  por  las organizaciones de base para que cuando la legalidad volviera o la  persecución nos diera alguna posibilidad, pudiéramos sentar las bases para  construir una nación diferente, más libre, más culta y más justa.
Tenemos  entonces alguna autoridad para hablar de todo esto y de la necesidad de la  honestidad y consecuencia de los dirigentes que hablan en nombre del pueblo.  Esta es una exigencia de los trabajadores. Las masas no hay que subestimarlas,  son una fuerza vigilante, constituyen el motor de la historia y son nuestro  sustento, nuestra razón de ser. Pero ellas reconocen - como decía Martí-, de que  lado esta el deber y, entonces, quien debe conducirlas. 
Venderles  plataformas irrealizables, engañarlos y pretender acomodar políticamente algún  reclamo al interés personal de los dirigentes es muy grave, sobre todo, si  proviene de quienes ahora organizan “cruzadas” contra un gobierno popular, pero  antes callaron en los años más duros del fujimontenismo corrupto.
Eso los pinta de cuerpo entero, como los pone en evidencia no poder explicar las  sumas enormes de dinero que usan estos dirigentes “Ligth” de la CGTP que viajan  por avión por todo el país y el extranjero, contratan campañas propagandísticas  en las radios más caras y usan de estilizados recursos de imprenta cuyos costos  escandalizarían al propio y sencillo líder obrero Isidoro Gamarra.
Ningún  “huaman” para al Perú y esta convocatoria mostrará a la CGTP en su orfandad más  patética. Será por eso que su principal dirigente ha preferido “salir con todo”  a pelear contra  un gobierno que gobierna para los pobres.
Nos vemos el  día 10 señor Huaman, al día siguiente del Paro, para que puesto en evidencia,  trate de probar  que tuvo algún éxito. Entenderemos que debe hacerlo porque sino  tendrá problemas para justificar el financiamiento que ha recibido la CGTP. Sin  embargo verá usted, como ese mismo día, las obras continúan y el  Perú sigue  avanzando.





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