El PPC es como el Melgar FBC: un equipo que no baja de categoría, pero tampoco campeona. Salvo las elecciones complementarias en Lima después de la revocatoria, el PPC no conoce de triunfos. Aspiran al poder, pero fallan en las estrategias. Bedoya fue alcalde de Lima dos veces por la Democracia Cristiana, y desde entonces los triunfos se han hecho distantes al PPC. Mientras el partido se alejaba de las provincias y la calle, sus variopintos alcaldes exitosos lo abandonaban.
Lourdes Flores ha sido su mejor producto, aún con presente y futuro. La Presidencia le fue esquiva, no por Alan García, sino por errores propios. Hizo bien al ir por Unidad Nacional y tapar al PPC, pero ello no bastó, le faltaba definir. Cuando el PPC la convenció para ser Alcaldesa de Lima, ella no ganó. No por Bayly, sino porque tardó en dejar el estilo pepecista del “te pego, pero de mentira”. Cuando se definió, fue convincente y agresiva, contundente y firme, argumentativa y brillante, mucho más que Villarán. Pero era muy tarde. Lima y la política perdieron.
Los pepecistas son colaboradores de la gobernabilidad. Pueden otorgar a Haya de la Torre la Presidencia de la Constituyente de 1979 y en el 1992 ingresar al CCD de Fujimori. Pero les falta el atrevimiento en democracia, la osadía de pueblo o de la nueva clase media indignada, ser socialcristianos a la peruana, golpear con argumentos sin retroceder. Sintonizaron con la calle y se enfrentaron a Villarán, pero su irrenunciable estilo los devolvió a la mesura (“el No del PPC”). Recientemente, también sus congresistas jaquearon al Gabinete, pero les aterró el precipicio que les pintaron. Como si un Congreso más firme ante un Ejecutivo equivocado afectara la gobernabilidad (por el contrario, la refuerza). Saben que urge un PPC irreverente y renovado, pero confunden renovación con Secada.
Aliados, aplicados, amigos muchos, no juegan fulbito en la pista, porque temen que el Cocharcas de la ingobernabilidad los atropelle. Podrían ser opositores y reformistas dentro de la democracia; pero alguna mesura los vuelve rápidamente al conservadurismo, que en el Perú nunca gana elecciones.
(Publicado en Exitosa Diario y en la Mula.pe, el 20 de Marzo del 2014)
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