miércoles, mayo 28, 2014

Apuntes a la descentralización


Por el c. Luis Zaldivar
Fuente: Con el ojo Izquierdo

Algunos de los problemas más importantes que debemos afrontar como nación son la mala demarcación territorial, la ausencia de articulación entre lo nacional y lo local, el fraccionamiento de la población en poblados demasiado pequeños, la creación de movimientos políticos locales que no promueven ni comparten una visión total del país, y la ineficacia en el gasto por parte de los gobiernos subnacionales. A la solución éstos problemas, y algunos otros, es lo que se denomina proceso de descentralización.


Los gobiernos municipales democráticamente elegidos fueron creados en 1963 gracias al impulso descentralizador que promovió Fernando Belaúnde en su primer gobierno, quien logró materializar décadas de discusión sobre cómo hacer que la administración pública no esté centralizada en Lima. Este inicio fue truncado por la dictadura de Juan Velasco Alvarado, pero volvió con la democracia el año 80, década en la cual se afianzó el poder democrático municipal y radicalmente descentralizó –cuando menos- la dinámica política del país. Sin embargo, hasta el día de hoy mantenemos el drama del fraccionamiento, manteniendo 1800 municipios cuando pudiesen haber mucho menos; por poner un ejemplo, Brasil tiene menos de la mitad de municipios en un territorio inmensamente más grande.


A mediados de los 80´s, el APRA –por primera vez en el poder- empezó un segundo proceso descentralizador basado en las ocho regiones naturales del Perú que había tipificado Javier Pulgar Vidal; esta primera ley de regionalización buscaba articular los diferentes pisos ecológicos de nuestra complicada geografía y cambiar la demarcación territorial por departamentos - una clasificación basada en las posesiones de tierras virreinales (llamadas intendencias) y que hasta hoy no tienen mucho sentido económico o productivo. Sin embargo, como todas las dictaduras, el fujimorismo optó por cortar la descentralización, y para cuando volvió la democracia y se quiso volver a imponer la regionalización, el gobierno de Alejandro Toledo fracasó en lograr que los departamentos se unan y sobrepuso las regiones sobre los ya existentes departamentos, un esquema fracasado que hasta el momento sufrimos.

Para pensar en la regionalización hacia el futuro debemos considerar algunos puntos muy  importantes: 1) el peruano, en su mayoría, se siente identificado con su provincia y no necesariamente con su departamento (ejemplo notable: los cañetanos no se sienten limeños estando en la misma región/departamento); 2) mientras que no se termine de cerrar la brecha de infraestuctura en caminos, la población seguirá aislada una con la otra y fracasarán los ordenamientos territoriales, 3) La migración a la costa por la baja productividad en algunas zonas de la tierra es algo prácticamente inevitable, 4) El 70% del territorio es selva que no tiene un esquema planificado de producción, y 5)El crecimiento sostenible demanda derivar la migración hacia Lima a otras ciudades en crecimiento, inclusive si es necesario muder la capital.


Con estas nociones generales podemos los peruanos empezar a generar un mayor discurso descentralista y unitario, que es lo que más necesita la nueva generación de peruanos. 


Estos y otros temas son tocados a profundidad en el programa Cátedra Libre, con Milton Guerrero, Humberto Leceta, Otoniel Velasco y Agustín Haya

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