Queridos amigos, agradezco mucho sus muestras de afecto y solidaridad en estos momentos. Quiero que sepan que estoy tranquilo y que pese a lo absurdo de la sentencia todavía confío que existen jueces objetivos e independientes en el Perú.
Vamos a apelar la sentencia en los próximos días (casación) para que la Corte Suprema revise lo realizado. Eso llevará algunas semanas pero tengo la fe que enmendará el error.
Cuando anunciaron la conformación del tribunal recusamos a dos de sus integrantes porque antes ya habían adelantado opinión. Ambas señoras rechazaron la recusación y dijeron que eran juezas objetivas y justas y que por ello garantizaban un juicio justo pero cuando llegó el momento de presentar pruebas y ofrecimos más de 70 entre testimonios y documentos no aceptaron NI UNA DE ELLAS. Las juezas me condenaron sin permitirle actuar mis pruebas de descargo, ni siquiera el pronunciamiento del Colegio de Abogados de Lima (CAL) que tras analizar el caso concluyó que el contenido de mi oferta era propia de mi actividad de abogado y que por tanto no existía nada irregular.
Pese a ello durante el juicio demostramos que no existía delito sino gestión de abogado y que ellos estaba respaldado en los Estatutos y el Código de Ética de nuestra institución.
Nada de ello sirvió. La Sala ha fallado reduciendo la pena pero manteniendo la efectividad de la pena a prisión. Terrible para mi pero también para el libre ejercicio de la profesión. Un abogado sin garantías equivale a un congresista sin inmunidad.
Estoy convencido de mi inocencia. Los jueces han actuado presionados y por temor. Esos son los peligros de la vida pública.
En los próximos días voy a presentarme para cumplir la condena mientras avanza la apelación que interpondremos.
No soy un delincuente para esconderme ni me atemoriza la prisión. Como ministro he visitado casi todas y conozco bien sus problemas y limitaciones. Aprovecharé para ver cómo van las cosas pero desde otra perspectiva.
Mi madre dice que no debemos preguntar "por qué" suceden las cosas sino "para qué". Tengo curiosidad en saber para qué ha pasado esto. Sin duda aprovecharé mi tiempo para estudiar y aprender alguna nueva actividad. Conociéndome se que muy pronto me faltará el tiempo entre lo que debo hacer para mí y el apoyo legal que imagino muchos me pedirán.
Mi familia está golpeada, sobre todo mi esposa y mis hijos, pero esto los ayudará a probar de qué están hechos. Hay pruebas más duras por las que pasa la gente.
Dormir en una prisión no será lo más difícil que me toque. Como congresista de una zona rural he aprendido a dormir y comer en peores situaciones sin perder el entusiasmo.
Finalmente quiero decirles que esto no ha terminado. Voy a pedir un pronunciamiento a la Federación Internacional de Abogados que ya se contactó conmigo y con él recurriremos también a instancias internacionales para emplazar al Estado peruano por esta atrocidad jurídica de condenar a un abogado por realizar actos propios de su labor, como lo dice el CAL en su informe sobre mi caso.
Esto va a pasar tarde o temprano y entonces volveré a caminar con la gente con el mismo entusiasmo y el mismo optimismo en mi región San Martín y el Perú, quizás con mayor compromiso por la justicia. Sin odios ni rencores, como nos enseñó Haya de la Torre.
Un gran abrazo para todos!!!
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