lunes, julio 27, 2015

ANIVERSARIO PATRIO. LA INDEPENDENCIA – DIFÍCIL TAREA...

Néstor A. Scamarone M. 

Patria.- Nación propia nuestra, con la suma de cosas materiales, pasadas, presentes y futuras que cautivan la amorosa adhesión de los patriotas Sic. - Diccionario de la Lengua Española. Se puede decir que es una definición universal de patria que hemos tomado del libro que rige nuestra habla y lo hacemos para no confundir conceptos, sobre todo en aquellos que por estos días han olvidado su respeto por el Perú y los peruanos.
Hace pocos días me encontré con un dilecto amigo congresista de la República, le  mencione que el mejor homenaje a nuestra Nación por el aniversario patrio, la hace Jorge Basadre en el capítulo primero de su gran obra "Historia de la República del Perú", cuando menciona: "El General José de san Martín proclamó la independencia del Perú el 28 de Julio de 1821 en la Plaza de Armas de Lima. Dijo así y sus palabras resuenan todavía: El Perú es, desde este momento, libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende"; a éste respecto nos señala Basadre, que cuando San Martín se refirió al Perú hablaba no tan sólo de ese Perú coyuntural a 1821, sino de un Perú grande lleno de historia y tradición, para un futuro en libertad y democracia, "…que había existido cualesquiera que fuesen sus características propias, sólo como parte de la vasta comunidad hispanoamericana…". Sobre las palabras que siguieron "...es libre e independiente…", nos señala el historiador que simbolizaban las nuevas formas jurídicas que desde ese instante nacían como un acto soberano, porque ellos creían en la "justicia de su causa", aspirando a una mejor vida de la que habían llevado hasta ese entonces, "buscaban un ordenamiento más equitativo, más digno, más auténticamente estable"; vale decir; estable en la constitución y las leyes, estable en democracia presente y futura y estable en tolerancia y con la convicción de la justicia de su causa que Dios debe guiar y defender. Todo esto se alcanza y llega hasta nuestros días porque convergen unidos física y espiritualmente en una nación todos los hombres sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición, con la tolerancia y el respeto mutuo y el deseo hermanado por un humanismo vigente y de construcción social en bien de un Perú vencedor y no derrotado, de un Perú surgente en democracia y no insurgente en intolerancia; en efecto, "La libertad es el derecho de hacer lo que las leyes permiten; y si un ciudadano pudiera hacer lo que las leyes permitan; y si un ciudadano pudiera hacer lo que las leyes prohíben, no tendría más libertad, porque los demás tendrían el mismo poder" Sic. Montesquieu - El Espíritu de las Leyes. Es así, que actuar en libertad es actuar en relación a tu prójimo y a sus derechos en defensa y aplicación de la justicia y la ética de los principios en que está basada la democracia y no en el atropello por no ser partícipe de sus ideas o derrotas.
El jueves 31 de Octubre de 1822 se publicaba en "La Abeja Republicana" - "Representación del Soberano Congreso - SEÑOR: Los ciudadanos que suscriben poseídos de los más vivos sentimientos de consideración y respeto al SOBERANO CONGRESO, le hacen presente: que no pueden mirar con indiferencia la estabilidad de la independencia, y el restablecimiento de la libertad..."Sic. Este fue un congreso ejemplar donde el respeto y la libertad eran pilares fundamentales de la democracia, donde el amor al Perú y a los peruanos eran primero que los odios fratricidas, como sucede hoy en día en algunos casos. Un congreso que habla de estabilidad de la independencia, un congreso a favor de la "Patria Peruana", que fue ejemplo para las generaciones de la historia.
Nunca debemos olvidar que ese sábado 28 de Julio de 1821, en solemne ceremonia llena de júbilo y efervescencia patriótica, desde un tabladillo acondicionado en la plaza de Armas de la ciudad de Lima, el Libertador don José de San Martín, enarbolando el nuevo estandarte patrio rojo y blanco, proclamó la Independencia del Perú pronunciando las siguientes palabras:
"EL PERU ES DESDE ESTE MOMENTO LIBRE E INDEPENDIENTE POR LA VOLUNTAD GENERAL DE LOS PUEBLOS Y POR LA JUSTICIA DE SU CAUSA QUE DIOS DEFIENDE. VIVA LA PATRIA! VIVA LA LIBERTAD! VIVA LA INDEPENDENCIA!”
Pero el camino hasta aquí fue muy difícil y complejo, es así que debemos situarnos en el tiempo, para comprender la llegada de la Independencia. Si bien el ciclo de independencia resultó repentino, violento y general en toda el área hispanoamericana, no fue el resultado de un movimiento concertado. Aunque la independencia fue precipitada por un hecho externo, el colapso de la monarquía española en 1808, éste era la culminación de un largo proceso de sucesivas rupturas por las cuales Hispanoamérica tomó conciencia de su identidad, cultura y recursos.
Antes de 1808, los criollos no negaban sus vínculos con España, pero tenían ciertas críticas hacia la metrópoli, pues si bien se encontraba en el ocaso de su poderío, aumentaba su codicia imperialista, a través de las reformas borbónicas. En efecto, la política borbónica alteró la relación existente entre los principales grupos de poder. La revolución fue una reacción criolla contra esta nueva conquista, un freno al monopolio español en el comercio y en los cargos oficiales. El tradicional antagonismo de los dos grupos se agravó. El retroceso de los criollos fue duro pero irreal; la inferioridad demográfica (a principios del siglo XIX había 3,2 millones de blancos de los cuales sólo 150.000 eran peninsulares) de la minoría peninsular no mantendría el poder indefinidamente.
Cuando en 1808 se dio el colapso de la monarquía española, los criollos actuaron rápidamente para evitar el vacío político y por miedo a la rebelión popular. Su dilema era real: estaban atrapados entre el gobierno imperial y las masas populares. Por otra parte, la invasión de los ejércitos napoleónicos a España fue el golpe final, pero la estrategia de los Borbones ya había sido atacada desde adentro y cayó víctima de sus propias contradicciones; pues los reformadores no previeron que la nueva legislación social y laboral ponía en su contra al sector del cual dependían para gobernar América. La política borbónica era un error de cálculo, sin relación con el tiempo, la gente y el lugar pues provocaba a los privilegiados sin proteger a los pobres. Esto produjo un antagonismo hacia los sectores bajos (indios, negros, pardos) que perduró tiempo después.
El Poder político y el mantenimiento del orden social eran las exigencias criollas. Si bien estas aspiraciones eran generales en toda Hispanoamérica, no se plasmaron en un movimiento concertado; por el contrario, todos los movimientos plantearon la separación de España pero también negaron la unidad americana y la integración. Incluso antes del inicio de las luchas independentistas, las distintas colonias rivalizaban entre sí por sus recursos y pretensiones. No existía una sola América española sino áreas fragmentadas que generalmente respetaban la división administrativa colonial. En cada una de ellas, surgió un fervor nacionalista o regionalismo, que no necesariamente implicaba un americanismo como reacción a las reformas borbónicas. A mi entender estos personalismos regionales de la América Hispánica del 800, nos llevan a pensar lo difícil que fue para los Próceres de la Independencia Americana aglutinar ideas comunes y encausar un sólo grito de Independencia para toda Hispanoamérica.
Una de las principales influencias externas que motivaron esta transformación fue la Revolución Francesa, desde donde la filosofía de las luces se difundió por el mundo occidental y aportó tanto en ideología política como social y económica, pues Francia era uno de los países más populosos de Europa y con gran hegemonía. Pero definitivamente en 1808 cuando Napoleón Bonaparte invade España y coloca presos a los reyes españoles, la situación es aprovechada por las colonias que se encontraban bajo el dominio español para proclamar por su independencia. Además, en el país ibérico surgieron grupos que se alzaron en contra del gobierno francés y sirvieron de ejemplo para los americanos. Durante el siglo XVIII es destacable el movimiento conocido como La Ilustración, que pretendió dominar con la razón un conjunto de problemas del hombre y el mundo, en especial, su lucha por la libertad, el progreso y la igualdad. Ese movimiento intelectual, fue un clave aporte para la Independencia.
Ahora podemos comprender un poco, como llegamos a ese feliz sábado 28 de julio de 1821, en que se puso fin a más de 300 años de dominación española y nació la República del Perú, gracias a la gesta del Ejército Libertador del Perú liderado por el General Don José de San Martín, prócer ilustre de las entonces Provincias Unidas del Río de la Plata, hoy Argentina.
En esa fecha histórica, San Martín desplegó por primera vez la bandera rojiblanca y proclamó la libertad de todos los peruanos. Era el momento culminante de una gesta que se inició el 8 de setiembre de 1820 con el desembarco del Ejército patriota en la bahía de Paracas, gesta que fue tomada por patriotas peruanos como nuestros próceres de la Independencia, quienes no dudaron en la causa americana y que recordamos como símbolo profundo de un Perú grande, que se hizo con fraternidad, tenacidad, valor y trabajo por y a favor de la independencia de Hispanoamérica.
Recapacitemos, hagamos Perú unidos, seamos tolerantes, democraticemos sin destrozar los ideales de Patria, reconciliemos nuestras diferencias y desde el corazón de cada peruano hagamos un Perú grande en paz y respeto mutuo.

¡Felices Fiestas Patrias!
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