Por Javier Valle Riestra
Basadre tiene un ingeniosísimo libro titulado “El azar en la historia y sus límites”. Nos explica cómo Bousquet, Renouvier y otros se ocupan de este fenómeno hacia el pretérito. Nos cita alguno de los muchos hechos históricos brotados por azar. El Congreso norteamericano no derrocó al Presidente Andrew Johnson, el dieciséis de mayo de 1868, porque faltó un voto.
El sistema de la República fue implantado en Francia el treinta de enero de 1875 por 353 votos contra 352 cuando un diputado monárquico se había ausentado del salón de sesiones para cumplir con una necesidad natural. Una inesperada carnicería el 23 de febrero de 1848 en París desencadenó un movimiento revolucionario que hizo temblar a Europa y, podemos agregar, repercutió, de un modo u otro, en nuestra América. En este artículo voy a forzar futuristamente el azar dando por vencedor en los comicios presidenciales del 2016 a Alan García.
Simularé un despacho cablegráfico, fechado el veintinueve de julio de ese año: Lima (FRANCE PRESS) 29. El Presidente Alan García Pérez inició ayer su tercer periodo presidencial. Como se sabe derrotó en segunda vuelta a la postulante Keiko Fujimori. La campaña electoral fue muy apasionada. Sin embargo el poder de García fue evidente porque sacó más de la mitad de los votos. Una multitud lo aplaudió frenéticamente en su recorrido a pie desde Palacio de Gobierno al local del Congreso. Allí empezó diciendo:
“Señores congresistas, la campaña electoral ha concluido y es la hora de hablar sin eufemismos la verdad constitucional.
No se puede gobernar al Perú en esta hora volcánica de la República con la Carta trunca y empírica de 1993, tampoco podemos encargarle la tarea a este dignísimo Congreso por sus restricciones constitucionales. Por eso les informo que estoy expidiendo en la fecha una norma convocando a una Asamblea Constituyente, para dictar una nueva Constitución apoyándonos en el artículo 307 de la Constitución de 1979 que autoriza a cualquier ciudadano a restaurar el orden constitucional.
Después de mi abrumadora elección he recibido el apoyo del Apra, lo que es lógico, del PPC, del fujimorismo y de las fuerzas de izquierda. El Perú con las revolucionarias tensiones sociales imperantes en Costa, Sierra y Selva necesita un nuevo cuadro supralegal. Apoyándonos en la Carta de 1979 daremos una Constitución futurista para el siglo veintiuno. Por eso el Ejecutivo hoy hará manu militari la convocatoria pertinente”.
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