Judith De la Mata Fernández *
Los últimos acontecimientos ocurridos en América Latina nos inducen a considerar que se ha adoptado - como único - el modelo de democracia neoliberal – procedimental, lo que corta la lucha por el logro del ideal de la democracia, porque es aceptada rígidamente como ya existente y no tiene ni ofrece opciones para cambiarla.
La tarea – entonces - es asumir la reconstrucción de la idea de la integración y de la democracia, tanto desde los debates intelectuales e histórico-políticos como de la práctica misma, es decir, debe conducir a un proceso de redemocratización.
En el actual contexto de globalización, la integración, más que fusión de entidades nacionales, significa la sumatoria de las potencialidades y fortalezas de la región al servicio de los Estados miembros y sus ciudadanos. Y la manera de llevarla a cabo es incorporar la idea de la integración en el proyecto político de los países latinoamericanos y del Caribe.
La alternativa que debe proponerse es la construcción de una democracia distinta, que obedezca al principio de que quien manda es el pueblo y, por tanto, los gobernantes deben actuar al servicio de los intereses del pueblo, por lo que su gestión debe reflejarse en una creciente equidad, en beneficio sobre todo para la mayoría y este debe ser la base doctrinaria de la verdadera integración latinoamericana.
No sólo fue el sueño de Bolívar, en el Perú tuvimos a un luchador por la justicia social, humanista siempre al día con el avance del conocimiento, un visionario y creador de una doctrina antiimperialista de integración Latinoamericana, me refiero a don Víctor Raúl Haya de la Torre, cuya obra contiene temática diversa y profunda, centrada en el hombre, sujeto de todos sus desvelos y preocupaciones, es por eso que le asigna una gran importancia a la formación del hombre dentro de un nuevo Estado y una sociedad libre de explotación, asimismo se preocupó por los problemas socioeconómicos y financieros del país, por las relaciones internacionales, por las obras materiales y por todas las variables del desarrollo.
Este ilustre peruano, líder político pero sobre todo un pensador social profundamente convencido de las bondades de la integración económica y política de nuestros pueblos, mantuvo un cercano interés en el lento proceso de acercamiento de las naciones. Haya de la Torre fue un abanderado de la unidad latinoamericana y en el Perú fue objeto de absurda persecución por sostener esas ideas.
Cabe señalar que algunos gobiernos dictatoriales le aplicaron al Partido Aprista el artículo 53º de la Constitución de 1933, en el cual se decía que no eran reconocidos los partidos políticos de inspiración internacional. Por hablar de la integración americana, se consideraba al APRA un partido internacional. Lo que motivo que cuando elaboró la Constitución Peruana de 1,979 diseñara la unidad continental latinoamericana, siendo enfático al rechazar la Constitución de 1,933 porque en el antes citado artículo se excluían los derechos políticos a quienes profesaban el ideal de la integración continental. Completaba su exhortación expresando: «Nuestra intención es promover la creación de una comunidad Latinoamericana de Naciones porque profesamos un integracionismo de clara raíz antiimperialista».
Después de las persecuciones de las que fue objeto y luego de permanecer aproximadamente cinco años como asilado en la residencia del embajador de Colombia, Víctor Raúl Haya de la Torre partió a residir a Italia en 1956, de allí se mantuvo escribiendo crónicas para diversas publicaciones del mundo, las mismas estuvieron referidas al nacimiento de la Comunidad Europea, por ejemplo su artículo “La zona o mercado común de los siete” reproducida en sus Obras Completas.
Resulta impresionante la vigencia de estas apreciaciones de un compatriota nuestro; de una persona que con su vida y su ejemplo dejó huella no sólo en su país sino el mundo.
Siempre he sido una convencida de los ideales de Haya de la Torre y de su infatigable labor por concientizarnos sobre la importancia de la integración de los países latinoamericanos; en mis múltiples participaciones como legisladora y en representación del Congreso Peruano en distintos eventos en el mundo he dejado asentado ese principio integrador, y ahora que me encuentro representando al Estado Peruano nada menos en el país hermano de Argentina, seguiré alentando ese principio por que considero que la unión latinoamericana hará más fuertes a nuestros pueblos, fortalecerá su economía y nos hará surgir del subdesarrollo en el cual nos encontramos.
(*) Embajadora Plenipotenciaria del Perú en la República de Argentina
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