Por Juan Orrego Sevilla
El 22 de febrero se rendirá homenaje al natalicio de un ilustre ciudadano y francmasón de nuestra historia republicana discutible para algunos, lleno de controversias para otros, no solo por su historia de luchas políticas, de sus largos exilios, de sus fracasos, de sus prisiones, sino también por el notable recuento de su formación intelectual. Su vida intensa generó mitos y difundidas exaltaciones que desvirtúan y hasta eclipsan su paso en este Oriente, pero así fue HAYA DE LA TORRE, el nació para servir a un ideal, vivió para él, quisieron forzarle a soñar lo que no quería, se le impidió ascender a su SUEÑO, pero aún él se reveló con imaginación y miró como un HOMBRE LIBRE Y DE BUENAS COSTUMBRES en su interior y construyó en su alma un templo que le permitió enfrentar esa hostilidad de su ambiente y de su tiempo creada por las clases dominantes del país.
El supo cautivar el espacio político de su país y de Indoamérica, fue un insigne patriota de la democracia social, ideólogo de la fraternidad y unidad e integración continental, un hombre que hizo de la política no un vil negociado en los 60 años que se mantuvo para lograr LA LIBERTAD, LA JUSTICIA, LA PAZ Y LA VIDA, para sus Hermanos de raza.
Es así, que el masón HAYA DE LA TORRE, marcó un horizonte para toda una generación, fue líder nato capaz de inspirar la cohesión de todos los sectores que constituía el arco social del país, de una manera que tal vez ningún político antes de EL, pudo hacer en el país. Este Maestro Mason, nos enseñó mediante sus ideas y predica la solidez y realismo de sus postulados ante los hechos sociales de éste continente al lograr una doctrina y un devenir para las nuevas generaciones aprendiendo de la francmasonería, que el camino más claro se da en función de una ORGANIZACIÓN FUERTE, de la DISCIPLINA REAL y pero básicamente por la LEALTAD que debe estar por encima de los intereses personales, lo que le permitió rodeado de importantes masones peruanos - Hermanos fueron Orrego, Seoane, Heysen, su hermano Edmundo y el mismo Sánchez entre otros tantos aprista de la primera generación-, elaborar y desarrollar un movimiento que tomó ribetes de carácter místico, en base a concepciones masónicas como LEALTAD, FRATERNIDAD, UNIDAD Y LA FE, pero pensado políticamente a escala Continental.
Pensador original había conseguido plantear una nueva interpretación de la realidad Indoamérica, dándole su rol de desarrollo con la necesidad de su tiempo. Así el Haya, el masón peruano enunció la concepción del Espacio, Tiempo – Histórico que es el primer paso hacia una definición que la humanidad desde hace mucho guarda. No hay historia muerta desprendida y aislada de su espacio. Pero para que un Espacio, Tiempo - Histórico devenga como un determinador en la didáctica la historia debe existir no solo un escenario geográfico o como pueblos que lo habita; no solo como continente o como contenido histórico en movimiento sino como plena función vital de conciencia social de acontecer de la historia
90 años después de lanzarse a la lucha social, 80 años de iniciarse (27.JUN.28 Yucatán, México), en los misterios simbólicos de la Augusta Orden de los Francmasones, vosotros y nosotros debemos seguir trabajando para que Indoamérica salga de su atraso cultural y su dependencia del imperialismo. Y como ningún otro político y masón del continente fue un gran alumno del espiritualismo Indoamericano y entendió, que nunca hemos estado satisfechos con lo que somos y pretendió que nos pongamos de acuerdo sobre qué somos y sobre lo queríamos ser.
El masón HAYA nos ha entregado espiritualmente una antorcha por la libertad, para que desde aquí se ilumine nuestra patria y nuestro continente del oscurantismo de décadas y siglos. Aprendamos entonces, como HAYA a orar, a amar y a saber esperar, pero no esperar en el descanso, en la pasividad, en la falta de expectativa del que aguarda que las cosas vengan solas, esperar en la acción, esperar en trabajo infatigable, esperar en la convicción total de que los rumbos del destino de nuestros pueblos serán señalados por los HOMBRE LIBRES Y DE BUENAS COSTUMBRES de Indoamérica.
“... Del silencio de los tiempos, surge el silencio eterno; en el corazón de hoy descansa el mundo de mañana; y quienes son dichosos, son hijos del dolor…”, esa es la herencia del ilustre francmasón que a través de su camino fue dejando señales para nuestra tarea. Por eso, desde lo más hondo de mi fe, saludo a todos los compañeros en el mes de la FRATERNIDAD, que sin claudicar al pensamiento francmasónico de HAYA, están ansiosos de un nuevo porvenir para nuestra Indoamérica.
El 22 de febrero se rendirá homenaje al natalicio de un ilustre ciudadano y francmasón de nuestra historia republicana discutible para algunos, lleno de controversias para otros, no solo por su historia de luchas políticas, de sus largos exilios, de sus fracasos, de sus prisiones, sino también por el notable recuento de su formación intelectual. Su vida intensa generó mitos y difundidas exaltaciones que desvirtúan y hasta eclipsan su paso en este Oriente, pero así fue HAYA DE LA TORRE, el nació para servir a un ideal, vivió para él, quisieron forzarle a soñar lo que no quería, se le impidió ascender a su SUEÑO, pero aún él se reveló con imaginación y miró como un HOMBRE LIBRE Y DE BUENAS COSTUMBRES en su interior y construyó en su alma un templo que le permitió enfrentar esa hostilidad de su ambiente y de su tiempo creada por las clases dominantes del país.
El supo cautivar el espacio político de su país y de Indoamérica, fue un insigne patriota de la democracia social, ideólogo de la fraternidad y unidad e integración continental, un hombre que hizo de la política no un vil negociado en los 60 años que se mantuvo para lograr LA LIBERTAD, LA JUSTICIA, LA PAZ Y LA VIDA, para sus Hermanos de raza.
Es así, que el masón HAYA DE LA TORRE, marcó un horizonte para toda una generación, fue líder nato capaz de inspirar la cohesión de todos los sectores que constituía el arco social del país, de una manera que tal vez ningún político antes de EL, pudo hacer en el país. Este Maestro Mason, nos enseñó mediante sus ideas y predica la solidez y realismo de sus postulados ante los hechos sociales de éste continente al lograr una doctrina y un devenir para las nuevas generaciones aprendiendo de la francmasonería, que el camino más claro se da en función de una ORGANIZACIÓN FUERTE, de la DISCIPLINA REAL y pero básicamente por la LEALTAD que debe estar por encima de los intereses personales, lo que le permitió rodeado de importantes masones peruanos - Hermanos fueron Orrego, Seoane, Heysen, su hermano Edmundo y el mismo Sánchez entre otros tantos aprista de la primera generación-, elaborar y desarrollar un movimiento que tomó ribetes de carácter místico, en base a concepciones masónicas como LEALTAD, FRATERNIDAD, UNIDAD Y LA FE, pero pensado políticamente a escala Continental.
Pensador original había conseguido plantear una nueva interpretación de la realidad Indoamérica, dándole su rol de desarrollo con la necesidad de su tiempo. Así el Haya, el masón peruano enunció la concepción del Espacio, Tiempo – Histórico que es el primer paso hacia una definición que la humanidad desde hace mucho guarda. No hay historia muerta desprendida y aislada de su espacio. Pero para que un Espacio, Tiempo - Histórico devenga como un determinador en la didáctica la historia debe existir no solo un escenario geográfico o como pueblos que lo habita; no solo como continente o como contenido histórico en movimiento sino como plena función vital de conciencia social de acontecer de la historia
90 años después de lanzarse a la lucha social, 80 años de iniciarse (27.JUN.28 Yucatán, México), en los misterios simbólicos de la Augusta Orden de los Francmasones, vosotros y nosotros debemos seguir trabajando para que Indoamérica salga de su atraso cultural y su dependencia del imperialismo. Y como ningún otro político y masón del continente fue un gran alumno del espiritualismo Indoamericano y entendió, que nunca hemos estado satisfechos con lo que somos y pretendió que nos pongamos de acuerdo sobre qué somos y sobre lo queríamos ser.
El masón HAYA nos ha entregado espiritualmente una antorcha por la libertad, para que desde aquí se ilumine nuestra patria y nuestro continente del oscurantismo de décadas y siglos. Aprendamos entonces, como HAYA a orar, a amar y a saber esperar, pero no esperar en el descanso, en la pasividad, en la falta de expectativa del que aguarda que las cosas vengan solas, esperar en la acción, esperar en trabajo infatigable, esperar en la convicción total de que los rumbos del destino de nuestros pueblos serán señalados por los HOMBRE LIBRES Y DE BUENAS COSTUMBRES de Indoamérica.
“... Del silencio de los tiempos, surge el silencio eterno; en el corazón de hoy descansa el mundo de mañana; y quienes son dichosos, son hijos del dolor…”, esa es la herencia del ilustre francmasón que a través de su camino fue dejando señales para nuestra tarea. Por eso, desde lo más hondo de mi fe, saludo a todos los compañeros en el mes de la FRATERNIDAD, que sin claudicar al pensamiento francmasónico de HAYA, están ansiosos de un nuevo porvenir para nuestra Indoamérica.
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