Por: José Antonio Torres Iriarte (*)
Haya de la Torre ha influenciado de una manera activa en la política nacional y latinoamericana a través de su pensamiento y acción política, convirtiéndose en protagonista de la historia de nuestro continente. Su contribución es reconocida en los más importantes espacios académicos a nivel internacional, no sólo como el intelectual que a través de una profusa obra influenció en la forja de la alianza entre estudiantes y obreros; sino sobre todo como el político que con el ejemplo de una vida consagrada a la lucha social y a la docencia, promovió el surgimiento de partidos de izquierda democrática sustentados en el frente único de trabajadores manuales e intelectuales.
Haya representa a una generación de jóvenes latinoamericanos que desde los años veinte del siglo pasado, decidió asumir el liderazgo político destinado a transformar las viejas estructuras oligárquicas, accionar contra el imperialismo y gestar la unidad económica y política de América Latina, como un mecanismo eficaz para desarrollar el capitalismo en un contexto de afirmación nacional y continental.
La Alianza Popular Revolucionaria Americana fundada en México, desde los primeros años señaló el camino de la revolución continental, desestimando las tesis marxistas enunciadas para el Viejo Continente. Haya señaló que nuestros pueblos debían impulsar los frentes únicos de trabajadores, las alianzas de clases explotadas y sentar las bases de un Estado Antiimperialista, con claros objetivos de tratamiento con el capital extranjero.
El APRA con Haya de la Torre, no pretendió ni construir un partido único, ni ser partido de una sola clase, expresando políticamente los intereses de las clases explotadas por el imperialismo y los grupos de poder nacional.
Por ello desde un inicio Víctor Raúl confronto con el comunismo internacional y las oligarquías nacionales; los voceros de la Tercera Internacional señalaban que el APRA era fascista y las oligarquías relacionaban al aprismo con el comunismo.
La falta de un sistema de partidos políticos y la ineptitud de los enemigos del aprismo en fundar organizaciones democráticas que compitan en el plano popular y electoral, impidieron que la democracia se consolide; por ello durante largos períodos Haya fue exiliado, preso o perseguido. Los más de cinco años de asilo en la sede de la Embajada de Colombia en Lima y el histórico fallo de la Corte Internacional de la Haya, demostraron los grandes valores y merecimientos del Jefe y fundador del aprismo.
Haya de la Torre gobernó desde el pueblo. El fraude del 31, el veto del 62 y las más de tres décadas de persecución y clandestinidad impidieron que sea Presidente del Perú.
Otros movimientos y partidos del continente que se forjaron inspirados en su pensamiento, accedieron a las tareas de gobierno hasta 1979, año en el que fallece.
Cómo explicar que luego de treinta años de fallecido, hoy su pueblo lo recuerde con respeto y admiración, cómo comprender que millares de jóvenes que no llegaron a conocerlo se incorporen al aprismo con la misma ilusión que animó a los viejos compañeros que en el 31 o en el 45 entregaron sus vidas a la causa de la democracia en el Perú.
Haya de la Torre nacido en 1895 fue figura del siglo pasado y lo sigue siendo en la presente década. En un contexto en el que algunos afirmaron que era el fin de la historia y de las ideas, el aprismo sigue vigente no sólo en la tarea de gobernar hoy el Perú; sino apoyado en la claridad del pensamiento de un líder continental que señaló el gran derrotero de los pueblos latinoamericanos.
(*) Secretario Nacional de Relaciones Exteriores e Integración del Partido Aprista Peruano
Haya de la Torre ha influenciado de una manera activa en la política nacional y latinoamericana a través de su pensamiento y acción política, convirtiéndose en protagonista de la historia de nuestro continente. Su contribución es reconocida en los más importantes espacios académicos a nivel internacional, no sólo como el intelectual que a través de una profusa obra influenció en la forja de la alianza entre estudiantes y obreros; sino sobre todo como el político que con el ejemplo de una vida consagrada a la lucha social y a la docencia, promovió el surgimiento de partidos de izquierda democrática sustentados en el frente único de trabajadores manuales e intelectuales.
Haya representa a una generación de jóvenes latinoamericanos que desde los años veinte del siglo pasado, decidió asumir el liderazgo político destinado a transformar las viejas estructuras oligárquicas, accionar contra el imperialismo y gestar la unidad económica y política de América Latina, como un mecanismo eficaz para desarrollar el capitalismo en un contexto de afirmación nacional y continental.
La Alianza Popular Revolucionaria Americana fundada en México, desde los primeros años señaló el camino de la revolución continental, desestimando las tesis marxistas enunciadas para el Viejo Continente. Haya señaló que nuestros pueblos debían impulsar los frentes únicos de trabajadores, las alianzas de clases explotadas y sentar las bases de un Estado Antiimperialista, con claros objetivos de tratamiento con el capital extranjero.
El APRA con Haya de la Torre, no pretendió ni construir un partido único, ni ser partido de una sola clase, expresando políticamente los intereses de las clases explotadas por el imperialismo y los grupos de poder nacional.
Por ello desde un inicio Víctor Raúl confronto con el comunismo internacional y las oligarquías nacionales; los voceros de la Tercera Internacional señalaban que el APRA era fascista y las oligarquías relacionaban al aprismo con el comunismo.
La falta de un sistema de partidos políticos y la ineptitud de los enemigos del aprismo en fundar organizaciones democráticas que compitan en el plano popular y electoral, impidieron que la democracia se consolide; por ello durante largos períodos Haya fue exiliado, preso o perseguido. Los más de cinco años de asilo en la sede de la Embajada de Colombia en Lima y el histórico fallo de la Corte Internacional de la Haya, demostraron los grandes valores y merecimientos del Jefe y fundador del aprismo.
Haya de la Torre gobernó desde el pueblo. El fraude del 31, el veto del 62 y las más de tres décadas de persecución y clandestinidad impidieron que sea Presidente del Perú.
Otros movimientos y partidos del continente que se forjaron inspirados en su pensamiento, accedieron a las tareas de gobierno hasta 1979, año en el que fallece.
Cómo explicar que luego de treinta años de fallecido, hoy su pueblo lo recuerde con respeto y admiración, cómo comprender que millares de jóvenes que no llegaron a conocerlo se incorporen al aprismo con la misma ilusión que animó a los viejos compañeros que en el 31 o en el 45 entregaron sus vidas a la causa de la democracia en el Perú.
Haya de la Torre nacido en 1895 fue figura del siglo pasado y lo sigue siendo en la presente década. En un contexto en el que algunos afirmaron que era el fin de la historia y de las ideas, el aprismo sigue vigente no sólo en la tarea de gobernar hoy el Perú; sino apoyado en la claridad del pensamiento de un líder continental que señaló el gran derrotero de los pueblos latinoamericanos.
(*) Secretario Nacional de Relaciones Exteriores e Integración del Partido Aprista Peruano
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