La doctrina de un partido político está constituida por las ideas y los principios con los que nace, es la base sobre la que se construyen los programas del partido y los programas de Gobierno con los que se busca dirigir los pueblos, las regiones y el país. De esa manera se construye, se fortalece y, obviamente, se mantiene vigente la democracia y con ella la institucionalidad de los países.
El Partido Aprista Peruano toma forma teniendo como base las ideas y los principios éticos de Víctor Raúl Haya De La Torre, quien es el faro orientador de nuestro quehacer político como partido, que en él y en los viejos militantes, frente a las circunstancias tan adversas que históricamente enfrentaron, dejaron de ser palabras para ser acción. Convicción primero en ellos, que se trasladó a todo un pueblo que encontró coherencia y liderazgo; en quien siempre mantuvo el recuerdo de su vinculación con el pueblo en la infancia y su compromiso con sectores sociales en la búsqueda de mejores condiciones de vida y de trabajo en la juventud. Convicción de quien reconocemos como Maestro y Guía, como en quienes abrazaron su ideología, quienes abrazaron su doctrina y junto a él, físicamente y en sus ideas, sembraron aprismo que se mantiene vigente sobre las vidas de los mártires, las cárceles y los destierros; que lejos de destruir nuestra organización, permitieron que éste se fortaleciera. No puede ser de otra forma, cuando son transparentes las ideas y cuando se tiene grandeza ética.
Convicción de quien aspiraba, según sus propias palabras, a un partido superior al individuo, que pudiera desarrollarse sin su ayuda y al que él perteneciera sin ser su caudillo. Por sus obras lo conocemos, por sus luchas entre y con los trabajadores manuales e intelectuales, en sus luchas con los estudiantes que, desde los hechos de Córdova, abrazaron a América Latina por la gran reforma universitaria a precio de cárcel y de destierro, por eso, en el tiempo, Haya de la Torre se mantiene y se mantendrá vigente; como se mantienen vigentes las figuras de sus más cercanos colaboradores, que no arriaron banderas ni espíritu, en las duras horas en que la historia y las dictaduras los pusieron a prueba.
A nosotros nos corresponde trabajar por la continuidad de esos principios, usando sabiamente el ejemplo de vida de Víctor Raúl Haya de la Torre y de los que con él ejercieron liderazgo. Actualizándonos en el dinamismo que los cambios históricos exigen, para hacer de nuestro gran partido, la piedra angular que sostenga la democracia en el Perú.
El Partido Aprista Peruano toma forma teniendo como base las ideas y los principios éticos de Víctor Raúl Haya De La Torre, quien es el faro orientador de nuestro quehacer político como partido, que en él y en los viejos militantes, frente a las circunstancias tan adversas que históricamente enfrentaron, dejaron de ser palabras para ser acción. Convicción primero en ellos, que se trasladó a todo un pueblo que encontró coherencia y liderazgo; en quien siempre mantuvo el recuerdo de su vinculación con el pueblo en la infancia y su compromiso con sectores sociales en la búsqueda de mejores condiciones de vida y de trabajo en la juventud. Convicción de quien reconocemos como Maestro y Guía, como en quienes abrazaron su ideología, quienes abrazaron su doctrina y junto a él, físicamente y en sus ideas, sembraron aprismo que se mantiene vigente sobre las vidas de los mártires, las cárceles y los destierros; que lejos de destruir nuestra organización, permitieron que éste se fortaleciera. No puede ser de otra forma, cuando son transparentes las ideas y cuando se tiene grandeza ética.
Convicción de quien aspiraba, según sus propias palabras, a un partido superior al individuo, que pudiera desarrollarse sin su ayuda y al que él perteneciera sin ser su caudillo. Por sus obras lo conocemos, por sus luchas entre y con los trabajadores manuales e intelectuales, en sus luchas con los estudiantes que, desde los hechos de Córdova, abrazaron a América Latina por la gran reforma universitaria a precio de cárcel y de destierro, por eso, en el tiempo, Haya de la Torre se mantiene y se mantendrá vigente; como se mantienen vigentes las figuras de sus más cercanos colaboradores, que no arriaron banderas ni espíritu, en las duras horas en que la historia y las dictaduras los pusieron a prueba.
A nosotros nos corresponde trabajar por la continuidad de esos principios, usando sabiamente el ejemplo de vida de Víctor Raúl Haya de la Torre y de los que con él ejercieron liderazgo. Actualizándonos en el dinamismo que los cambios históricos exigen, para hacer de nuestro gran partido, la piedra angular que sostenga la democracia en el Perú.
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