Las encuestas de CIT e Idice en sendos simulacros nacionales han establecido en sus últimas mediciones que la Alianza Popular se encuentra por encima del 14 %, experimentando un alza en las últimas semanas. Cabe mencionar que estos simulacros fueron realizados considerando aún a César Acuña y a Julio Guzmán en las tarjetas.
Pareciera que la tendencia se mantendrá los próximos 28 días. El tema se percibe en la calle y negarlo cada vez les resultará más difícil a los sectores que se encuentran cerradamente opuestos a una victoria de Alan García. Tan es así que hasta la cuestionada Datum –que incluso ha iniciado una querella contra el expresidente- en su último simulacro lo hace subir 3 puntos porcentuales.
El repunte se debe fundamentalmente a dos razones: la primera es que conforme se acerque la fecha de sufragio la gente empezará realmente a meditar su voto y a considerar lo que realmente está en juego en materia de crecimiento, empleo y bienestar social; cuestiones que afectarán directamente sus circunstancias e intereses. Jugársela por una novedad cuando el país necesita reactivarse -en un contexto internacional no propicio- es un riesgo que cada vez menos se determinarán correr conforme se acerque el 10 de abril.
El concepto de “El Voto Seguro” lentamente se abre paso en la mente colectiva y con ello el recuerdo de las obras de AGP y sobre todo las nuevas que promete realizar como el Tren del Pacífico, el Túnel de Ticlio o las líneas restantes del Metro de Lima.
La segunda es que se van disipando los estragos de una anticampaña feroz que por cuatro años ha propiciado el régimen humalista implementando la Megacomisión y con ésta difundiendo calumnias y mentiras en su intento de destruir las posibilidades electorales de la estrella. A medida que los días pasan de estas nubes negras, que con tanto esfuerzo construyeron Nadine y Ollanta, no quedará nada.
Es irónico que después de una guerra sistemática contra el aprismo, utilizando para eso todo el poder de la Presidencia de la República, los dos candidatos de Palacio (el soterrado y el oficial) naufraguen: Julio Guzmán tachado por ser incapaz de organizar una asamblea violando con esto las normas electorales y Urresti retirado ante el temor de no pasar la valla. Estamos ante la ruina de la estrategia de un régimen que de alguna manera confirma en la dimensión electoral su fracaso en materia gubernamental y de avance social.
Si a estas dos razones le sumamos el hecho de que el aprismo empiece a reorganizar sus fuerzas en el norte, aún más con la ausencia de Acuña, y aumentar su caudal electoral allí y a las inmensas y colosales resistencias que empiezan a expresarse contra Keiko Fujimori, podemos estar ante la antesala de la polarización entre la Alianza Popular y Fuerza Popular que se dirimiría desde la primera vuelta y tendría su round final en la segunda.
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