Por: Luis Negreiros Criado
La relación de Haya de la Torre con el movimiento obrero fue permanente, estructural e histórica a lo largo de su dilatada vida política. Esa relación de profundo compromiso no requiere probanza. Se trata de un compromiso que no fue episódico ni electoralista. Se fortaleció en múltiples adversidades en todo tiempo y lugar y sus fundamentos quedaron profundamente arraigados en nuestro país. Es útil exaltarlo para valorar el significado esencial del sindicalismo para los apristas.
La alianza o Frente Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales que propugna, la encontramos en las estructuras de la organización partidaria desde sus albores. Víctor Raúl hizo suyas las reivindicaciones laborales y con los luchadores del movimiento obrero condujeron la alianza en un quehacer permanente. Así la precursora jornada de las Ocho Horas es un antecedente señero de la obra social del aprismo.
Haya de la Torre alentó con energía y convicción la formación de los sindicatos ante la severa oposición de las oligarquías, las transnacionales y los sectores conservadores de la derecha de esos días que se aferraban al trato despótico, a las injusticias laborales y a los salarios exiguos. Haya siempre reclamó de todos los apristas el compromiso con el cumplimiento del Deber Sindical - al lado Deber Político y el Deber Cultural - parte esencial de la ética aprista.
En procura de hacer frente e impulsar el sindicalismo Víctor Raúl promovió y defendió los derechos sociales, laborales y políticos de los trabajadores, en forma constante desde la organización partidaria, en el Parlamento, en los centros laborales y sin incurrir en fracturas.
Haya de la Torre nos legó asimismo una concepción de sindicalismo de Frente Único, buscando que diversas corrientes unieran sus fuerzas en la acción y por la Justicia Social. El pensamiento de Frente Único fue y es una dimensión distinta del sindicalismo uniclasista de esos días. Conceptuaba Víctor Raúl que la fortaleza sindical residía en la coincidencia de los intereses de los trabajadores asalariados con los intereses del conjunto de la sociedad, particularmente, de los sectores sociales oprimidos. De allí la fuerza política del movimiento obrero en los años 50 a 70.
Víctor Raúl consideraba al Sindicalismo un instrumento eficaz para combatir los excesos y demasías e injusticias que todo capitalismo anida y postulaba para ello que el sindicato debería usar las herramientas de la negociación colectiva o el arma democrática de la huelga cuando la Negociación Colectiva no lograba sus propósitos esenciales. El capitalismo no se suprime ni se salta por decreto, corresponde a etapas de la vida de la sociedad y por consiguiente el sindicalismo debe saber confrontar las inequidades del sistema con realismo, pero sin abdicar a la equidad y la justicia.
El sindicato es una institución democrática y de defensa de los Trabajadores, cuya misión busca equilibrar.
La relación de Haya de la Torre con el movimiento obrero fue permanente, estructural e histórica a lo largo de su dilatada vida política. Esa relación de profundo compromiso no requiere probanza. Se trata de un compromiso que no fue episódico ni electoralista. Se fortaleció en múltiples adversidades en todo tiempo y lugar y sus fundamentos quedaron profundamente arraigados en nuestro país. Es útil exaltarlo para valorar el significado esencial del sindicalismo para los apristas.
La alianza o Frente Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales que propugna, la encontramos en las estructuras de la organización partidaria desde sus albores. Víctor Raúl hizo suyas las reivindicaciones laborales y con los luchadores del movimiento obrero condujeron la alianza en un quehacer permanente. Así la precursora jornada de las Ocho Horas es un antecedente señero de la obra social del aprismo.
Haya de la Torre alentó con energía y convicción la formación de los sindicatos ante la severa oposición de las oligarquías, las transnacionales y los sectores conservadores de la derecha de esos días que se aferraban al trato despótico, a las injusticias laborales y a los salarios exiguos. Haya siempre reclamó de todos los apristas el compromiso con el cumplimiento del Deber Sindical - al lado Deber Político y el Deber Cultural - parte esencial de la ética aprista.
En procura de hacer frente e impulsar el sindicalismo Víctor Raúl promovió y defendió los derechos sociales, laborales y políticos de los trabajadores, en forma constante desde la organización partidaria, en el Parlamento, en los centros laborales y sin incurrir en fracturas.
Haya de la Torre nos legó asimismo una concepción de sindicalismo de Frente Único, buscando que diversas corrientes unieran sus fuerzas en la acción y por la Justicia Social. El pensamiento de Frente Único fue y es una dimensión distinta del sindicalismo uniclasista de esos días. Conceptuaba Víctor Raúl que la fortaleza sindical residía en la coincidencia de los intereses de los trabajadores asalariados con los intereses del conjunto de la sociedad, particularmente, de los sectores sociales oprimidos. De allí la fuerza política del movimiento obrero en los años 50 a 70.
Víctor Raúl consideraba al Sindicalismo un instrumento eficaz para combatir los excesos y demasías e injusticias que todo capitalismo anida y postulaba para ello que el sindicato debería usar las herramientas de la negociación colectiva o el arma democrática de la huelga cuando la Negociación Colectiva no lograba sus propósitos esenciales. El capitalismo no se suprime ni se salta por decreto, corresponde a etapas de la vida de la sociedad y por consiguiente el sindicalismo debe saber confrontar las inequidades del sistema con realismo, pero sin abdicar a la equidad y la justicia.
El sindicato es una institución democrática y de defensa de los Trabajadores, cuya misión busca equilibrar.
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