“La Tribuna” en el Perú

Por: Enrique Rivero Vélez

El Diario La Tribuna lo fundó Manuel Seoane en los años treinta. Seoane fue gran orador, como gran periodista. Fue el Diario aprista que se enfrentó desde entonces a todas las dictaduras: a la de Sánchez Cerro, a la de Benavides, a la del primer Gobierno de Prado, a la de Odría y a la de Velasco. En este ejercicio de prensa democrática, auténtica y genuina, tuvo que sufrir varias clausuras, así como varias reapariciones.

En 1945, cuando el Frente Democrático Nacional recupera la democracia tras quince años de dictadura, se reabren las puertas del Parlamento Libre, así como las de la libertad de prensa. Poco después, en 1946, Manuel Seoane, su Director Fundador, reabre, una vez más, el Diario La Tribuna. Llama, entonces a trabajar en el periodismo democrático, que él promueve, a varios jóvenes, entre los que se recuerda a Armando Villanueva, Andrés Townsend Ezcurra, Luis Carnero Checa, Luis López Aliaga y quien esto escribe, entre otros.

Por la dirección de La Tribuna, han pasado prestigiosos políticos peruanos como Luis Alberto Sánchez, Antenor Orrego y Armando Villanueva.

En su planta de Redactores, recordamos a Manuel Scorza, Manuel Solano, Luis Carnero Checa, Humberto Silva Solís, Hugo Otero (padre), Justo Linares, Eduardo Obando Lino y a quien más tarde comentara los “Coloquios de Haya de la Torre” con el pseudónimo de Ignacio Campos.

Como todo periódico que en el Perú se distinguía por su terca afirmación en los principios de una auténtica y genuina libertad de prensa, La Tribuna tuvo que sufrir la persecución dictatorial y en esa persecución hubo quienes padecieron cinco años de prisión, como el taxista compañero Pedro Villanueva Cano y quienes perdieron la vida como Perico Chávez Cabrera, asesinado en 1941 por la distribución clandestina de lo que se llamaba, entonces, el “Pan Caliente” que era reclamado por miles de peruanos y que se editó, en una oportunidad, en la rústica imprenta de madera, entonces llamada la “María”.

La Tribuna fue una cantera de periodistas que terminaron, cuando ella fue clausurada, en las redacciones de otros Diarios. De La Tribuna también salieron Presidentes de la Federación de Periodistas del Perú, como Luis Carnero Checa, Eduardo Obando Lino y yo.

La Tribuna, en ausencia de su fundador, Manuel Seoane, quien murió en Estados Unidos en 1963, tuvo siempre la supervigilancia del Jefe del Partido, Víctor Raúl Haya de la Torre. Durante mi ejercicio como Director del Diario, vi llegar y casi siempre al filo de la madrugada, a Víctor Raúl para enterarse del contenido del Diario, dar sugerencias de última hora y alcanzar sus colaboraciones, en pequeñas notas, que eran muy esperadas por los lectores. La tradición eminentemente democrática de La Tribuna, se ha proyectado, después de su desaparición como Diario, en ediciones periódicas o semanales, como en la actualidad.