viernes, febrero 22, 2008

EL HOMBRE Y EL SÍMBOLO

Escribe: Germán Arciniegas

“… Cuando todavía el APRA no estaba en la imaginación de Víctor Raúl, desde Lima me bombardeaba él con sus cartas animándonos a fundar las escuelas nocturnas en que los estudiantes echábamos las bases de la unión con los obreros. Allá llevaban el nombre de Gonzáles Prada. Aquí enseñábamos en la Casa del Pueblo. Con el manifiesto de Córdova deliramos de entusiasmo. A la Argentina que mirando a Europa, nos parecía haber estado desligada de Nuestra América, la vimos unificarse como agarrada por la Cordillera de los Andes. Lo de Víctor Raúl ya convertía en un símbolo al estudiante de la insurgencia peruana. Leguía saltó el poder escudándose en una consagración del Perú al Sagrado Corazón, Divina Providencia suya que paró en el trágico 23 de mayo, cuando se produjo en enfrentamiento de los manifestantes estudiantes se robaron del anfiteatro al obrero y al estudiante asesinados. No había sino un ataúd: en la caja se puso al obrero y en la tapa al estudiante y así los llevaron a salón de actos de San Marcos. Jamás en Lima se había visto un funeral tan imponente… Todo se publicó en la Universidad de Bogotá.

“JUVENTUD, JUVENTUD, TORBELLINO SOPLO ETERNO DE ETERNA ILUSIÓN”.

Cantando el himno con la letra de don José Gálvez se llegó al cementerio… A los pocos días, Víctor Raúl estaba en la cárcel, y de ahí, a San Lorenzo. En esa isla, a imitación del Gandhi, el cautivo inició su huelga de hambre… Yo recibía los recortes de la prensa, que fueron sirviéndonos de información en Bogotá… Tembló de miedo Leguía temiendo que se le muriera el pájaro en la jaula. Lo puso camino del destierro… Con los recortes, de Panamá me llegó su fotografía en la cubierta del barco… y cantidad de correspondencia. Le escribía a todo el mundo, yo la metía en sobres con estampilla de Bogotá, y así se informaban los estudiantes, los masones, los obreros, lo gremios en Lima, de cuanto iba publicando la prensa en Panamá. A censura de Leguía no dejaba pasar carta ni paquete que llegara a Lima de Panamá… sin darse cuenta de lo que pasaba a través de Bogotá…

Luego, fueron las cartas de La Habana, las de México fundando el Aprismo, la de París donde ya funcionaba AGELA (Asociación General de Estudiantes Latino Americanos)… Todo había comenzado como una federación de estudiantes, y en París donde hacía discursos y poemas a Víctor Raúl, César Vallejo y brindis en su honor Miguel Ángel Asturias, se celebraba la fundación del Apra por Roman Rolland…”
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