lunes, julio 28, 2008

Nuestro país ingresó a un ciclo de crecimiento y superación de problemas, aseguró García

Presidente Alan Garcia, dirige mensaje a la nación por fiestas patrias en el hemiciclo del congreso de la república. Foto: ANDINA/Jack Ramón Morales 28/07/2008.

El país ha ingresado a un ciclo "de crecimiento y superación de problemas", aseguró esta tarde el presidente Alan García Pérez, al recibir el saludo oficial del cuerpo diplomático y de los organismos internacionales con motivo de las Fiestas Patrias.

En ceremonia realizada en el Salón Dorado de Palacio de Gobierno, el Mandatario dijo que el Perú, país pacífico por excelencia, está empeñado en la lucha por su crecimiento material y moral, así como por el retroceso de los factores de injusticia.

"Soy un profundo convencido de que el futuro depara a todos nuestros países, con la ayuda de Dios, un camino en verdad mejor, y que hemos ingresado a un ciclo de crecimiento, de superación de problemas y viejos dolores que estoy seguro van a hacer de nuestro mundo uno mejor."

García Pérez agradeció también las palabras del nuncio apostólico, Rino Passigato, quien, en su calidad de decano del cuerpo diplomático acreditado en el Perú, destacó que el país está en camino de solucionar sus problemas sociales.

PAÍS AMIGO
"Tenga usted la certeza de que este país pacífico por excelencia, que sabe cultivar la amistad con todos los pueblos de la Tierra, está empeñado en una lucha por su crecimiento material y moral, y por el retroceso de los factores de injusticia que aquejan a nuestros pueblos", remarcó.

El Mandatario destacó esta ceremonia porque cada 28 de julio el Presidente de la República puede saludar a quienes representan a otros gobiernos y pueblos del orbe.

"Los países que están aquí estarán acompañados por el Perú en cualquier circunstancia difícil, porque el Perú es siempre amigo de sus amigos, y siempre está dispuesto a entregar todas sus posibilidades y capacidades por ver que otro pueblo de la Tierra tenga un mejor futuro."

Refirió que siempre están presentes las "fuerzas maléficas" para intentar interrumpir estos propósitos, pero la historia enseña que al final siempre triunfan el bien y la democracia, "porque el destino de la humanidad es uno de libertad y acercamiento al espíritu".

"Espero recibirlos el próximo año con mejores noticias de esta Patria de los viejos incas y las grandes culturas", agregó.

Fuente: ANDINA
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1 comentarios:

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - LIMA BASQUE CENTER dijo...

¡Tú crees que con dos millones de dólares yo me iba a quedar aquí!

Si bien la brecha entre el director de Oiga y el Apra tenía vieja data, esta se agrandó con el incidente que el maestro relata líneas abajo: era el año de 1985 y Paco había sido invitado por el empresario pesquero Isaac Galsky a un desayuno de amigos. La cita iba a contar con la presencia de Alan García Pérez. Galsky, un viejo conocido de Paco Igartua, era también amigo del líder aprista. En su acucioso libro “Siempre un extraño”, Paco cuenta esta historia de por sí alucinante:

No fue arbitraria la oposición que mantuvo Francisco –desde el arranque– contra el presidente Alan García. No fue producto de su pésima opinión sobre el APRA, que venía de años atrás. Fue por un hecho muy objetivo, mejor dicho por una expresión sumamente reveladora, que Francisco tomó partido, desde el inicio, contra Alan García. Lo hizo como director de Oiga, el semanario que refundó al dejar Caretas. Ocurrió en un desayuno, en casa del poderoso empresario pesquero Isaac Galsky, a pedido –según cree Francisco- de Alan García, en esos momentos presidente electo, o sea poco antes de asumir el mando, de cruzarse la banda presidencial en el pecho y recibir el titulo de Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, cargo que daba la impresión de subyugarlo tanto como la presidencia. Fue un desayuno íntimo, al que asistió, además del esplendido y bondadoso anfitrión, el doctor Jorge Pastor, eficaz consejero legal de Galsky. Fue un desayuno con manjares tan especiales que sólo al acaudalado y solícito Isaac Galsky se le ocurre ofrecer. También fue largo ese desayuno. Se habló de todo y Francisco aprovechó la ocasión para insistir en dos puntos: en señalar que el problema número uno en el Perú era el terrorismo, principalmente el de Sendero y en la necesidad de licenciar a toda la policía para crear otra nueva, totalmente distinta, con asesoramiento extranjero y con una moral remozada. –Lo que no quiere decir que vayas a aprovechar la ocasión para hacerla aprista. Alan García era muy aficionado al tú—, por eso te insisto en que la nueva organización sea conducida por una misión extranjera, la que evaluaría al personal con limpia foja de servicios, los únicos que tendrían opción para reintegrarse a la nueva institución. La mayoría de la actual policía esta corrompida hasta el tuétano y no sirve para nada, ni siquiera para ser reformada. Y es la policía, con su servicio de inteligencia, la que debe combatir al terrorismo. Alan García le dio la razón a Francisco, aunque le hizo un chiste sobre la apristización de la policía, por lo que Francisco interpreto que eso –aprovechar a la policía para su partido– era lo que pensaba hacer. Sobre el terrorismo García fue tajante y lanzó una frase tremenda: –Los voy a liquidar como sea. No voy a tener piedad. Francisco no se imagino las masacres en las cárceles que ocurrían no mucho después. Matanzas que alegraron las estrechas mentes de mucha gente de derecha, porque tontamente creyeron que con esos asesinatos quedarían aniquilados los comandos de Sendero. (Todavía no había caído el muro de Berlín y el marxismo estaba vivo en las universidades, canteras de nuevos cuadros senderistas). No sólo se habló de política. Alan García es hombre ameno, de simpatía desbordante, conversador ágil, amigo de hacer bromas. Por ejemplo, de pronto se volteó y le dijo a Galsky: - Si te llaman, no contestes el teléfono. No quiero cadáveres en la mesa. Se refería a la tarea que cumple en la comunidad judía el audaz pesquero. Galsky está encargado de una misión nobilísima, aunque nada agradable: se ocupa de lavar a los muertos. Apenas muere un miembro de la comunidad judía, sea rico, pobre ó mendigo, Galsky sale como bombero al recibir el aviso. Abandona cualquier reunión, por importante que sea, y acude a la casa del fallecido para cumplir con el rito del lavado. Un gesto que muestra los afanes espirituales, el alma delicada, de un hombre que se apasiona haciendo negocios: -yo soy industrial por las circunstancias. Mi vocación es comprar y vender, es el comercio. Alega también no ser político. Su política, dice, es “ayudar a los gobiernos para que los peruanos podamos hacer buenos negocios”. La conversación que era cordial y distendida, cambió de un momento a otro gracias a Alan. Bruscamente se enfrentó a Francisco: - Ustedes los periodistas están acostumbrados a calumniar y que no les pase nada. Ahora las cosas van a cambiar. Tú, por ejemplo, has dicho e insistido en Oiga que Corea del Norte me dio dos millones de dólares en una caja de zapatos. ¡Eso es una calumnia! Por lo pronto, allí no entran dos millones de dólares. ¿Sabes qué venia en esa caja? –¿Sólo cien mil?– Alan García se puso más colérico: -Había una paloma de cerámica y se ve en las fotos que tomaron dentro de la embajada. (En esos momentos Corea del Norte no tenia embajada sino una delegación comercial, que se convirtió en embajada durante el gobierno aprista). –Bueno, seria paloma, pero los rumores hablaban de dólares y nosotros recogimos esos rumores… de fuentes muy confiables, que nos merece fe. Y aquí, alzando la voz, Alan García replico con una frase que dejo frio a francisco y desconcertó a Galsky y a Pastor. –¡Tú crees que con dos millones de dólares yo me iba a quedar aquí! Era una confesión que lo desnudo. En aquellos momentos era presidente electo y se pronunciaba como el estudiante bohemio que había sido en Europa y nunca dejaría de serlo en sus entretelas íntimas. Francisco nada le contestó. Se quedó mudo unos minutos, anonadado por lo que acababa de escuchar. Fue Alan el que reanudó la charla en torno amable, sin tomar en cuenta ni sospechar lo que había dicho. Volvió la cordialidad en la misma forma exabrupta con la que inició sus violentas quejas por el rumor hecho público de la caja de zapatos, “con una paloma de cerámica dentro, no con dos millones de dólares”. Cuando acabo el desayuno y se despidió Alan, amigable y palomilla como le gustaba ser, Francisco le comentó a Galsky:

-¿Cómo se puede apoyar a un irresponsable, que ha dicho lo que ha dicho? ¡Que con dos millones de dólares no se queda en el Perú! Y ya Alan es nada menos que el presidente de este país. Galsky le rogó a Francisco que no fuera a escribir sobre el tema. El hecho había ocurrido en su casa y el había invitado al amigo a una reunión informal, no al periodista. Naturalmente que Francisco no reveló la frase de Alan García, pero su opinión sobre el flamante presidente ya la tenía formada. Con esas pocas palabras Alan García se había desnudado moralmente ante él. (58)

Esta breve discusión que tuvieron en aquel entonces Igartua con García en casa del amigo Galsky pareció marcar el preámbulo de una historia de desencuentros no tanto con los apristas sino más bien con su joven líder, cuya edad apenas frisaba la treintena. JHON BAZAN, Oiga! Don Paco!, Cuadrilátero Político.

 
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