miércoles, octubre 06, 2010

80 Años de Fundación del Apra

Por el : Lic. Jaime Uribe Rocha

La noche del 20 de Septiembre de 1930, ocurrió un hito histórico en la política peruana. Un grupo de trabajadores manuales e intelectuales, reunidos en un taller de carpintería, en el populoso barrio de la Victoria, Lima, decidieron aprobar y suscribir EL ACTA DE INAUGURACION DE LA SECCION PERUANA DE LA APRA CONTINENTAL, que es el actual PARTIDO APRISTA PERUANO, cuya vigencia e importancia es reconocida por tirios y troyanos.

Es importante saber distinguir, primero, la Fundación del APRA Continental, es decir, La Alianza Popular Revolucionaria Americana, simbólicamente, se realizó en México, el 7 de Mayo de 1924, ( “La Fundación del Apra” editado por Papel de Viento Editores – Trujillo, Junio 2005 ), con un mensaje de convocatoria a la juventud del Continente Americano, pronunciado por Víctor Raúl Haya de la Torre, entonces estudiante deportado, como movimiento político continental y la Fundación del Partido Aprista Peruano, PAP, el 20 de Septiembre de 1930. Antes, se habían constituidos Partidos Apristas en diversos países, funcionaba la célula aprista de Paris (Francia), desde 1927, con dos secretarías ejecutivas; la Sección del APRA en México, con Ursulo Galván; en Costa Rica, Santo Domingo, Haití, Puerto Rico, Las Antillas, en Bolivia, La Paz, con Rómulo Meneses; en la Argentina, existían dos células activas, en Buenos Aires, con Juan de Dios Merel Dulanto y en la Plata, con Luis E. Heysen y faltaba en el Perú. En el Memorando a las Secciones Apristas de Buenos Aires, México, La Paz y París, suscrito por Víctor Raúl desde Berlín, Alemania, el 25 de Julio de 1929, se dio la consigna de “organizar definitivamente la Sección Aprista Peruana”. (Temas y Obras en el Perú. A la verdad por los hechos de Luis E. Heysen).

Haya de la Torre es el gran “constructor” de un gran partido de 80 años de vigor y vigencia, el precursor, visionario, filosofo y educador, considerado como el peruano más ilustre del siglo X X que apostó por la causa, la de los que menos tienen bienestar y posibilidades para su desarrollo, en el marco de la sociedad aprista de PAN CON LIBERTAD. Haya de la Torre, era más que un simple líder o maestro. Fue el gran “profeta de un movimiento político que se convirtió en religión”. UN APOSTOL QUE NOS DEJO UN GRAN EJEMPLO MORAL-necesario en el Apra de hoy- QUE VIVIO EN LA AUSTERIDAD, NO ACUMULO RIQUEZAS MATERIALES Y MURIO POBRE.

Por qué el APRA de Víctor Raúl no es el partido de los pícaros o los corruptos, de los ayayeros o amigotes, es el partido del pueblo, de los trabajadores manuales e intelectuales, ahí está el testimonio de LOS MARTIRES DE CHAN CHAN que ofrendaron su vida por este gran movimiento. En el memorable mitin de 1962, Haya de la Torre en el Campo de Marte, dijo: “Queremos que el partido mantenga esta voz de fraternidad, le decimos a todos los peruanos que siempre visionamos y queremos un Perú nuevo. Un Perú nuevo, que siga la ruta de aquellos grandes países que han logrado sus más altas expresiones de progreso. Por el esfuerzo, por el trabajo y la decisión. No queremos un país de holgazanes, no queremos un país de burocracia dorada con alto sueldos que el país paga y no corresponde al trabajo que se hace. No queremos que el presupuesto se invierta en obras no reproductivas o es gente que se lo consume y no produce. Nosotros necesitamos movilizar al país, movilizar con esfuerzo conjunto y darle al peruano nuevas características. Un nuevo perfil psicológico”.

En un partido de trayectoria como el APRA con 80 años de existencia, es lógico que haya entredichos y ortodoxias, pero no riñas por corrupción o trapos sucios de sabandijas o sanguijuelas de han llegado a la administración pública sin ser apristas y la opinión pública descalifica a todos los apristas por igual, para beneplácito de nuestros enemigos que anuncian la muerte del partido del pueblo ¡PERO, NUNCA PODRAN MATARLO! La clave de nuestra existencia y fortaleza está en la historia misma del APRA, en cuyos pasajes ha sobrevivido a varias disputas, y a no pocos forcejeos. Los conflictos de ayer y ahora son absolutamente naturales dentro de la lógica de convivencia de una institución como el APRA: Su indivisibilidad es impar. Estamos seguros en la inobjetable influencia que la fraternidad aprista ha hecho de la polémica, no un rasgo menor, sino un recurso característico de Fe, Unión, disciplina y Acción.

Como olvidar al compañero Jefe y su vertiginosa lucha, cuando aún frisaba los 29 años exento de cualquier arrebato juvenil ya tenía toda la experiencia y “cancha” de combatiente, de hombre-acción. Claro de ideas y firme en sus resoluciones, en su compromiso nacional con el pueblo, con los trabajadores manuales e intelectuales. La entrega de la Bandera Indoamericana a los estudiantes mexicanos extendía su compromiso continental porque al capitalismos internacional no se le puede derrotar en un solo país. A Víctor Raúl, también lo encontramos en la lucha por la Reforma Universitaria en las universidades peruanas preñadas de conservadurismo y de elitismo. Ya 1919, proclamaba la unidad popular con los obreros en ocasión de la histórica lucha por las 8 horas de trabajo, y la alianza obrero estudiantil en la jornada por la libertad de conciencia del 23 de mayo de 1923 que lo marcó como un elemento subversivo para la clase dominante peruana.

Haya de la Torre recordaba la necesidad de resistir al imperialismo y por ello se da la fundación del APRA con su programa máximo. La globalización que ahora se nos presenta como un fenómeno ajeno al imperialismo es otro de los contrabando ideológicos- lo dice el c. Armando Villanueva del Campo- que los pueblos no podemos aceptar y que tampoco cabe en la doctrina aprista conciliación alguna. Porque, Haya de la Torre estaba contra todo tipo de dominación, de exclusión de opresión de los pueblos, por eso dotó al APRA de un programa máximo. No fue para que complacientemente se acepte al imperialismo con rostro de globalización. La doctrina aprista, en su programa máximo, contempla el hecho histórico irrefutable de que todos los países de América Latina pertenecen a una zona económica similar, con ligeras variantes, y que, consecuentemente, muchos de sus problemas fundamentales tienen analogía como han de tener sus grandes soluciones. Examinando este hecho, resulta innegable, que la tan mentada internacionalización de la economía es reconocida por las derechas y las izquierdas de la política mundial.

Está probado científicamente que es un absurdo afirmar que en esta época cualquier país del mundo pueda declararse libre de sujeciones al dominio del sistema económico internacional. Y si esto es así, resulta lógico que frente a los grandes problemas de la economía, los pueblos que contemplan problemas análogos tienden a coordinar su solución en lo que tienen en común. El programa máximo del aprismo, como el programa mínimo están escritos y publicados, quienes lo hayan leído con sereno espíritu crítico, tendrán que reconocer su realismo y su solvencia. Partiendo del principio de la inseparabilidad de los conceptos política y economía, nuestra doctrina considera ante todo su programa máximo los grandes problemas esenciales que afectan igualmente a los países latinoamericanos. Por eso, los puntos centrales de éste son la defensa-económica y política- latinoamericana contra los avances de los imperialismos extranjeros para poder luchar contra el nuevo coloniaje, y la nacionalización de las fuentes de riqueza de cada país, cuyo acaparamiento constituye el objetivo de la expansión imperialista.

El programa máximo que nos dejó nuestro compañero Jefe Víctor Raúl Haya de la Torre, cualquiera que sea el análisis crítico al que se le someta, no es sino una formulación principista de un gran peligro nacional y continental y de sus grandes medios para detenerlo. Todos nuestros países- particularmente los más débiles-tienen ante sí el tremendo problema de su colonización progresiva por el imperialismo y de la necesidad de resistirlo. Las grandes potencias del mundo luchan por el dominio de las fuentes de materia prima y por los mercados de consumo donde quiera que se encuentren, no perdonan nada, aún ante el azote de la contagiante epidemia de la crisis financiera norteamericana, que estrangula las economías de los países más pobres y amenaza la paz mundial.

Todos los herederos de Víctor Raúl Haya de la Torre, en esta fecha célebre 20 de setiembre que recordamos 80 años de vida de nuestro gran partido, debemos tener presente que HAYA VIVE, QUE LA ESTRELLA NUNCA MUERE, que ha regresado desde el infinito para decirnos que el APRA no es el clan de la “cosa nostra” ,un club de pícaros y corruptos , sino un fuego vivo de fraternidad moral que nace de lo más profundo de nuestro corazón aprista en la lucha por una misma causa, de amor por la justicia de PAN CON LIBERTAD, alumbrada por esa fogata del viejo tesoro del aprismo: legado de nuestro recordado Manuel Arévalo antes de irse a la muerte, FE, UNION, DISCIPLINA Y ACCION, que millones de apristas repiten también a lo largo de nuestro territorio nacional y a través del mundo.
“Fui, soy y seré leal a mis principios políticos, a mi fe aprista, y a mi compromiso de luchar sin temores por la emancipación espiritual y material del pueblo peruano”. Víctor Raúl.
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