jueves, octubre 10, 2013

Javier Barreda: “Yo creo que la segunda vuelta, en el 2016, va a ser entre Alan y Keiko”

Entrevista publicada en la revista Quehacer (N°191). Javier Barreda Jara, sociólogo egresado de la PUCP, es miembro de la Dirección Política del Apra y fue Viceministro de Promoción del Empleo y de Desarrollo Social en el último gobierno de Alan García. Es autor de “1987, Los límites de la voluntad política” (2012) y co autor de Contra Historia (2012). Nos acerca a la visión actual del Apra
Javier Barreda, como todo aprista, es un gran orador, y es capaz de convencernos que Alan García es la mejor opción para el 2016, y como él lo llama; es un líder carismático. En esta ocasión nos habla sobre la imagen del Apra, su ideología, los jóvenes y nos muestra su optimismo para las elecciones del 2016.

¿Cuál es la imagen que el Apra está construyendo como partido político?
Yo creo que es la imagen que quiere construir todo partido, una imagen lo más positiva hacia la población. No es fácil porque hay que afrontar algunos problemas de comunicación y de hechos puntuales negativos; pero la imagen de un partido es su propuesta y su comportamiento. Hay políticos que creen que contratando a jefes de marketing van a mejorar su imagen. Cuando la política es más un proceso de propuesta, actitud y representación, más que una simple imagen. Es ubicarse bien, expresar y representar a la gente.
Más que una imagen queremos que el partido impulse un proceso sostenido de renovación, en la cual podamos volver a representar a sectores sociales que alguna vez representamos y los perdimos por alguna razón. Y además conectar con sectores emergentes. Lo principal es que expreses y representes a un país distinto, la imagen viene después.
En el sur andino el Apra no ha sido muy fuerte. Ahora, con las nuevas clases media, no somos muy representativos. Pero ello no es sólo imagen; acá se requiere de un proceso de ubicación social que nos vuelva a posicionar en una representación y expresión de lo viejo, que tiene problemas no resueltos, y de los sectores nuevos que demandan cosas distintas.
Desde Victor Raúl Haya de la Torre hasta la actualidad la ideología ha cambiado. ¿Cuál es la ideología actual del Apra?
Después de su muerte las cosas cambian mucho, aunque fue una constante en él que nos adaptemos a nuevas circunstancias, nuevos contextos. Haya advirtió la globalización, pero no en las dimensiones que se ha desarrollado hoy. Ahora hay que plantear cosas distintas, incluso en muchos aspectos que el propio Haya de la Torre propuso. El planteaba cosas interesantísimas y enarboló la educación gratuita como un principio universal, y es cierto, pero en la educación superior gratuita genera consecuencias no deseadas, sin exigir competitividad al alumno; sin investigación científica, huyendo de la meritocracia.
La ideología como principio siempre ha sido la misma, lo que sí nos hemos adaptado en cada década, en cada momento histórico, porque nadie puede vivir con dogmas cerrados. No podemos leer el mundo de ahora con el antiimperialismo del 28, ni menos con la los textos de los 70. Algunos dicen que esos cambios son traiciones a los principios, es lo contrario, sino se cambia se traiciona el principio, y lo fundamental en Haya de la Torre era que la realidad te dicte qué hacer y no tratar de encontrar todas las respuestas en un texto, sin investigaciones más aproximativas al mundo.
¿Ese principio antiimperialista se ha cambiado totalmente en la actualidad?
No totalmente. Yo creo Haya de la Torre fue muy inteligente y cuidadoso en plantear que el antiimperialismo era una acción constructiva. La acción antiimperialista se ratifica, pero no puede ser una arenga enfermiza contra el capital extranjero. La acción antiimperialista es cómo tratar inteligentemente desde lo nacional con el capital global; con beneficios tecnológicos, económicos y respeto a derechos sociales y medioambientales.
Creo que Haya de la Torre se adelantó a lo que pensaban muchos y el antiimperialismo no era una lucha de estatizaciones totales y radicales, y de cerrar fronteras económicas. En el segundo gobierno hemos sido consecuentes con eso, al plantear que en un mundo muy competitivo tiene que traerse capitales con determinadas reglas de negociación. Los TLC, que firmamos muchos en el segundo gobierno, son tratados de libre comercio en las que las dos partes acuerdan, tratan; es el cómo tratar con el capital extranjero.
¿En qué cree que se sustenta la adhesión de los nuevos miembros?
Cierta juventud ve al Apra un referente importante de organización, de interacción con otros jóvenes, de hacer cosas útiles por los otros. Creo que en muchos jóvenes hay una necesidad de involucrarse en algo distinto y ven al Apra ese espacio.
En cada región vas a encontrar características distintas de incorporarse al partido. En Arequipa y en Cusco la incorporación al Apra, si bien es popular, también es muy universitaria, son núcleos muy inteligentes e intelectuales los que se incorporan. En el norte la incorporación es más popular y mesocrática, con jóvenes de clase emergentes que pueden estar en institutos o se dedican al comercio. En Lima es una región distinta, donde hay múltiples formas de ser aprista.
Pero en general existen tres vías de incorporación al Partido. La primera es la vía familiar, que cada día es menos, los hijos de apristas. La segunda es la vía territorial, el joven que ve el local del Apra y siempre hay quien lo capte. La tercera es la universitaria, donde hay acción estudiantil y encuentras profesores de alguna afiliación o aprista, que te inducen a la preocupación social. Es la trípode de la incorporación aprista, familiar, barrial y universitaria.
La imagen que se ve del Apra es siempre la de los viejos personajes, Jorge del Castillo, Mauricio Mulder, Alan García pero ¿Se está formando una nueva generación en el Apra?
Claro que sí, en el parlamento del 2001 y 2006, cuando fuimos 28 y 36 parlamentarios, por lo menos el 80% eran nuevos cuadros. Eso implica que había una nueva generación que entraba al parlamento, no era el viejo aprista de los 70 u 80, sino era gente muy joven o nueva. No es incompatible la existencia de algunos liderazgos fuertes con la dinámica juvenil o de renovación. Pero cuando lo viejo obstruye o es incompatible con la renovación, se debe optar por esto último.
En este liderazgo fuerte yo distinguiría a Alan García de los otros dirigentes, la relación de Alan con el partido es mucho más especial y carismática que la relación que tienen otros dirigentes con el partido. Alan García es un líder más completo, además de intelectual ha llevado al partido a la presidencia dos veces, tiene un conocimiento del partido muy grande, de sus prácticas y dirigentes regionales, provinciales. Y no es solo un líder interno sino que es un vaso comunicante con el mundo no aprista, que es el mayoritario; los demás son coroneles, comandantes, mayores, cabos y soldados. La figura de Alan García es muy distinta y así lo ve el Apra en su conjunto.
Estoy seguro que en el parlamento del 2016 va haber mucha gente nueva del partido y en las municipales vamos a llevar a mucha gente nueva a alcaldías y regidurías.
Lo crítico es la convivencia tensa con los estratos intermedios del Partido, con ciertas burocracias regionales o nacionales que no permitan que otros asciendan. En Piura tenemos un caso complicado ahora, hay toda una generación nueva, pero la estructura vieja y tradicional no les permite ascender. Así, encuentras dos niveles de movilización, una dinámica regional donde hay lo nuevo que pugna por reemplazar a dirigentes locales, que ya han tenido una oportunidad, y, la otra, es la relación de Alan con toda una dinámica generacional del partido que existe y que hay que consolidar.
En el 2001, con el retorno de Alan, se vivió una ola juvenil muy fuerte, donde mucha gente entra al partido porque Alan García retorna y convoca. Hay otra ola que ingresa al Apra en la campaña del 2006. Hoy hay una incorporación, no masiva, pero constante de jóvenes. La campaña y la llegada a una posible tercera oportunidad al 2016, traerá una tercera ola adicional de incorporación juvenil.
Sí, y se ha visto la imagen de estos jóvenes en las recientes marchas por la llamada repartija pero no eran muy aceptados en estas protestas…
Claro, ¿pero por quienes? Por algunos que pretendía hegemonizar las marchas, los herederos de nuestros viejos enemigos; lo que se llama el mundo caviar, los chicos de la Católica, por ejemplo. Yo lo he vivido cuando era dirigente en la Católica a fines de los 80. Teníamos frente a nosotros a los jóvenes del PUM, PCR, de Patria Roja, y más radicales, que pretendían igual excluirnos por ser apristas de toda protesta o movilización.
Esa cultura de la súper nueva izquierda o del mundo caviar, es una cultura de los hijos de mucha gente de izquierda que hereda ese rechazo y desdén hacia el Apra. Además los jóvenes que marchan, tanto en el 98 contra Fujimori y ahora contra la repartija, que fue flor de un día, han sido enemigos de los partidos; hijos de la anti- política. Veían con temor y desconfianza al cuadro del partido, y en esa marcha el único partido que iba con sus banderas era el Apra y obviamente generaba una reacción.
¿Cuál era su finalidad?
Participar de la democracia. Además, esos jóvenes lo hacen con la misma indignación que lo hacía una Claudia Cisneros o Jason Day, entonces ¿por qué se le va a quitar al joven aprista el derecho a protestar? Me parece legítimo que protesten, y además los presos fueron los apristas, en las dos marchas los detenidos fueron los apristas, ¿y dónde estaban los otros? 
El Apra y el Fujimorismo a veces se ven cercanos ¿Cómo los ve el Partido Aprista?
El fujimorismo es parte del país, yo considero que hay casi un 20% de fujimoristas y un 65% de peruanos que tienen un chip del “fujimorismo” (autoritarismo, eficientísimo) potencial. Una mirada autoritaria de las cosas, cierren el Congreso, pena de muerte, todo este discurso de “orden” y miedo a la libertad, de valores que hay que combatir. Con el fujimorismo no tenemos otra cosa que hacer que reconocer que existen, tienen un 20 % de parlamentarios y es mejor que su acción política sea en democracia, a que hagan o añoren otro golpe de estado.
Ahora, nosotros fuimos los primeros en ser perseguidos por Fujimori. El único partido que fue ocupado el 5 de abril fue el Apra; parte de sus dirigentes presos; y la única casa asaltada por los militares fue la de Alan García. Fueron 8 años de persecución, hostigamiento y difamación. Tenemos muchas razones para deslindar con el fujimorismo, pero cuando hay democracia y ellos son una bancada, nosotros otra bancada, tenemos dinámicas distintas, pero que coinciden en un espacio político. Ahora nos oponemos al gobierno, pero con banderas programáticas especificas distintas a las del fujimorismo.
Además, es claro que la segunda vuelta, en el 2016, va a ser entre Alán García y Keiko. Yo no veo un outsider, no hay izquierda articulada y la derecha está dispersa. Ahí verán qué tan diferenciados estamos del fujimorismo. Nosotros trajimos a Fujimori preso, la extradición la comenzó Toledo, pero lo trajo el presidente Alan García. Ahora, no lo mandamos a Lurigancho, obviamente, es un ex presidente y algo de seguridad hay que darle, pero de ahí a un pacto con el fujimorismo hay una distancia.
Además, tú cuando escuchas en la televisión a muchos fujimoristas, sobre todos los duros, sus expresiones anti-apristas son evidentes, Martha Chávez, Luz Saldado, y en la repartija, donde todos se entendieron con los fujimoristas y ahí no estuvo el Apra.
¿De qué tendencia política es el Apra?
De izquierda democrática, entendiendo la izquierda como compromiso social, prioridad de los que menos tienen. Somos un partido nacional –popular en un mundo radical y caóticamente globalizado.
Pero no se mezcla con la otra izquierda
Esa izquierda, que está más a la “izquierda”, es el abismo, es la anti-inversión, es la incoherencia programática; es decir en Lima sí a la inversión, en Cajamarca no la inversión.
Ese es el caso de la regidora Marisa Glave y sus aliados, toda su campaña contra la revocatoria ha sido: somos un partido responsable, apoyamos la inversión en Lima pero ¿y en Cajamarca? Es el mismo partido, con doble discurso que genera más pobreza y a la larga la peor informalidad.
Nosotros hemos ocupado el centro popular y el lado izquierdo a nivel juvenil, sindical, campesino. Además teníamos un líder muy fuerte que era Haya de la Torre, después viene Alan García, muy carismático también. ¿Dónde se quedaba la izquierda? Se quedaba en la Católica, se quedaba en la ONGs y nos miraba con cierta impotencia porque hacíamos las cosas más efectivas “con menos lecturas”. La izquierda ha tenido mucha lectura y poca efectividad.
Ahora el Apra está metido en el problema de los narcoindultos
Indultos, tú lo llamas “narcoindultos”, yo lo llamo indultos.
Bueno, el Apra siempre ha estado relacionado con el problema del narcotráfico, desde el caso Lamberg hasta ahora, con los narcoindultos o indultos en el que está inmiscuido Aurelio Pastor, pero siempre está la idea de que el narcotráfico y el Apra están relacionados.
A inicios de los 80, efectivamente, hubo un personaje nefasto que se llamó Carlos Lamberg, que coactó a algunos dirigentes del Partido, y justamente cuando gana Alan García se pactó como primera regla ética la eliminación de todo lo que sea Lamberg del partido. Fue el primer deslinde del narcotráfico y cuando estábamos en el gobierno del 85 al 90, Lamberg nunca salió libre. Eso que quede bien claro.
¿Qué ha ocurrido ahora? Una política necesaria de despenalización ha sido implementada con ligereza, en muchos casos, y sin sentido racional. Yo hablo, no de Alan García, y mucho menos de los ministros, creo que mucha gente a la hora de operar sobre los indultos sí hizo de las suyas pero eso en nada relaciona al Apra con el narcotráfico.
En el futuro del Apra ¿Alan García definitivamente va a ser el motor que los llevará al poder?
Eso es innegable, creo que es un líder que tiene una ascendencia muy fuerte en el partido y una expresión de muchos sentimientos de mucha gente de fuera del partido.
Personalmente creo que es la mejor carta que tenemos para el 2016. Sin embargo, considero que su candidatura debe estar complementada por una renovación aprista y gran apertura a los no apristas; ello haría muy bien a su candidatura y al país. Alan García encabezará, no solo una propuesta partidaria distinta, sino un frente social de centro, mucho más abierto a sectores independientes y emergentes.
¿Siempre va a ser el líder?
Por ahora sí. Los liderazgos son procesos reales, no se fabrican, no se imponen. Pero hay mucha gente nueva que va a emerger en la elecciones del 2014 y 2016, hay gente que tiene mucha capacidad y liderazgo. 
Usted está totalmente seguro que van a llegar al poder
No, no creas, pero sí es una posibilidad. Pienso que en el 2016 hay muchas posibilidades que Alan García, el Apra y el conjunto de independientes que lo van a acompañar lleguen al poder. 
¿Qué alianzas están haciendo?
Hemos iniciado un conjunto de coordinaciones, sobre todo con las personas que nos acompañaron en la segunda gestión. Hay reuniones con técnicos independientes y del partido. Además tenemos un mejor conocimiento del propio Estado, y nuestra calidad de propuesta y análisis mirando al país y el mundo es mucho más rica. El gobierno va a ser muchos más social; continuaremos reduciendo la pobreza con realismo y vamos a consolidar a las nuevas clases medias en su crecimiento y bienestar
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